2011/10/31

El famoso “Atraer inversiones”


El neoliberalismo, en su combate cultural, introdujo términos que aún se escuchan, y que los medios difundieron y reprodujeron al infinito, dejando un sedimento a veces bastante difícil de revertir. El principal blanco fue el Estado, y su supuesta ineficiencia. Fue así que a la inversión relacionada al bienestar de la ciudadanía, se la denominó “gasto público”. De esta forma tanto la educación o la salud públicas consistirían un gasto innecesario y del cual el estado debe desatenderse.

Otro de los sintagmas introducidos fue el tan mentado “atraer inversiones” que aún algunos siguen pronunciando inclusive dentro de las filas del mismo oficialismo. Es preciso señalar que al menos este cronista nunca se lo escuchó decir a la presidenta, y esto obedece a una lógica diferente de cómo concebir una economía emergente.

Atraer inversiones fue paradigmático principalmente en los noventa, y habría que señalar algunas de sus características principales. En el artículo publicado el viernes pasado en este medio, acerca de las petroleras y las mineras, se señalaba que a partir de la sanción de la ley 21.382 de inversiones extranjeras, sancionada en agosto de 1976, cuyo texto fue perfeccionado en los noventa por los tratados bilaterales de inversión, se venía a revertir lo que había establecido la Ley 20.557de igual nombre pero de septiembre de 1973, que imponía un límite anual para la remesas de utilidades a sus países de origen y prohibición para que las empresas extranjeras invirtieran en áreas relacionadas a la defensa y seguridad nacional, servicios públicos, banca comercial y medios de comunicación; todas consideradas áreas “estratégicas” para el desarrollo del país. Además, las inversiones debían ser autorizadas por el Poder Ejecutivo y los bienes y servicios que proyectaban producir debían posibilitar, en un período de tiempo estipulado, la sustitución de importaciones.

El país invitado a invertir en un país subdesarrollado siempre fue uno más poderoso, e inclusive interesado en afianzarse en áreas estratégicas. Todo hacía parte de un mecanismo complejo y perverso como lo es la deuda pública, que propiciaba la principal excusa para que el estado se desprenda de dichas áreas, ofreciéndolas a la privatización, y que simultáneamente establecía la desregulación laboral, y la anulación de aranceles aduaneros. De esta forma el atraer la inversión supone mano de obra barata, y la tan mentada seguridad jurídica que no son más que los privilegios indiscriminados del inversor, en detrimento de la nación que abre las puertas para ello. Este paradigma resultó un fracaso, y si se ven los datos actuales, en los últimos años hay más inversión extranjera que en ese entonces, pero el dato a tener en cuenta es que toda esta perorata, es tal vez contradictoria con un estado que apuesta a agregar valor a su producción primaria e incrementar su inversión en ciencia y tecnología, como condición necesaria para que el modelo actual sea sustentable en el tiempo. El plan estratégico industrial 2020 presentado por la presidenta Cristina Fernández sin dudas va en dirección inversa al famoso “atraer inversiones”.

2011/10/28

Petroleras y Mineras. A desandar la entrega


Entender que la llegada de la Dictadura en 1976, era solamente el plan macabro de una camarilla militar, para extinguir al enemigo interno encolumnado a un supuesto terrorismo internacional, sin dudas es un simple maniqueísmo que intenta encubrir los verdaderos fines, que fueron profundizar la entrega y la dependencia de la nación, y que coincidentemente encontraran en los noventa, su misma profundización. Todo esto con el beneplácito de sus socios civiles, que constituyeron el aspecto principal de la dupla cívico- militar, ya que lo que estaba en juego principalmente era un modelo de acumulación económica.

El entramado jurídico legal iniciado en 1976, para beneficio de unos pocos, que llevaría hasta la estatización de la deuda externa, es un edificio bastante complejo, que necesariamente hay que desmontar de forma gradual y paulatina para que el actual modelo pueda profundizarse. El Decreto 1722/2011 publicado en el Boletín Oficial el pasado miércoles es una muestra mínima pero cabal de cómo desandar y revertir todo ese trayecto iniciado en 1976. Con la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, y el ministro de Economía Amado Boudou, el decreto restableció la obligatoriedad del ingreso y negociación en el mercado de cambios de la totalidad de las divisas provenientes de operaciones de exportación de petróleos crudos, sus derivados, gas y de empresas mineras. En los considerandos se expresa que el restablecimiento se establece en virtud de razones de equidad, habiéndose modificado las circunstancias que dieran origen a las excepciones y, con la finalidad de otorgar un trato igualitario respecto de las demás actividades productivas, como por ejemplo las del complejo agro exportador.

La autorización para liquidar las divisas en el exterior, el 70% para las petroleras y la totalidad para las mineras, fue un beneficio que se otorgó a partir de la sanción de la ley 21.382 de inversiones extranjeras, sancionada en agosto de 1976, cuyo texto fue perfeccionado en los noventa por los tratados bilaterales de inversión.

