2023/04/15

Las imprecisiones del lenguaje


El lenguaje es a lo largo de la intrincada evolución biológica, una de las principales adquisiciones que alcanzó la especie (creo que la principal es la posición erecta). De todas formas el lenguaje no deja de ser a veces inconexo, fallido e incapaz de expresar lo que supuestamente se querría. De todas maneras hay en el lenguaje determinadas expresiones que se podrían corregir y que pudiendo hacerlas, se lograría inclinar bastante determinados puntos de vista que se sostienen como obviedades.

La supuesta distinción entre el cuerpo y el pensamiento (o el alma) es algo que viene dado en el lenguaje corriente. Si nos detenemos un instante nos daremos cuenta que siempre hablamos del cuerpo como algo extraño a nosotros. Posiblemente los grandes atletas sean quienes no se disocian tanto.

De todas formas ese lenguaje disociado se hace carne como en el delirio del presidente Schreber.

2023/04/07

La Pascua en la tradición católica eslava.

 


Cada vez que llega la Semana Santa y la Pascua, aun siendo ateo, hay algo que para mí no es igual a cualquier festejo o celebración. Me formé de niño bajo la tradición religiosa de los polacos católicos. En su texto Moisés y el monoteísmo, Sigmund Freud, de origen judaico decía que aunque él no fuera practicante de ningún culto e incluso no creyente, sostenía que quizás conservaba lo esencial de la tradición de sus antecesores.

En Berisso debe haber muchos descendientes de polacos o de otros pueblos eslavos de tradición católica que seguramente sientan algo similar a mí, ante la llegada de la Pascua. Lo cierto es que para mis abuelos paternos esta festividad representaba mucho más que la Navidad. Desde el Domingo de Ramos los preparativos para la Pascua eran bastante meticulosos. En nuestro país en donde no existe separación entre la Iglesia y el Estado, la Pascua no es igual a la de la tradición católica de los eslavos.

Voy a enumerar algunos aspectos de la celebración pascual que viví en mi niñez. Mi abuela preparaba un pequeño canasto en el que depositaba algunos alimentos. Entre ellos, lo que nunca faltaba era el oplatek u oplatki que es una fina oblea de pan igual al de la ostia que un tiempo antes, el cura polaco les llevaba a sus casas a todos los interesados. Para la misa de Pascua mi abuela llevaba el canasto para ser bendecido. El contenido iba a ser repartido en la mesa durante el almuerzo.

Otra peculiaridad eran los huevos de Pascua. En este caso mi abuelo era el encargado. En una olla en la que colocaba cáscara de cebolla, hervía una cantidad de huevos de gallina que tras ese procedimiento quedaban bien colorados. Esto iba a servir para realizar un juego previo al almuerzo que lograba concertar la atención de todos. Cada uno elegía un huevo y agarrándolo fuerte con la mano, ponía la parte puntiaguda hacia arriba. Entonces empezaban dos familiares a chocar sus huevos. El que lograba mantener su huevo sin que se rompa comenzaba a ganar y a chocar contra el que siguiera. Así había uno que lograba ganarles a todos. Lo curioso es que siempre ganaba mi abuelo. Mi tío Mariano decía que el viejo seguro tenía un huevo de madera. En realidad había aprendido con sus años a saber elegir. 

Según escuché, en Europa esta costumbre incluía a que la gente saliera a la calle con los huevos y jugara casa por casa en una verdadera confraternidad entre vecinos. Alguna vez el marxista italiano Antonio Gramsci escribió que el catolicismo no es igual en todos lados. El de sus compatriotas no era igual al de otras naciones europeas y mucho menos al de lugares como Sudamérica. A la práctica de la religión se le suma siempre las propias costumbres de los pueblos.