2011/07/25

Esto no sucedió en la CABA sino en Berisso


Como todos los días, bien temprano voy al quiosco de diarios, donde además de comprar los periódicos habituales, uno se queda mirando las tapas de todos las demás publicaciones, y nunca faltan los debates políticos tanto con el dueño del puesto, como con algunos que también van al mismo sitio. Esto ya se hizo costumbre, y a veces cuando uno está apurado, hay que disculparse por retirarse tan rápidamente.

Ayer domingo, justamente estaba viendo la tapa del diario El Plata, una publicación platense del estilo Crónica o Diario Popular, donde en el medio de la tapa, decía “Siguen los robos en edificios platenses”, y lo leo en voz alta, cuando uno de los que fueron a comprar el diario, me responde: “Y qué querés, si cada vez hay más negros, ellos viven teniendo hijos al por mayor, y cada vez son más. En cualquier momento van a ser más que nosotros, y lo peor de todo es que nos van a gobernar, si es que ya no lo están haciendo”.

Lo que quiero resaltar es que esto no sucedió en la Ciudad de Buenos Aires, ni siquiera en el centro de La Plata, sino en un barrio de Berisso, una ciudad obrera y peronista, y el que lo dijo es un jubilado de YPF, descendiente de inmigrantes árabes, y que seguramente va a votar al peronismo y a Cristina.

Últimamente se habla mucho sobre el gorilismo porteño, después de la primera vuelta donde ganara Mauricio Macri, pero lo que creo es que más allá de lo estrictamente político, hay una raigambre cultural que no solamente existe en la CABA.

Elecciones en Santa Fe, una primera aproximación

Realizar un balance de la elecciones de ayer en Santa Fe, no resulta fácil, mucho más cuando desde los medios hegemónicos, y desde muchos candidatos opositores, se intenta nacionalizar los resultados, tratando de demostrar que el gran perdedor ayer fue el kirchnerismo.

Hoy por dar un ejemplo La Nación, habla de 2 grandes ganadores y de 2 grandes perdedores. Los dos primeros para el diario de Mitre son Hermes Binner y Mauricio Macri, mientras que los dos segundos son la presidenta Cristina Fernández y Pino Solanas.


Todas las encuestas previas daban como ganador al socialista Antonio Bonfatti, por un amplio margen y lo que se debatía era quien iba a resultar en segundo lugar, pero ayer ante los primeros conteos e incluso pasado el 50 % de los votos escrutados, el debate pasaba por quien iba a ser el ganador, mientras que el tercer lugar estaba asegurado, en este caso por el candidato del FpV, Agustín Rossi.

Lo realmente curioso fueron las palabras del electo gobernador por el Frente Progresista, quien ganando por mucho menos de lo que se suponía, y casi raspando, éste dijera que hubo un voto castigo contra la intención de imponer un "pensamiento único", en clara referencia al kirchnerismo. Bonfatti más que preocuparse por la escasa diferencia por la que ganó, cuando todas las encuestas le daban una diferencia a favor del 10 %, acusó recibo invertido.

Según revelaba ayer el diario Perfil, a través de una encuesta de Management & Fit, Bonfatti alcanzaba el 38,3 %, Torres del Sel el 28, 2 % y Rossi el 25,4 %. Si nos atenemos a este sondeo el ganador alcanzó menos de un punto porcentual de lo previsto, mientras que el Midachi llegó a casi el 8 por ciento más, mientras que el candidato de Santa Fe por Todos obtuvo 3 puntos menos. Si existe alguna sorpresa en el resultado de ayer, no es tanto el voto al candidato Rossi, sino el resultado mínimo por el que el socialista se impuso al del Pro Federal, cuando en las provinciales anteriores, Hermes Binner alcanzaba cerca de la mitad del electorado.

Por otro lado si bien el Frente para la Victoria, resultó tercero en las votaciones para gobernador, se impuso en las legislativas, donde la candidata María Eugenia Bielsa se imponía por el 35,17 %, y de acuerdo a lo que dispone la Constitución santafesina, el partido que gana en el rubro diputados se queda con 28 de las 50 bancas que están en juego. El resto se lo reparten por sistema D’Hont los otros partidos políticos. Esto supone obviamente que la Cámara Baja tendrá otro color político que el que va a gobernar la provincia.