Esta ley sancionada durante la dictadura venía a revertir lo que había establecido la Ley 20.557de igual nombre pero de septiembre de 1973, que imponía un límite anual para la remesas de utilidades a sus países de origen y prohibición para que las empresas extranjeras invirtieran en áreas relacionadas a la defensa y seguridad nacional, servicios públicos, banca comercial y medios de comunicación; todas consideradas áreas “estratégicas” para el desarrollo del país. Además, las inversiones debían ser autorizadas por el Poder Ejecutivo y los bienes y servicios que proyectaban producir debían posibilitar, en un período de tiempo estipulado, la sustitución de importaciones.

La medida dictada el pasado miércoles que fue calificada como demasiado súbita por las principales empresas involucradas, que no esperaban perder este beneficio tan sorpresivamente, con el que no cuenta el resto de los sectores productivos, es parte de un plan para evitar la fuga de divisas y generar un fondo contracíclico, ya que además de alentar la inversión en el país, reforzará sustancialmente los controles. Según fuentes del Banco Central y analistas privados, la nueva normativa permitirá que ingresen en la plaza local entre 3000 y 4000 millones de dólares anuales que hasta ahora quedaban en el exterior, y que pasarán a engrosar la oferta local de divisas.

Sin dudas un paso mínimo pero necesario para comenzar a desandar la entrega, pero que debiera ser parte de una lógica que ya no es la de “atraer inversiones” a cualquier costo, sino la de un modelo de desarrollo autónomo, que permita sustituir importaciones, e industrialice al país.

2011/10/25

De Regreso a Octubre


Ni siquiera paso un siglo, y están los que desde hace más de dos décadas que intentan enterrar a Octubre como una antigüedad exótica, que quedó en algún álbum de recuerdos, de nostálgicos dinosaurios que siempre atentaron contra la moral y las buenas costumbres de una sociedad donde debe primar la cordura y el sentido común.

Un 25 de octubre (según nuestro calendario) pero de 1917, se iba a producir uno de los acontecimientos que irían a marcar a sangre y fuego al siglo que hace poco más de una década acaba de concluir. Los trabajadores rusos irían a protagonizar la revuelta triunfante, que haría que todo el poder pasara a los soviets, es decir a los consejos de obreros y campesinos, para comenzar a gestar una nueva institucionalidad, inédita hasta entonces.

El primer gran acontecimiento del siglo XX había sido la primera gran guerra desatada en 1914, que arrastró a las grandes mayorías europeas a la muerte, a la miseria y también a la impotencia. Octubre fue el resultado calculado, es decir analizado y consumado de forma efectiva sobre las consecuencias del conflicto bélico. Octubre fue una muestra acabada de previsión estratégica, y es en este punto donde debiera subrayarse la originalidad de Lenin y los bolcheviques, ya que la revolución no fue el fruto de ninguna traslación mecánica, ningún modelo exportado a aquella Rusia que desde febrero del mismo año, ya había roto con la autocracia y el zarismo, sino una “creación heroica” de los trabajadores de un país periférico al primer mundo de entonces.

Con Octubre del 17, el fantasma comenzó a recorrer el planeta, y cualquiera que luchara por un mundo más justo, sería catalogado de pertenecer a las redes del nuevo monstruo. Basta sólo recordar que a los luchadores de los movimientos nacionales y populares del Tercer Mundo, se los tildara de comunistas aunque no lo fueran, solamente por intentar construir la dignidad de los pueblos.

Hoy podría señalarse injustamente que todo aquello fue un fracaso, que la revolución no fue más allá de lo que el mundo capitalista podía ofrecer, y tal vez algo de eso sea verdad, pero también habría que subrayar que el capitalismo tiene un modelo de acumulación que si bien es internacional, solamente privilegia el desarrollo en acotados espacios, manteniendo a la mayoría de las naciones del mundo en la más completa miseria y sumisión. Tal vez lo que las revoluciones lograron fue desafiar principalmente esa lógica, planteando en naciones sumamente atrasadas, un desarrollo infraestructural que no hubiera sido posible de ninguna otra forma.

El mundo actual nos muestra que los principales países emergentes, fueron los que atravesaron por esas experiencias, Rusia, China; y que hoy ofrecen la alternativa multipolar a la crisis del capitalismo occidental, dándole la posibilidad a nuestro continente, de tener un desarrollo autónomo como nunca lo hubiera tenido sin la gravitación de esos emergentes.

2011/10/24

Tras el triunfo de Cristina…


El contundente triunfo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones complementarias de ayer, más allá de generar un optimismo desmedido, debiera ser un hecho que permita parar la pelota, levantar la cabeza, mirar el campo de juego y trazar líneas de acción para los años venideros. Sin dudas este resultado implica una relación de fuerzas casi inmejorable en el terreno del consenso democrático, pero de ello no se debiera desprender que esa relación de fuerza sea extensible a todos los terrenos donde se libra el combate político. La situación es óptima, pero exige más que nunca comprender todas y cada una de las variables que hacen a lo que para muchos, hoy consiste en el leit motiv de profundizar el modelo. Ganar con semejante resultado, no es profundizarlo, sino alcanzar un consenso que permita desarrollar herramientas para si poder hacerlo, y de esto mismo se desprende la necesidad y el compromiso de los dirigentes y militantes más identificados con la gestión de la presidenta, para generar espacios de debate y reflexión política e ideológica, que sirvan de insumos para la acción concreta, tanto en el territorio de la gestión, como en el del trabajo de base.

