2016/01/29

la ideología del macrismo

El macrismo está llevando adelante una práctica política, que va marcando en su andar fuertes estigmas ideológicos. Lejos de ser una acción neutra o emparentada con los viejos paradigmas, la acción actual de gobierno, traza lineamientos muy precisos contrastándolos fuertemente con los anteriores 12 años de gestión kirchnerista.  "Lo que sucede hoy es culpa de lo anterior". De tal manera reactualiza viejos axiomas de la derecha, en un contexto donde siendo las representaciones políticas sumamente endebles, permiten que eso fluya y tenga mayor asidero en un sentido común que en términos generales, rechaza las ideologizaciones.

El despido masivo de empleados estatales, la represión a manifestaciones como las de Cresta Roja o la municipalidad de La Plata, el encarcelamiento de dirigentes sociales como Milagro Sala; lejos de ser enmarcados en lo que corresponde a un plan de ajuste, son evaluados como el saneamiento de un Estado que gastaba en demasía en mantener un aparato clientelar y corrupto. Por ese motivo los trabajadores despedidos eran ñoquis o militantes, que no tienen ningún derecho al reclamo, ya que el gobierno que los contrató perdió y se fue. Milagro Sala a la espera de que se le encuentren pruebas diferentes a las por la que está detenida, es acusada mediáticamente de corrupta, lo que permite estigmatizar a su vez todos los dirigentes sociales.

El paradigma ideológico que pareciera ir instalándose, es que no existen derechos colectivos. Los ciudadanos no tienen ningún derecho a lo que venga del Estado, es decir a lo que viene de la recaudación de los impuestos de la "gente decente". Lo que prima para alcanzar una meta, es el esfuerzo individual.

Todo este andamiaje ideológico fue construyéndose durante el gobierno anterior. Fueron los principales medios los grandes artífices del contrarelato. Como una suerte de condensación, confluyen en él la corrupción, el narcotráfico, la inseguridad. Todas formas de dinero fácil propiciadas desde arriba, y que se irían articulando transversalmente con las organizaciones sociales que reclaman derechos. Todo esto es un pack muy fuerte que se articula en el imaginario colectivo, y que no diferencia por ejemplo, a los que cortan la calle por un reclamo, a los trapitos, o a los delincuentes que roban en una verdulería. No diferencian al trabajador extranjero del narcotraficante, y los meten dentro de una misma bolsa. Suponer que esta labor de deconstrucción puede realizarse nada más que desde los medios, es pecar de ilusos. Esto debiera ser uno de los ejes de la tarea militante, en el puesto de trabajo, en el barrio, en la escuela; intentando demostrar en lo cotidiano las falacias que todos consumimos. Si eso no fuera posible, la cosa seguirá marchando para otro lado.

2016/01/26

La inevitable ausencia de Macri en la cumbre de la Celac

La deserción del presidente Mauricio Macri a la cumbre de la Celac, que tendrá lugar mañana miércoles en Quito, abrió una serie de conjeturas y suspicacias algo desopilantes. Según se informó el presidente argentino no viajará a Ecuador por razones de salud. Por esa misma causa no tendría que haber viajado a Davos y tampoco a Córdoba en el día de la fecha. El diagnóstico es el mismo, la fisura de una costilla.

Algunos salieron a decir que lo que Macri intentaba eludir era la inevitable confrontación con el mandatario de Venezuela Nicolás Maduro. "O nos respetamos todos o se acaban las reglas de juego en esta batalla por la nueva América y la nueva historia. Así se lo digo al presidente de Argentina que viene agrediendo a Venezuela: O nos respetamos todos o se acabó esta historia. Respeto a Venezuela, respeto a la patria de Bolívar" dijo Maduro el pasado fin de semana. Otros fueron más lejos señalando que a Macri le brotó el miedo, y que tampoco quería ver la estatua de Néstor Kirchner presente en la sede de Unasur situada en el distrito quiteño de la Ciudad de la Mitad del Mundo.

Lo que Maduro debiera revisar es este señalamiento de “batalla por la Nueva América y la nueva historia”. Si bien Mauricio Macri se pronuncia por la novedad y el cambio, su modelo continental no es precisamente el de una Nueva América. Lo que tanto Macri como la mayoría de la derecha continental propician es el retorno a la Vieja América. Existen salvedades como la que representa con ciertas ambigüedades el presidente colombiano Juan Manuel Santos, pero no son la regla general.