Por otro lado hay que tener en cuenta que al igual que en la CABA, en Santa Fe, se incrementó un electorado que elige el voto despolitizado, y liviano, aunque en las sombras actúen viejos personeros de la política más rancia, como lo es un Eduardo Duhalde, y donde el accionar de Carlos Reutemann también sopesó bastante en el voto del Midachi.

“No se trata de hablar mal de estos votantes, sino, simplemente, de señalar que existen: a ellos la política no los convoca y puede llamarles la atención una novedad recién desembarcada de los medios. Este perfil de votante es el gran desafío de la política no solamente en la Argentina. Hoy favorecieron a Miguel del Sel, agradeciendo simpatía, "cariño", "sencillez" y lenguaje de llaneza invencible”, asevera hoy Beatriz Sarlo en su editorial de La Nación al cual titula “Una votación rara”, agregando posteriormente que: “De todos modos, no hay que llamarse a engaño. En el cuartel general de Del Sel no estaba sólo la decoración festiva de Pro. También estaban Gerónimo Venegas y Martín Redrado, dos duhaldistas netos y, para quien quisiera escucharlo, estaba el intendente de Chabás, Osvaldo Salomón, un defensor del campo que considera que el socialismo fue "tibio y vacilante" en la cuestión agraria y que Rossi fue sencillamente un enemigo de esos intereses.”

Las elecciones de Santa Fe, no se si abren un panorama nuevo, más allá del crecimiento de esta modalidad Pro; ya que los destinos de una provincia indudablemente están ligados a las políticas de estado que se llevan adelante desde el gobierno central, y esto los que ganaron bien lo saben.

2011/07/16

Juventud y política- ¿Recambio o lucha generacional?


Una sociedad que no encuentre sus formas de reproducción, inevitablemente se caería a pedazos. Si ella se mantiene de manera sumamente firme, es porque entre generaciones se conserva la cadena de mando, y la reproducción se realiza en piloto automático.
En los años sesenta setenta, algunos sostenían el concepto de “lucha generacional”, y esto se debía principalmente a que la juventud de entonces se revelaba ante los valores constituidos, y a la vez personificados en los mayores, incluidos los propios padres. En este sentido esta cultura emergió como oponiéndose a la perpetuación infinita de la cadena de mando. En esta frase quisiera sintetizar un sentir tal vez bastante generalizado de los que fuimos adolescentes en aquella época:
“Todo el mundo hace lo mismo, todos se satisfacen con lo mismo, todos creen que son felices de esa forma, pero a mi no me engañan, ya que su bienestar es una tremenda hipocresía, y como mis padres quieren que yo sea de esa forma me les revelo y comienzo a construir mi propio camino".
En verdad el concepto de lucha generacional, no era correcto, o en todo caso habría que afirmar que la cuestión generacional era secundaria, ya que lo principal era la confrontación ideológico cultural, que si bien se expresaba en los jóvenes, no podemos decir que fuera solamente patrimonio de ellos. Lo que se cuestionaba no era a los que tenían más edad, sino a un patrón cultural que en su mayoría era encarnado por los de más años, aunque hubiera entre ellos una minoría que fuera la fuente de inspiración de los que en ese entonces éramos jóvenes.
Con lo dicho, quiero afirmar que no hay rebeliones juveniles, ni recambios generacionales donde los jóvenes por sí mismos los puedan llevar adelante, pero también afirmar que no cualquier referencia de personas mayores les permite a los de menos edad, poder hacerlo. Hoy es un lugar común en la militancia nacional y popular hablar y plantear tanto la integración de los jóvenes como el recambio generacional, pero muchas veces estos planteos reproducen incorrectamente el modelo de “lucha generacional”, como si todo el que fuera mayor debiera ser excluido de una nueva construcción, y afirmando implícitamente que cualquier joven puede ser parte de esa formación. Alineamientos políticos como el PRO desmienten este diagnóstico, pero principalmente lo desmiente, el hecho que fuera alguien como Néstor Kirchner, considerado por una masa importante de jóvenes como un adulto rebelde quien fuera su fuente de inspiración, y que a la vez los incitara a militar activamente.
En uno de sus últimos discursos Cristina se propuso ella misma, como el puente donde se pueda articular el recambio generacional. Este planteo no implica que los sectores juveniles no tengan sus ámbitos propios, ni dejar de tener poder de decisión, ni autonomía de acción, sino principalmente afirmar que hoy el proyecto nacional y popular tiene una conducción estratégica, y que si bien ésta necesita contar con un fuerte conglomerado juvenil, para combatir lo viejo de la política y para asegurar el futuro, todo aquello que se plantee solamente la lucha generacional, implícitamente está renegando de las verdaderas conducciones. Pero lo importante a señalar es que la mayoría de los espacios juveniles hoy comprenden el verdadero desafío, y encuentran una fuente de inspiración en aquella juventud de los setenta, que a pesar del correr de los años, nunca bajaron las banderas, y como dijera Néstor Kirchner al asumir su presidencia, no dejando las convicciones en las puertas de la Casa Rosada.
Es por esto que suena hipócrita cuando algunos se proponen armados políticos exclusivamente juveniles, pero que tal vez en la oscuridad mantengan a viejos gurúes que precisamente en los años setenta no fueran para nada rebeldes.