Cristina le sumó votos a todos los candidatos de la lista que encabezó, y no solamente por ser el vértice de esta construcción creando una marea implacable, sino porque generó un liderazgo sin precedentes, donde las principales proposiciones políticas son bien explicitas, más allá de conducir un movimiento heterogéneo.

Cristina en 2007 había alcanzado el 44,8 % duplicando a la segunda que fue Carrió con el 22,9, pero si bien esto implicaba un consenso importante, ello no tuvo traducción en el conflicto con las patronales del campo, y durante todo ese tiempo que se extendió hasta finales de 2009, el kirchnerismo daba la sensación de estar agotado como fuerza mayoritaria, pero no en cuanto a la política que llevaba adelante, ya que ahí mismo fue cuando comenzó a recomponerse con mucho vigor, y es el resultado de ayer lo que lo confirma sin tapujos. Entender esa recomposición, qué batallas fueron las que empezaron a darse encontrando nuevos actores que se fueron sumando al proyecto, es decir un nuevo modelo de acumulación política y cultural, que emergió durante 2010 con mucha fuerza, planteando nuevas demandas sociales, es creo, empezar a ver la punta del ovillo por donde debieran perfilarse los años venideros.

Para los sujetos sociales que plantean transformaciones profundas de la sociedad argentina, esta sin dudas es una situación inmejorable, pero si ello no se traduce en organización, esa que “vence al tiempo”, el desafío puede quedar en el intento.

El consenso siempre es equívoco, y es por esto mismo que se especula desde la prensa canalla o desde la oposición, en cuanto a qué es lo que en verdad votó el mayoritario electorado. Viento de cola, plasmas y consumo es lo que más les gusta señalar, y tal vez mucho de eso también esté presente mal que pese, pero el proceso político fue generando nuevos elementos que si no se tienen en cuenta, va a ser muy difícil consolidarlos. Beatriz Sarlo hoy lo advierte en su editorial del matutino La Nación: “Los resultados de estas elecciones presidenciales no se alcanzan sólo con subsidios, miniturismo, bolsas de shopping o plasmas. Juzgar la adhesión al peronismo sólo por motivos económicos siempre le impidió a la oposición descubrir sus verdaderas peculiaridades. Está claro que si falla la economía, fallarán las urnas. Pero definir su predominio sólo como distribución sistemática o al voleo y obediencia, produce el mismo efecto de mal foco.”

2011/10/20

Libertad de Prensa, DDHH y el lugar del malentendido


Ayer sentí la tentación de responderle a la SIP, en cuanto a la declaración anual que realizaran en Lima, pero la idea era no caer en decir que son unos mentirosos, o que en lugar de la libertad de prensa lo que ellos defienden es la libertad de empresa, cosas que ya se les endilgó muchas veces, y más allá de poder contrariar su posición con respecto a la empresa Papel Prensa, no se me ocurría nada que tuviera el atributo de lo que pretendía para que fuera una respuesta. Tal vez en lo que sigue, de alguna forma pueda cumplir aunque sea asintoticamente con tal objetivo.

Saúl Karsz es un filósofo argentino radicado en Paris desde los años sesenta, formado en la escuela de Louis Althusser. El controvertido Tomás Abraham, escribió en su blog que cuando fue a estudiar a La Sorbona en el 66: "Karsz era un profesor muy riguroso y disciplinado, a la vez que dogmático. Su método era althusseriano, lo que para mi nada significaba en un principio salvo que Althusser había reemplazado a Sartre como jefe de fila de la filosofía francesa". Abraham luego se formó con Michel Foucault, y luego siguió por el pensamiento posmoderno, cosa que hoy le permite desde sus columnas en Perfil despotricar contra el gobierno nacional.

Durante el año 1985 tuve la oportunidad, cuando formaba parte de una revista de circulación alternativa que se llamaba “Héroes y Mártires”, entrevistar a ambos, obviamente por separado. Rescatar algunos de los pensamientos de ellos, habiendo pasado más de dos décadas y media, tiene algún sentido, cuando cobran alguna vigencia en la actualidad.

Tomás Abraham nos recibió en un lujoso y sumamente amplio monoambiente, repleto de libros. Lo primero que le llamó la atención fue el nombre de nuestra publicación, ya que para él había que dejar de rastrillar en el pasado. “¡Ma que héroes y mártires..!.” dijo. Significativamente habían pasado solamente dos años del retorno de la democracia y era un tiempo donde el juicio a las juntas militares estaba al orden del día. Para Abraham que decía ser un “judío socialdemócrata”, había que mirar para adelante, y hubiera preferido que nuestra revista se llamara “Coca Cola” por dar un ejemplo. A los que escuchábamos nos dejó realmente perplejos, ya que de alguien de su formación, sin dudas esperábamos otra cosa.

