2008/07/17

Un recuerdo y una primera reflexión

De esto me hizo acordar el fallo contra las retenciones en el Senado

El 29 de mayo de 1973 se cumplían 4 años del Cordobazo, y a su vez era el primer cumpleaños que se iba a realizar habiendo un gobierno democráticamente elegido, ya que el 25 había asumido Héctor J. Cámpora como presidente de los argentinos por el Frente Justicialista de Liberación.
En La Plata, todo el movimiento estudiantil de izquierda, se dio cita en el Aula Magna de Exactas, para conmemorar aquel acontecimiento del 69 que fue el preludio de la caída del dictador Onganía. Estábamos casi todos, desde los agrupamientos peronistas ligados a la guerrilla, la izquierda comunista y socialista, tanto maoísta como trotskista, algunos referentes obreros y también algunos ex presos políticos que habían sido liberados días antes tras la asunción del gobierno popular.
En el acto de Exactas todos los grupos tenían su orador, era un verdadero acto democrático que culminaría con una marcha por la ciudad. Sin dudas que los grupos peronistas FURN y FAEP, eran mayoría y así lo hacían notar imponiendo sus cánticos, pero todos teníamos espacio. La mayoría de los oradores rescataban la lucha antidictatorial que había terminado con los gobiernos primero de Onganía, luego Levingston y por último de Lanusse, y si bien todos no coincidíamos en la caracterización del nuevo gobierno democrático, al menos sabíamos que algo había cambiado, por ejemplo no era poca cosa que todos los compañeros presos ya estuvieran libres. Cabe destacar que esta liberación fue producto de una gran movilización a la cárcel de Devoto, y que allí cayeran dos militantes, uno de la Juventud Peronista y otro de Vanguardia Comunista.
Volviendo al acto, hubo un hecho sumamente significativo, y es lo que quiero relatar.
La mayoría de los oradores trató de mantener el equilibrio, pero cuando le tocó al vocero de la TERS ligada al Política Obrera, grupo trotskista que hoy es el Partido Obrero, éste no escatimó en denunciar al gobierno burgués de Cámpora, y fue ahí donde se pudrió todo, completamente todo, ya que los grupos peronistas mayoritarios se levantaron y cerraron el acto, y afuera del anfiteatro prohibieron que todo lo que no fuera peronista pueda marchar. “No permitiremos que los sucios trapos rojos ensucien la Ciudad Eva Perón” (nombre dado a La Plata durante los gobiernos anteriores de Juan Domingo Perón). Luego la TERS fue sancionada y le fue prohibido militar en la universidad por un tiempo. Una sanción parecida también la tuvieron los del GEA ligado al Partido Comunista Maoísta.
No esperábamos que tres años después viviéramos la dictadura más sangrienta de nuestra historia.

Primeras Conclusiones

Siempre fui partidario de aprender de los errores y a su vez saber que muchos de ellos no son simples fallas sino efectos de concepciones ideológicas y culturales arraigadas en el sentido común, y que superarlas implica una tarea de revisión crítica y autocrítica muy severa que sin dudas incluya al ego mismo. Por otro lado saber que en política se trata de concepciones estratégicas de largo alcance, y que los errores tácticos si bien hay que corregirlos para que no vuelvan a suceder, muchas veces provienen de concepciones estratégicas diferentes a las cuales uno supone adscrito. Un amigo que fuera militante próximo a Montoneros una vez me dijo que el único error que habían cometido era el no haber ganado, y obviamente que una respuesta así es la que uno no espera para poder pensar una perspectiva política viable en un presente muy diferente a aquel. Sin embargo esas matrices ideológicas pueden subsistir en escenarios donde las perspectivas políticas son diferentes a aquellas. Creo que ese entripado entre peronistas de izquierda y sectarismos trotskistas en 1973, hoy en la realidad argentina de 2008 pareciera más vivo que nunca, y sea tal vez una de las dificultades principales para establecer un rumbo democrático y progresista, en sintonía con las nuevas fuerzas que se expanden por Sudamérica.

2008/07/12

Imaginación e imaginería


Conocer solamente un pequeño territorio, no invalida la existencia del horizonte, ese espacio lejano que no necesariamente conocemos pero que podemos imaginar a la distancia. Parado en el medio de la extensa calle, puedo divisar algunos kilómetros más allá, percibiendo alguna imagen borrosa que sólo podría disipar caminando hasta ese lugar, lo que no invalida que pueda imaginarlo antes de llegar, aunque la percepción de lo real siempre va a contrastar con lo imaginado.
Esta apreciación me hizo pensar acerca de la imaginación, y evaluar sobre ella.
La imaginación es producto del desconocimiento, pero puede y debe ser un punto de arranque. Ella puede dar vuelta supuestos establecidos, pero no alcanza. Si la imaginación es capaz de producir nuevos conocimientos y desentrañar al sentido común, creo que es completamente válida la consigna: “La imaginación al poder”, pero si solamente sirve para anclarse más en el desconocimiento, tal vez su verdadero nombre sea sólo imaginería.