2011/07/13

No subestimar al PRO- "Sálvese quien pueda" vs. "Nunca Menos"


Hoy desde el diario La Nación, siguen insistiendo en que el amplio voto a Mauricio Macri en las elecciones del pasado domingo, son la expresión de un voto contra Cristina, contra la confrontación, la beligerancia, y el autoritarismo. Desde el análisis de Joaquín Morales Solá que lleva como título “Al gobierno no le sirve ninguna lección”, hasta el mismísimo Martín Lousteau quien en su artículo “Fito Paéz ¿miembro del próximo gabinete?”, el ex ministro cuestiona al cantautor por sus dichos sobre el electorado porteño, y donde expresa que lo que se votó fue contra la intolerancia del kirchnerismo.
Pensado de esta forma pareciera que el voto PRO fuera un hecho completamente reactivo, un voto negativo, un voto en contra de, y no a favor de nada. Sin dudas quieren hacer pasar al resultado porteño como un “voto castigo”, pero hacerlo de esta forma creo que les priva de ver el otro lado de la tortilla, que es que el voto PRO expresa también una elección a favor de algo, no totalmente delineado, y a lo cual los editorialistas de La Nación, tal vez no les interese para nada esclarecer. En una nota que leía ayer, Durán Barba decía que: “En nuestra profesión tratamos de comunicarnos con los electores comunes. En las campañas, el votante que más nos interesa es el menos instruido. Una persona que lee el editorial de La Nación no nos interesa para nada porque ya está decidido.” El publicista de Macri, sin dudas es fundamental en la construcción del perfil PRO, y a eso pretendo referirme porque creo que muchas veces vemos a esta fuerza como algo a subestimar, y pienso que no debiera ser así. Si bien PRO en política reproduce casi todo lo de la vieja derecha, en su estética es algo completamente diferente. Jóvenes desprejuiciados de buen pasar económico, empresarios exitosos preocupados por sus gustos más frívolos y sin disimularlos, apología consumista, donde la política es solamente un complemento para combatir la naftalina, son sus lugares más comunes. Tal vez el perfil cultural PRO sea algo mucho más generalizado, pero lo nuevo de ello, es que este grupo hace política y controla la capital de la Argentina, y dice estar en contra de la vieja política. Decíamos que este perfil cultural es mucho más generalizado, pero renuente a integrarse a un grupo político, principalmente en el resto del país, y ese es el déficit de esta fuerza para extenderse más allá de la General Paz. Por ejemplo en la provincia muchos referentes PRO son viejos militantes, con una cultura diferente a la de los miembros capitalinos, y eso es un límite. Cuando los de la fuerza amarilla hablan de la nueva política, en verdad hablan de otra estética que no es precisamente la de esos punteros, que quieren representarlos en otros lugares. No caben dudas de que los alineados con referentes como Duhalde, comparten en última instancia la mismas ideas políticas que el macrismo, pero lo que si es contrapuesto y hasta antagónico es su estética, y esto un Durán Barba lo comprende a la perfección, y es por eso mismo que le recomendó a su pupilo decir alguna vez que un Duhalde es pianta votos.
El PRO expresa un tipo de molde cultural impuesto a los jóvenes, principalmente en los noventa, que aún no está extinguido y que se reproduce principalmente por los medios hegemónicos, pero que hoy encuentra una resistencia cultural activa aún no mayoritaria, pero que es parte del combate cultural que debemos profundizar. En definitiva se trata del “Sálvese quien pueda” enfrentado al “Nunca Menos”.