Lo de Karsz fue algo diferente. Él había venido a Buenos Aires para dar un seminario para trabajadores sociales, en el Teatro General San Martín, que versaba sobre el rol del sujeto, principalmente desde la óptica de Jacques Lacan, de quien él que escribe para ese entonces, era un fervoroso lector.

Siempre voy a recordar algunas definiciones que Saúl nos proporcionó en aquella entrevista, como por ejemplo ante la consulta sobre qué es lo social, además de aseverarla como una construcción, la definía como “la denegación del concepto ideológico de ideologías”. Sin dudas no faltó que hablara del tema de los Derechos Humanos, y nos sorprendió con algo que contrariaba el sentido común de aquel tiempo en la Argentina. Karsz manifestó que si el hubiera estado viviendo en el país, le hubiera gustado participar del movimiento de DDHH pero a sabiendas de que este era un “campo suficientemente equívoco”, ya que era el lugar del malentendido. Lo que es derecho para algunos, no lo es para otros y la humanidad es una, afirmaba. Hoy desde nuestra actualidad saludamos obviamente la política de DDHH del gobierno, pero es bien sabido que bajo ese nombre se pueden esconder también las reivindicaciones más reaccionarias. George W. Bush le había sugerido al líder chino Hu Jintao que aplique los DDHH, o por ejemplo la Cuba de Fidel puede ser enrostrada de no cumplirlos. Es decir que sin una política correcta que apunte a un proyecto integrador, los DDHH resultan ambiguos y fáciles de torcer como se lo hizo con el Punto Final y la Obediencia Debida.

Si entendemos esta afirmación de Karsz como “campo suficientemente equívoco”, la problemática de los DDHH podría ser trasladada a otros territorios tal vez complementarios como lo es la “Libertad de Prensa” o “El autoritarismo” o la misma “Democracia”.

Es por todo esto que no sorprende que alguien como Tomás Abraham, nos hable de “Pensamiento Único”, cuando la socialdemocracia europea adhiriera a la verdadera acepción de ese término, y que no es otro que el discurso del neoliberalismo.

2011/10/18

"Lealtad a la Argentina y a los intereses de todos los argentinos”


No caben dudas, que hay sectores sociales que por su lugar en la economía, ocupan sitios de mayor importancia que otros, pero también habría que convenir que solamente la articulación del conjunto, es lo que produce el funcionamiento correcto de la sociedad. Cuando un sector intenta solamente imponer su propio interés, sin importarle si esto perjudica a los otros sectores, es cuando cabe hablar de espíritu corporativo, pero también valdría señalar que no siempre la representación formal de un sector, coincide con los intereses reales del mismo.

Durante el conflicto con las patronales agropecuarias, que en verdad representaban intereses diversos, se intentó mostrar una sola faceta, e incluso extenderlo al conjunto de la sociedad con una consigna falaz como aquella que afirmaba “Todos somos el campo”. El tiempo posterior fue demostrando la falacia, y ahí mismo estuvo la habilidad del gobierno para revertir la adversidad de entonces, y llegar al presente con un consenso inimaginable hace tres años atrás.

En este sentido expuesto vale subrayar la reunión, en la que ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pudo compartir diagnósticos junto a Coninagro, una de las cuatros entidades que conformaran la mesa de enlace. Dicho encuentro fue calificado por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, como una jornada de trabajo “extraordinaria” que sirvió para aunar los “desafíos del movimiento cooperativo y los objetivos del Estado”.

Idéntica idea acerca de la construcción conjunta de todos los sectores, fue la que Cristina expusiera en Tecnópolis, ante los empresarios a principios de septiembre donde enfatizaba que con los únicos que debemos pelearnos es con los problemas que obstaculizan el desarrollo.

Sin dudas que cuando alguien como el titular de la CGT Hugo Moyano, expresa como lo hizo ayer que: “Si los gobiernos quieren prosperar y hacer prosperar al país, si los gobiernos quieren hacer una muy buena política, no se pueden divorciar de los trabajadores porque son los trabajadores los que generan riqueza y sostienen a los gobiernos”, sin dudas que Moyano tiene razón al respecto, pero la frase pareciera descontextualizada con respecto a la Argentina de 2011, ya que si esto hubiera sido dicho cuando el trabajador era variable de ajuste, tendría total validez, pero también valdría convenir que la clase trabajadora, no es solamente algunas fracciones de ella, sino todos aquellos que aún no se sienten representados por las organizaciones gremiales, y que muchas veces encuentran mayor contención en instancias como el Ministerio de Trabajo que en los sindicatos.