Más que intentar explicar la ausencia de Macri, por temor o por la presencia de estatuas; habría que saber que en la Vieja América, organismos como la Celac o la Unasur, estarían de más. Si en la región se está produciendo un viraje a la derecha es probable que en pocos años esos organismos tiendan a desaparecer.

2016/01/25

Crisis de la Retórica

Hoy no resulta fácil proponer un discurso político. El común pareciera haberle dado vuelta sus retóricas y haberle mostrado el vacío. Siempre se suponen segundas intenciones, además de no mostrar nunca la primera. Todo discurso tiene un destinatario. Hoy las principales elaboraciones van dirigidas hacia los que ya son parte de un alineamiento ideológico. Las mismas parecieran ser más elementos para cohesionar y dar sentido que para proseguir con la construcción de un pensamiento arraigado en la experiencia. Este último necesita no sólo ver los pros, sino también los contras. Hoy eso no está dentro de ninguna agenda. El que mira las contras corre el riesgo de ser catalogado de anti. En todo discurso priman las vaguedades y las afirmaciones que colindan con su opuesto. La solución a esto no puede ser más que teórica.

2016/01/20

Violencia semántica y reconfiguración del peronismo

El macrismo está librando una guerra simbólica preventiva, basada en una demagogia semántica de alto calibre. Preventiva ya que sabe que con las políticas económicas que está llevando adelante la bomba le estallará más temprano que tarde, pero intenta por todos los medios mostrar que si eso sucediera es debido a la “pesada herencia”, y fundamentalmente por la existencia de sectores ultrakirchneristas, que están conspirando contra la gobernabilidad. Los fantasmas destituyentes son alimentados por casi toda la red informativa, que bombardea con la existencia de militancia corrupta, que está dispuesta a resistir bajo el mando estratégicode CFK desde su exilio en el Sur. Por esa razón la guerra santa es contra todos esos activistas “ñoquis” enquistados en el Estado, a los que hay que descabezar para que no arremetan; también a dirigentes sociales como Milagro Sala por estar promoviendo la violencia; y voltear a periodistas como Víctor Hugo y destruir la ley de medios, el Afsca, por considerarlos como resguardo militante. También golpear fuerte a las alianzas que tuvo el kirchnerismo a nivel continental, principalmente a Venezuela. La intervención de Macri en el Mercosur fue en ese sentido bastante elocuente. Todos esos demonios son los que no quieren que al macrismo le vaya bien, y por eso “hay que aniquilarlos”. Todos los ciberoperadores, presentes en los principales portales de internet, no hacen más que promover esa violencia simbólica. Cualquier parecido con tiempos peores, no es simple coincidencia. Siembra consensos en un sentido común reaccionario bastante arraigado en la cultura argentina.

Otra de las principales preocupaciones del Establishment es acondicionar al peronismo, para cuando el macrismo se gaste, porque saben que va a ser así. Sin embargo necesitan que cuando eso suceda ya hayan derrumbado muchos obstáculos. No son pocos los columnistas de los medios hegemónicos que  llevan adelante esta misión. Joaquín Morales Sola es el que más se destaca en esa labor militante. Ellos quieren un peronismo disciplinado, con vocación de diálogo, y por sobre todo que pueda sacarse de encima a todo el kirchnerismo. El ex candidato presidencial por el Frente Renovador Sergio Massa aspira a liderar esta operación, pero también De la Sota, Urtubey, Scioli y algunos más. En tal sentido habría que saber qué sucedió en el seno del gobierno de CFK los primeros meses de 2013, ya que se produjo un viraje sugestivo. Bastaría recorrer las diferentes noticias sucedidas entre marzo y junio de ese año, y percibir que sin ese viraje la candidatura de Martín Insaurralde quien fuera apadrinado por el gobernador Scioli, no hubiera sido posible. El blindaje mediático que tuvieron todos esos sectores del FpV a lo largo de los últimos años es bastante sugestivo. No resulta casual que piensen una reestructuración peronista con esos jugadores.