2011/07/12

Las Elecciones en la CABA y las formas de leer los hechos


Dar cuenta de determinados acontecimientos, en gran medida depende del resultado de ellos. Lo que si queda claro es que las justificaciones nunca son la mejor manera de hacer un balance que permita esclarecer de manera efectiva determinados resultados.
Hacer un balance crítico permite revertir y corregir errores, mucho más cuando un resultado es negativo, pero esto también es aplicable a si éste fuera positivo, ya que ningún acontecimiento se cierra en sí mismo, y es aportante de una perspectiva.

Desde las filas del kirchnerismo, se intenta dar cuenta del resultado favorable a Mauricio Macri en las elecciones del pasado domingo, y qué se debiera hacer para que en el balotaje, el Frente para la Victoria pueda revertir la diferencia establecida tras el comicio. Entonces, pero desde una vereda opuesta, uno se encuentra con un editorial escrito por Sergio Kovadloff, hoy en el diario La Nación que se titula Los platos rotos de la derrota, donde en forma invertida se expone lo que no se debiera hacer para extraer un balance correcto, aunque en este caso el balance está hecho desde el triunfalismo macrista.

Kovadloff entre otras cosas afirma que: “Daniel Filmus no puede desconocer lo mucho que ha hecho y dejado de hacer para correr la suerte que corrió en las elecciones de anteayer. Condicionado como estuvo por el desapego personal que, a lo largo de toda la campaña, le manifestó la Presidenta, no pudo sin embargo hacer otra cosa que cargar sobre sus hombros con las consecuencias de las oscuridades sembradas, desde hace mucho, por el gobierno nacional.” Filmus de esta forma para el editorialista, fue una víctima por haber encarnado a Cristina en la ciudad, y más adelante también señala que: “El oficialismo hubiera querido que la confrontación en la Capital fuese entre progresistas y conservadores. La gente decidió que sería entre la ley y la corrupción, entre el espíritu de convivencia y el afán de beligerancia. Y votó contra el Gobierno potenciando la figura de Mauricio Macri a nivel nacional.”

Según Kovadloff los electores votaron contra el autoritarismo y la corrupción, contra la beligerancia y a favor de la convivencia pacífica, y del espíritu democrático. Toda esta retórica pareciera verosímil, si existiera un electorado verdaderamente preocupado por todos estos asuntos, cosa que queda desmentida cuando existen sondeos que indican que casi la mayoría de los electores desconocían o poco les importaban las escuchas ilegales, encargadas por el gobierno de la ciudad, a los actualmente detenidos Jorge “Fino” Palacios y el espía Ciro James, y que el mismo jefe de gobierno Mauricio Macri se encuentre procesado por todo esto. Los electores porteños de esta forma votaron contra el autoritarismo pero no contra los ataques de la ex UCEP. Tal vez Kovadloff para ser un poco más certero podría haber dicho que Macri ganó por plantear que existe una “inmigración descontrolada” o por la ineficiencia de su gestión, que poco parece importarle a muchos de sus votantes, pero su elección es dar una vuelta de tuerca para presentar a Macri como un paladín del diálogo y la pacificación, cuando éste se negó a participar de cualquier debate previo al acto eleccionario, y presentar al gobierno nacional como el símbolo del autoritarismo irracional, y aseverar que Filmus fue el gran castigado por representar a todo ello. En este mismo sentido ya los medios hegemónicos se encargan de aseverar que el gobierno nacional, recibió en las elecciones porteñas un rechazo del 70 %, simplificando de esta forma el escenario electoral de las presidenciales de octubre.