Ayer también Cristina expresaba durante el acto en la ex ESMA que fortaleciendo ese formidable organizador social que es el trabajo debemos “generar también dirigencias sindicales a la altura de las circunstancias”,pidiendo que se tenga “lealtad a la Argentina y a los intereses de todos los argentinos

2011/10/16

Alica Alicate, entre el Fondo del Conurbano y la Seguridad Democrática


En el editorial publicado hoy en El Tranvía, se señala entre otras cosas, acerca de qué impronta tomará el oficialismo después del 23, teniendo en cuenta que conviven aún algunas contradicciones, que debieran ser abordadas, para que el proyecto iniciado en 2003 se profundice. A su vez se señalaba en dicho artículo que tanto los medios hegemónicos, como muchos políticos opositores, a sabiendas de esas contradicciones, las utilizan para posicionarse como competidores en la arena electoral.

De esta forma no sorprende un editorial como el de Carlos Pagni en La Nación del viernes, donde hace principal hincapié en las diferencias entre el proyecto de la presidenta, y las del gobernador Daniel Scioli, principalmente en el terreno que hace la seguridad ciudadana. El matutino de Mitre también ayer sorprendía con una nota supuestamente informativa, donde se editorializaba, es decir se le daba significación a un hecho como la suspensión del acto de cierre de campaña que planeaba Scioli, en el Estadio Único de La Plata, al cual supuestamente Cristina le bajó el pulgar, y el gobernador se tuvo que conformar con hacer una caravana por el populoso partido de La Matanza, al cual algunos medios especulaban conque el candidato a vicegobernador Gabriel Mariotto no iría a asistir, cosa que en realidad no fue así, ya que el titular de AFSCA sí acompañó el evento.

Alica Alicate

Sorprenden las posiciones oscilantes del millonario empresario colombiano Francisco De Narváez, mucho más cuando oscilan entre la más retrógrada visión del clientelismo duhaldista; y hasta sin nombrarla se acerca misteriosamente a la política de seguridad de la ministra Nilda Garré, sin dudas diferenciada de la del ministro bonaerense Ricardo Casal.

El pasado viernes habiendo visitado la ciudad de Bahía Blanca, el candidato de UDESO expresó que si resultara electo, lo primero que haría es dividir al ministerio de Justicia del de Seguridad, y poner a un civil al frente de Asuntos Internos de la policía bonaerense. El colorado indicó que la policía provincial está seriamente sospechada de tener connivencia con el delito, "cuestión que se arrastra desde hace muchos años y que es necesario revertir", asegurando que está decidido a que el titular de Asuntos Internos de la fuerza policial sea un civil elegido por concurso y con aprobación y control de la Legislatura.

"Esta será una demostración plena, y desde el primer minuto, de que no tenemos las manos atadas como las tiene el gobernador Daniel Scioli, que pretende combatir al delito organizado con una estructura policial sospechada de ser corrupta", afirmó casi parafraseando al ex presidente Néstor Kirchner, pero también sin nombrarlo. Lo que De Narváez al afirmar todo esto, no dice es por qué cuando se firmara en diciembre de 2009, el Acuerdo por la Seguridad Democrática, que luego sería la base de la actual cartera de seguridad, él no lo hizo al igual que tampoco su antiguo socio Eduardo Duhalde, quien sí fue uno de los principales arquitectos de “la mejor policía del mundo”. Podríamos señalar que el único referente del peronismo disidente que firmó ese acuerdo fue Felipe Solá, y que para ese entonces el heredero de Casa Tía, promocionaba su famoso “Tengo un plan”, que nunca hizo público, a excepción de su frustrado mapa de la inseguridad, en el cual cualquiera podía entrar y poner cualquier absurdo, como que en la calle 8 y 48 de La Plata se habían robado la antena de Canal 2, o aquel que señalaba que en una esquina los pibes le robaban a todo el que pasaba por ahí, pero que a él no, porque le tenían miedo.

Claro pero el empresario colombiano, ahora se monta de las contradicciones para hacer campaña, y raya con lo cómico cuando además plantea que si fuera gobernador recuperaría para la provincia al Fondo de Reparación del Conurbano que, actualizado a valores de hoy, significaría más de 10 mil millones de pesos. "Un valor suficiente para lograr para la provincia un presupuesto sin déficit y poder encarar inversiones como planes de vivienda y construcción de escuelas", expresó.

En junio de 2005 el entonces presidente Néstor Kirchner afirmaba saliendo al cruce de dichos de Chiche Duhalde que “si conocen tanto la Provincia de Buenos Aires, ¿por qué la dejaron caer tanto al piso?” pero la replica no se quedaba ahí, y le apuntó directamente a la administración de su marido en la provincia: “El Fondo del Conurbano, al que aportamos todos los Gobernadores, tenía 3 millones de dólares por día; Dios quiera que lo hayan invertido bien, aunque a lo largo del tiempo parece que no ha sido así”.