Si la derecha externa al peronismo tiene una estrategia hacia esa fuerza, por qué las diferentes expresiones político populares no podrían tenerla. Tal vez sea una necesidad. 

2016/01/18

Entre el verano y el invierno

El 29 de junio de 1959, el por entonces ministro de Economía Álvaro Alsogaray pronunciaba una frase que quedó en la memoria colectiva de los argentinos. “Lamentablemente, nuestro punto de partida es muy bajo. Muchos años de desatino y errores nos han conducido a una situación muy crítica. Todavía seguiremos por algún tiempo la pendiente descendiente que recorremos desde hace ya más de diez años. Se ha cometido un error en definir a este programa como un programa de austeridad, dejando que cada uno de los habitantes del país viva como pueda y como quiera […]. Las medidas en curso permiten que podamos hoy lanzar una nueva fórmula: ‘Hay que pasar el invierno’.”

Antes de finalizar 2015, el ahora titular del palacio de hacienda Alfonso Prat Gay dijo "Tenemos que discutir cómo vamos a ir transitando el verano, en materia de un acuerdo económico social amplio", fue el 20 de diciembre en ocasión de la Cumbre del Mercosur en Asunción.

La historia se repite dos veces, una como tragedia y la segunda como farsa. Pero tal vez lo que esté sucediendo es que entre una y otra se haya producido una hiancia, una cesura que no permite identificarlas. 

A pesar de ello el presidente Mauricio Macri no dejó de señalar su preferencia por quien fuera presidente en 1959: Arturo Frondizi.

2016/01/16

Una verdad de Perogrullo


En sus escritos sobre el fascismo, Georgi Dimitrov señalaba que un solo obrero comunista entre medio de pares cooptados por el nazismo, podía encontrar una palanca para mover a sus compañeros de trabajo. Eso, eran sus reivindicaciones de clase, eso que en lo cotidiano los afecta en conjunto. 

Ese obrero no necesitaba -tampoco podía- hacer declamaciones ideológicas. Solamente tocar esos flancos débiles en los que una ideología dominante, captura a sectores objetivamente enfrentados. Tendría que ser una verdad de Perogrullo.

2016/01/13

Muy autocrítico


Yo entiendo a todos esos compas que defenestraron a los K, por izquierda. Incluso yo mismo no estoy exento de eso. A veces los critiqué yo mismo como un infantilista de izquierda. Pero si no pudimos construir una alternativa a ellos, dejémonos de joder y veamos que lo que vino es mucho peor, demasiado peor. Ahora hagámonos cargo ante la gente con la que cotidianamente hablamos. Como berissense me comprometo ante los descendientes de los que hicieron el 17 de Octubre (soy uno de ellos) a que no bajaremos ninguna bandera. La lucha continúa

2016/01/11

La guerra simbólica del macrismo

La ofensiva macrista es cuasi pornográfica. Es una forma bastante difícil de digerir, por todos aquellos sectores que se identificaron con el kirchnerismo; pero hacia la izquierda, el plato que ofrece el gobierno también resulta sumamente tóxico.  Durante los anteriores 12 años de gobierno, uno se fue acostumbrando a diferenciar entre lo que se valida como concreto, y lo que es nada más que simbólico. Son dos planos que pueden yuxtaponerse y autonomizarse, pero lo mejor que podría pasar es que se produzca la solidaridad entre partes. Ello se acercaría a lo que el lingüista Ferdinand de Saussure llamaba la arbitrariedad del signo, a saber, la relación estrecha y unívoca entre el significante y el significado. No es bueno que discursivamente se produzcan relatos que si bien pueden ser estimulantes para la acción política, en algunos casos no tengan demasiado asidero en lo real; ya que eso más que aunar fuerzas, consagrar homogeneidad, en un tiempo determinado se volverá un boomerang difícil de contener.

