2025/12/24

Hipótesis sobre la estesia y el yo de placer purificado

Hipótesis.

La experiencia mínima de estar vivo no comienza con la percepción del mundo ni con la conciencia de sí, sino con una auto-afección vital primaria, común a todo ser vivo. A esta experiencia la denomino estesia.

La estesia no es una facultad psicológica ni una forma de percepción objetal. Es el hecho elemental de que un organismo, al sostenerse como tal dentro del flujo general de la vida, se siente existir sin distancia. No hay aquí interioridad reflexiva ni representación: hay afección inmanente. Todo ser vivo —desde una ameba hasta un humano— existe como un campo sensible de auto-afecciones, condición sin la cual no habría orientación, conducta ni conservación.

Desde este punto de vista, el egoísmo del instinto de conservación no debe pensarse como una tendencia originaria independiente, sino como una derivación funcional de la estesia. Un organismo se conserva porque su existir le importa, y le importa porque se siente existir. No hay conservación sin afección previa. La persistencia vital presupone una forma mínima de sentir la propia continuidad.

En este marco, el “yo de placer purificado” formulado por Sigmund Freud puede reinterpretarse no como una fase psicológica transitoria, sino como una descripción parcial de esta vida afectiva primaria. Dicho “yo” no percibe objetos ni reconoce un mundo exterior: opera como una estructura ameboide, orientándose exclusivamente por gradientes de placer y displacer. Se extiende hacia lo que intensifica su afección vital y se retrae ante lo que la amenaza. No hay representación, sólo contacto.

Esta forma de existencia puede pensarse topológicamente como un toro de multiplicidad sensorial: un campo cerrado y continuo de afecciones, sin centro privilegiado ni jerarquía sensorial, donde cada punto puede afectar a cualquier otro. La estesia no se localiza en un órgano ni en una instancia psíquica: el organismo entero es ese campo sensible.

El narcisismo, en cambio, no pertenece a este nivel primario. El narcisismo aparece cuando la estesia se reorganiza, se estabiliza y se unifica imaginariamente en ciertas especies, produciendo una imagen del cuerpo y una investidura libidinal de esa forma. El narcisismo no funda la vida sensible: es una elaboración posterior de la estesia, históricamente y estructuralmente compleja.

En síntesis, esta hipótesis propone la siguiente secuencia no dualista:

  1. Flujo vital continuo

  2. Organismo como pliegue local del flujo

  3. Estesia: auto-afección vital mínima (campo toroidal de afecciones)

  4. Egoísmo del instinto de conservación como expresión funcional

  5. Narcisismo como organización libidinal e imaginaria ulterior

Desde esta perspectiva, la estesia nombra aquello que históricamente se intentó decir de modo impreciso con términos como “alma”, pero sin recurrir a ninguna sustancia ni a ningún dualismo. La estesia no es conciencia ni subjetividad: es el sentir de existir propio de todo viviente.

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