Para recordar es preciso señalar que el Fondo de Reparación fue creado por ley en 1992 y fue el producto de la exigencia que le hizo a Carlos Menem, el entonces vicepresidente de la nación Eduardo Duhalde para aceptar la candidatura a la gobernación de la provincia. Con recursos que debieron renunciar las demás provincias en favor de Buenos Aires, Duhalde contó 600 millones de pesos anuales que repartía a los distintos municipios del Gran Buenos Aires para la realización de distintas obras públicas, planes asistenciales y para crear una estructura clientelar sin parangón anterior. Este Fondo estaba constituido por el 10% de la recaudación del impuesto a las ganancias, y fue así que Eduardo Duhalde, junto con su esposa, lograron armar esa red de unas 35 mil manzaneras que se financiaba con el Fondo de Reparación Histórica y los préstamos del Banco Mundial.

Cuando uno ve que hoy los diferentes municipios bonaerenses se hayan en pleno desarrollo de obra pública, sin la existencia de ese fondo, y que cuando éste estaba esa obra era sumamente escasa, las incongruencias de Alica Alicate se hacen más notorias, y muestran a las claras el desarme político de la oposición.

2011/10/14

Lo de Tabaré ¿Fue un lapsus?


Tabaré lo dijo, luego se mostró casi arrepentido, y renunció a la vida política. Si el hecho hubiera sido protagonizado por algún joven integrante de algún Reality show de esos que se transmiten por la TV, tal vez no hubiera sorprendido la acción realizada, pero en este caso, el actor, no es ni un inexperto, ni alguien que uno podría suponer actuando de forma improvisada. Se trata de un ex presidente, que además se suponía que volvería al ruedo electoral, para las próximas presidenciales del Uruguay.

El ex presidente uruguayo Tabaré Vázquez había dicho que por el brete con la pastera Botnia, no descartaba un conflicto bélico con la Argentina y que no excluía pedirle apoyo militar nada menos que a la potencia del Norte, en aquel momento gobernada por el guerrero George W. Bush.

Estos dichos no hubieran sorprendido de algún viejo dictadorzuelo del Tercer Mundo, de aquellos que armaban guerras contra países vecinos, para beneficiar la dependencia y el sometimiento al poder hegemónico, pero el hecho es que fue dicho por un ex gobernante supuestamente "socialista”, en un continente que hoy busca la integración y los lazos de hermandad, en un tiempo que ya no es el que aludíamos anteriormente.

Resulta curioso además, que él que lo dijo también asevere que: "A pesar de haber hecho un relato de lo realmente acontecido, considero que dichas declaraciones fueron inoportunas. Las hice teniendo en cuenta, además, las excelentes relaciones que felizmente hoy tienen nuestros dos países hermanos" y que esto podía dañar las relaciones entre ambos países, "el proyecto político de la izquierda uruguaya" y al propio Frente Amplio.

El ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle del Partido Blanco, quien respaldara a Tabaré Vázquez en el conflicto por Botnia, aseveró que esta debe ser una simple estrategia, en referencia a la renuncia, para que lo vayan a buscar a su casa.

La pregunta que uno podría hacerse es que hay detrás de todo este accionar, si todo esto fuera totalmente premeditado, y no un simple acto fallido, que de todas formas mostraría la verdadera cara de Tabaré. Si toda esta escena generara simpatías en la sociedad uruguaya, sin dudas sería una traba muy seria a las relaciones bilaterales, cosa que el mismo ex mandatario subraya como un dato del tiempo que estamos transitando.


2011/10/13

“Industrializar la ruralidad”desafío argentino de cara al 2020.


Actualmente el 50 % del comercio mundial se basa en productos alimenticios elaborados, mientras que la Argentina sólo participa de ello en el 2 por ciento.

El desafío nacional es dejar de exportar materia prima y comenzar a transformarla. Es decir, pasar de ser un país agroexportador a uno agroindustrial, ya que hoy prima el envío hacia el exterior de productos cerealeros sin transformación, es decir principalmente granos, o sea commodities, que representan en la actualidad el 63,5 %. Todo este diagnóstico si se quiere negativo se complementa con que en los próximos 30 años la principal demanda de productos elaborados provendrá de los países emergentes.

Industrializar la ruralidad tal como planteó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, implica por lo tanto agregar valor a la producción primaria, para transformarla en productos elaborados, lo cual conlleva además de la inclusión de nuevas tecnologías, la consiguiente creación de nuevos puestos de trabajo.

La ministra de Industria Débora Giorgi analizaba en el suplemento Agro Industria del matutino BAE que: Hoy, la Argentina tiene la capacidad para proveer alimentos a 400 millones de personas en el mundo, pero esto implica que tenemos que agregar valor en cada una de las provincias donde se genera la materia prima. Debemos producir los bienes de capital y los insumos de las distintas cadenas productivas de modo de generar en cada pueblo, provincia y región, nuevos centros de desarrollo industrial, traccionados por la competitividad de nuestros recursos naturales”.

A su vez, Giorgi manifestaba que concientes de esta situación especial, de este momento táctico, en él se enmarca el Plan Estratégico Industrial 2020, donde se apuntala a que los distintos sectores de la producción apuesten al desafío de agregar valor, teniendo en cuenta que en los próximos 10 años la cadena de la industria alimenticia argentina debiera estar en condiciones de cubrir gran parte de la creciente demanda mundial de alimentos.