Cuando uno lee estos balances, que más que mostrar una realidad, lo que intentan es persuadir de otra cosa, es en ese mismo punto donde uno se da cuenta de lo que no se debe hacer cuando uno está de este lado.

2011/07/06

Cristina, Moyano y la representación de los trabajadores


Si se leen las principales noticias y editoriales del diario La Nación de hoy, inclusive el del propio Joaquín Morales Solá, pareciera que los del pasquín de Mitre optaron por ponerse del lado de Hugo Moyano y la CGT, para criticar el autoritarismo de Cristina en la confección de las listas electorales, dejándole casi nada al sindicalismo. También rescatan al pampeano Carlos Verna, quien abandonara el armado kirchnerista para pasarse a las filas del duhaldismo, pero extrañamente no mencionan la actual posición del electo gobernador de Chubut Martín Buzzi, quien a pesar de haber ganado las elecciones de su provincia encolumnado a Mario Das Neves hoy se acercó al oficialismo, criticando el alineamiento de su ex jefe, al ex presidente interino Eduardo Duhalde.
Nos interesa principalmente debatir esta cuestión referida a la presencia de los trabajadores en las listas, porque decir que Moyano se haya quedado con las manos casi vacías, con la excepción de su hijo Facundo, quién será candidato a legislador; implica un debate mucho más serio y extenso, que el que se plantea cuando se habla de la representación de los trabajadores en las listas, cuando en éstas están contemplados los dirigentes cegetistas. Ya en el acto realizado el año pasado en River, la presidenta le endilgó a Moyano que: "a usted que pide un presidente que sea trabajador, yo trabajo desde los 18 años". Si bien existe cierta tradición peronista donde los dirigentes gremiales deben ocupar lugares en las listas, los dichos de Cristina en ese entonces revelan una concepción político- ideológica que trasciende largamente lo que pudiera ser entendido como un simple recurso para contrarrestar las posiciones del líder camionero.
Obviamente cuando planteamos este debate no nos estamos refiriendo a si existe o no tensión entre la presidenta y la central obrera, como pretenden mostrar los medios hegemónicos, para subrayar una supuesta contradicción (que sin dudas podría existir), para mostrar un virtual quiebre de las filas del oficialismo. El debate que nos interesa principalmente es de que forma los trabajadores alcanzan representación efectiva en la política, y en primer lugar porque seguimos pensando que este sector de la sociedad, es de importancia superlativa para los cambios a realizarse, para seguir profundizando el proyecto nacional y popular iniciado en 2003.
Las representaciones sindicales, si bien adquieren en cierto momento un cierto estatus político, convengamos que en primer lugar son representaciones contractuales y corporativas, de organizaciones que fueron hechas con una finalidad precisa, y que es la defensa de los derechos laborales en un sector específico del espacio productivo. El salto que implica para un trabajador, pasar al rango de sujeto político, inevitablemente excede su organización original, para responder por los intereses comunes de toda la sociedad, y es justamente este hecho el quiebre mismo de lo estrictamente corporativo. En el terreno propiamente político, un trabajador debiera abogar por establecer el modo propio de su clase, para abordar los problemas de la sociedad en su conjunto, para encontrar una resolución desde su mirada productiva, y es ahí donde creemos imprescindible que los trabajadores tengan su representación.
Si uno observa políticos como Macri o De Narváez, nunca dejamos de señalarlos como empresarios, aunque ellos no hayan llegado a la política en representación de alguna cámara empresarial, pero así y todo es bien visible que sus intereses como integrantes de ese sector, ellos los quieren imponer al resto de la comunidad, es decir, dirigir al conjunto desde un punto de vista empresario.
Otra cuestión en referencia a la representación de los trabajadores, y que excede largamente lo que venimos desarrollando es que actualmente el movimiento obrero organizado sindicalmente, hoy no está unido y que la recomposición de esa amalgama social, hoy no depende exclusivamente de los trabajadores mismos, sino de políticas de estado que comienzan a revertir paulatinamente el proceso de disindustrialización realizado en los noventa, que no solamente implicaba pérdida de puestos de trabajo, sino también la precarización y flexibilización de la mano de obra.