2025/12/31

Sobre el tiempo, los conceptos y una experiencia personal

No creo que haya una edad privilegiada para comprender un concepto. Hay pensadores muy jóvenes que captaron problemas complejos con enorme precisión, y también personas que, con los años, se quedaron repitiendo fórmulas que alguna vez fueron vivas. El tiempo, por sí solo, no garantiza nada. Pero tampoco es irrelevante.

Lo que sí puedo decir —desde mi propia experiencia— es que hay conceptos que uno puede usar durante décadas sin haberlos comprendido del todo. No por ignorancia, sino porque funcionan primero como herramientas para pensar y hablar, antes que como problemas en sí mismos.

Por ejemplo, el narcisismo. Conozco ese concepto desde hace más de cuarenta años. Lo leí, lo trabajé, lo utilicé muchas veces de manera correcta. Sin embargo, recién en los últimos años empecé a tener la sensación de saber realmente de qué hablaba cuando decía “narcisismo”. No porque haya descubierto algo nuevo, sino porque el concepto dejó de servirme como explicación inmediata y empezó a incomodarme.

Algo parecido me pasa con la pulsión. Durante mucho tiempo fue un término que organizaba bien ciertas lecturas y discusiones. Funcionaba. Pero justamente por eso, no se dejaba ver del todo. Recién cuando empecé a volver sobre él sin la urgencia de usarlo, apareció otra dimensión del concepto, menos clara pero más precisa.

No digo que esto le pase a todo el mundo ni que deba pasar así. Tampoco creo que haya una secuencia obligatoria. Sólo constato que, en algunos casos, el tiempo permite que un concepto se separe de los usos que lo volvieron familiar. Y en otros casos, el tiempo hace lo contrario: fija esos usos y los vuelve automáticos.

Por eso prefiero no pensar la comprensión conceptual como un progreso lineal. Más bien como una relación que puede abrirse o cerrarse en distintos momentos. A veces uno entiende temprano. A veces entiende después. Y a veces cree entender y, sin embargo, sólo está repitiendo.

Si hay algo que me interesa hoy, no es decir cosas nuevas, sino saber con mayor precisión qué era eso de lo que vengo hablando desde hace tanto tiempo. No para corregir el pasado, sino para entenderlo mejor.

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