Sin dudas que este plan no puede ser llevado adelante solamente por un gobierno, sino que exige el compromiso del sector privado, como del público, con el acompañamiento tanto de los empresarios, como de los trabajadores.

2011/10/08

Beatriz Sarlo: peronismo, socialismo e intelectuales




Beatriz Sarlo, daría la sensación de ser una guerrera solitaria, una rara especie de socialdemócrata con visión europea en tierras australes, que tal vez no se haya dado cuenta que ese universo civilizatorio occidental, hace tiempo que dejó de producir grandes pensamientos que pudieran ser emulados como universales. Tal vez una debilidad argentina, o más precisamente porteña, era creer ciegamente que éramos un apéndice del viejo continente, en un terruño muy lejano, lo cual obnubilaba la visión sobre lo más cercano, es decir sobre nuestra realidad suramericana, despreciando las raíces comunes.
Cuando digo solitaria, es porque no abundan en su postura política tantos pensadores de su estilo, y con diferencias ostensibles, la misma lógica de su producción se encuentra más presente en pensamientos locales de la izquierda supuestamente radical, y lo digo así porque nada prueba que en su práctica resulten serlo.
Hasta no hace tanto, casi todas las variables emancipatorias y libertarias, llevaban la marca del pensamiento eurocéntrico, y dar la batalla por un mundo más justo, implicaba aceptar esa impronta de ultramar. Si bien existen matrices conceptuales y teóricas ineludibles, más allá de donde se hayan elaborado, habría que convenir que el discurso de la teoría, como también puede serlo el de la matemática, son piezas formales abstractas, que permiten elaborar sobre una realidad concreta, y es desde ahí mismo donde devienen tanto las posturas políticas como las ideológicas; a saber, no es a partir de intentar adecuar mecánicamente un esquema ideológico político a una realidad particular, sino saber que dicho esquema es la resultante de una intervención teórica en una realidad diferente a la cual se intenta extrapolarla. Si bien lo que intento exponer, es parte de un viejo debate, al menos no es un debate tan conocido, sino tal vez una pieza marginal de elaboraciones inconclusas.
Para ser un poco más preciso, se debieran trazar líneas de demarcación entre lo que es un discurso teórico y uno político, y no yuxtaponerlos, no confundirlos, para hacer de eso un mix indiferenciado, porque se corre el riesgo de desvirtuar a ambos, quitándoles su valor.
De la misma forma el decir y el hacer, como el enunciado y el acontecimiento, nunca forman síntesis, sino divergencias operativas, que hay que saber leer en un contexto totalizado y totalizante. En este último sentido la teoría nunca es declamatoria, ni deliberativa, sino caja de herramientas que permite analizar y demarcar lo concreto en un movimiento continuo. Si bien la ciencia de la guerra desde Sun Tzu a Lidell Hart, pasando por Clausewitz, está enmarcada en la teoría, ella tal vez sea una expresión muy contundente de la naturaleza de la misma, ya no como una unidad sintética aunque sistémica, sino como lucha en el seno de su misma corporeidad. Tal como decía el sociólogo Juan Carlos Marín, la lucha teórica es la lucha por la conducción, por establecer una teoría rigurosa sobre las estrategias presentes (siempre las hay), en una realidad histórica determinada. Indudablemente, a partir de tal operación la política será el resultado inevitable. Se podría objetar que hay política sin intervención teórica, y tal vez desde cierto dogmatismo podría aceptarse que sí, pero vale aclarar que dicha intervención no tiene porque ser algo premeditado ni visible. De la misma forma en que existen siempre estrategias presentes, también hay teorías implícitas.
En una entrevista realizada hace unos meses por el semanario Miradas al Sur, ante la pregunta sobre donde se para ideológicamente, Sarlo respondía: Soy una social demócrata sin partido. Lo soy desde 1980, cuando hice una crítica de mi pasado marxista maoísta. Desde ese momento, adopté lo que muchos marxistas críticos tomaron como camino en algunos países con la opción de tener partidos socialistas: caso España, Francia, Brasil, Chile, Uruguay. En la Argentina, el peronismo hizo imposible, en el sentido que ocupó todos esos lugares, la instalación de un partido socialista. No pudieron insertarse como verdaderos partidos de masas y me quedé sin partido”
Cuando ella nombra a ese círculo de marxistas críticos, tiene en cuenta inexorablemente al grupo que constituyera en los 80 el Club Socialista, y que fueran más allá de algún que otro intento, uno de los pilares intelectuales de sostén del gobierno de Raúl Alfonsín, quien adhiriera con la UCR a la Internacional Socialista. El devenir de la socialdemocracia en la Argentina no pudo impedir la instalación del neoliberalismo en los 90, y el desguace del estado que produjo, y si bien una parte considerable se mantuviera en el Frepaso y la UCR, cuando llegan al gobierno con la Alianza en el 99, no pueden no mantener el nivel de ajuste que había comenzado a implementar el menemismo, y la crisis del neoliberalismo en diciembre de 2001 salpicó principalmente a la socialdemocracia gobernante.

El que escribe podría sostener que la posición de Sarlo, constituye una postura deshonesta, a saber que en lo que dice, más allá de cierta declamación, como pretender la constitución de una alternativa socialista en la Argentina, o cierto parlamentarismo que pudiera contrarrestar efectos para ella “totalitarios”, lo que en verdad está planteando es cierta funcionalidad a los poderes fácticos, cosa que tal vez podría aseverarse, teniendo en cuenta que es una de las editorialistas estables de un matutino como La Nación, del cual nadie puede ocultar su raigambre oligárquica; pero considero que vale la pena darle crédito, no por Sarlo como persona, sino porque las ideas que expresa, hacen al acerbo de una tradición supuestamente identificada con los sectores populares y progresistas, que reniega de forma acérrima del peronismo, como identidad político cultural de las masas, y al cual identifica como núcleo duro de una competencia, en la cual siempre se vio en desventaja. Ella lo dice, el peronismo “ocupó todos esos lugares” que debieran haber sido la base de cualquier socialismo, y a lo cual agregaría tanto revolucionario como socialdemócrata. Históricamente la izquierda argentina, nunca pudo romper el umbral de la lucha sindical, o en términos de Gramsci de lo contractual y corporativo, para poder esbozar un pasaje del conjunto de los trabajadores y el pueblo, hacia una construcción política que pueda expresar sus demandas de forma institucional, otorgándoles el rol de ciudadanía. En este sentido fue el peronismo, el cual logrando sumar a la estructura del Partido Laborista, alcanzó que los trabajadores argentinos, encontrasen una alternativa que por lejos excedía lo corporativo del sindicato, y llevaba al conjunto de la clase a la disputa por cierto control de la gestión estatal. Sin dudas no era el poder obrero, pero tampoco un estadío donde sus reivindicaciones principales cayeran en saco roto. Es más, desde el peronismo el conjunto de los trabajadores alcanzaban demandas por las cuales habían luchado por décadas, y sin dudas en este sentido, más allá de las definiciones ideológico políticas, el nuevo movimiento ocupaba “todos esos lugares”, a los cuales Sarlo se refiere, y acá vale la pena recordar que el peronismo puso en práctica, propuestas que habían sido esbozadas por un socialista como Alfredo Palacios.
La incomprensión sarleana del peronismo la hace extensiva hoy al kirchnerismo, y es por esa razón que tilda a ambos de ser portadores de rasgos autoritarios, pero lo hace mucho más evidente cuando se refiere a la posición que adoptaron algunos compañeros suyos de ruta, principalmente en los 80.
En una entrevista realizada por la Revista Veintitrés, Sarlo dice: "Me desilusionaron muchos intelectuales, casi todos los del Club Socialista. Entiendo el reflejo de los viejos que dicen que, lo que no se dio por este lado, se da por este, que está ok y es lo que hay. Hay integrantes de Carta Abierta que son de mi generación o tienen algunos años menos, gente que seguramente votó a Cámpora en el '73, a Alfonsín en el '83, pero que ahora dijeron 'vamos en una'".
Cuando hace referencia a esos intelectuales por ejemplo exime de esa condición a un Horacio González ya que “es un peronista que pasó por todas las variantes del peronismo. Piensa que el peronismo es la nación, no como algo descabellado. Pero, en realidad, hablaba de los menos notables, los que se hicieron kirchnerístas. González tiene todo el derecho del mundo de decir "por fin, he encontrado esto" porque viene interpretando el peronismo hace años. Es un tipo que piensa con mucha densidad el fenómeno peronista, en función de cómo piensa la cultura popular. Es diferente a los que dicen "hay que votar a Cristina, si finalmente no hay otra cosa". Esa no es mi posición.
Aseverando que la de ella es apostar a que algo más pueda ser construido y si no puede ser construido, siempre está la opción de votar en blanco y de expresarse. No voy a aceptar lo que no me parece aceptable políticamente. Pero entiendo a los que lo hacen, aunque poco se hable de ellos: la generación plus 50, vuelta kirchnerista
Cuando alguien formado en la izquierda, pero que hoy apoya el proceso de transformación que viene llevando adelante el kirchnerismo, que sin dudas tiene una infinidad de contradicciones, pero en el cual es posible transitar sin bajar ninguna bandera, porque la historia fue demostrando que no hay cambios a la vuelta de la esquina, es cuando posiciones no solamente como las de Beatriz Sarlo, sino también de los que dicen encolumnarse en la izquierda revolucionaria, resultan a veces incomprensibles, y salpicadas de preconceptos ajenos a la realidad que viene sucediendo hoy no sólo en nuestro país sino en el continente, y es en ese punto justo donde es necesario extraer todo el bagaje teórico no sólo para seguir desarrollándolo, sino para avizorar un horizonte de transformaciones.