La principal acción política del gobierno de Macri, hoy para hacer pasar otras medidas, está sustentada en una profunda guerra simbólica. Sin ella no hubiera podido siquiera llegar a ganar las elecciones. Porque no se trata nada más de lo que fueron proponiendo desde el bunker del ecuatoriano Jaime Durán Barba, es decir lo “nuevo”, la “revolución de la alegría”, el “sí se puede” y la unión de los argentinos. Ése fue el plafón de lo que uno puede denominar propuesta positiva, pero lo más oscuro del macrismo está asentado en la venganza, entendida como castigo por desafiar al relato oficial argentino. Hoy se escucha decir al jefe de gabinete Marcos Peña, que tras 1 mes de gobierno: “En lo general, la Argentina está siendo un país cada día más normal”. En el discurso macrista confluyen los odios más resentidos de la vieja derecha argentina. Por eso se apoya en un macartismo visceral. Hoy los enemigos son los “militantes”, aunque en ese enunciado se filtran todos esos prejuicios que las derechas fueron construyendo para deslegitimar a cualquier izquierda. “Los zurdos dicen que quieren al pueblo, pero lo único que hacen es robar”, “son autoritarios”, “se financian con la caja del Estado o con las mafias criminales”. Con muchas de esas premisas van construyendo un relato reaccionario, que no deja de mostrar que las izquierdas además son en última instancia “terroristas”. Por eso hubo memorándum de entendimiento con Irán, y por eso no tienen como amigos a los paladines de la democracia y la libertad como son los EEUU. “El Che fue un asesino” dicen sin pudor, mientras que de George W. Bush no dirán nada.

Cuando se lleva adelante una gestión progresista se debiera cuidar demasiado los paradigmas semánticos que se ponen en juego, porque podría ser que mientras se diga que se está haciendo algo justo, es probable que no siendo del todo así, eso luego se pague muy caro. Tal vez lo mejor sea informar sobre  las dificultades y obstáculos que no permiten profundizar ciertas políticas, que negar esos problemas o no decirlos. El discurso mediático opositor al anterior gobierno aprovechó esos flancos excesivamente. Nunca dejaron de señalar el problema de la inseguridad, enrostrándoselo al gobierno. Hoy Clarín sale a cuestionar a las fuerzas policiales, desligándolas de la gestión del Pro. El gobierno anterior podría haber cambiado esa problemática considerablemente, pero mantuvo el problema silenciado. Eso conlleva que la actual gestión culpe de la corrupción policial nada más que a los 12 años de gobierno K, con lo que de hecho niega el problema. Este es sólo un ejemplo, y bastante paradigmático ya que enfrentó al kirchnerismo con el sciolismo. El blindaje mediático que tuvo el ex gobernador bonaerense en dicho tema resulta bastante sugestivo.

Decir que alguien lleva adelante el maquiavelismo, pareciera tener un signo inequívoco de desaprobación. Si el autor de El Príncipe señalaba que “El fin justifica los medios”, el sentido común pareciera endilgarle que aunque el fin sea bueno, hay que cuidarse de no emplear cualquier medio. En el nombre de los métodos o de los estilos muchas veces se intenta ocultar la verdadera razón de bregar por un determinado fin.  En nombre de las formas se cuestionó bastante al gobierno saliente. Y si hoy el presidente Macri lleva adelante medidas que no se condicen con las formas que debieran tener para satisfacer a los enamorados más de los métodos que de los fines; ello se justifica por el fin en sí mismo, y en ello recae principalmente la mencionada guerra simbólica. Se justifica en que el gobierno anterior dejó una “pesada herencia”, una bomba que hay que desactivar de cualquier forma. No hay dudas que este relato oficial, que incluso pretende ser “único”, anulando ley de medios, silenciando a “periodistas militantes” como Víctor Hugo Morales; en algún momento tendrá su colapso, ya que la autonomía de lo simbólico, probablemente no coincida con lo concreto. Un gobierno no puede vender sólo espejitos de colores, también debe brindar satisfacciones materiales a los gobernados. No hacerlo a la larga se paga muy caro.

2016/01/10

Pequeño silogismo

Pequeño silogismo- Cuando A es parecido a B pero no es igual, sólo es válido decir que son iguales si C es una alternativa verdadera, posible y concreta que los deja a A y B como casi hermanos. Pero cuando C es nada más que una linda idea, hay que admitir que entre A y B hay diferencias y que no son lo mismo. Cualquier parecido con la realidad política es pura coincidencia. Me gusta más C pero…

Si no hay Revolución a la vuelta de la esquina, hablar de reformismos o posibilismos es abstracción pura.
Las masas no son ni revolucionarias, ni reformistas, ni reaccionarias ni indiferentes; son el espejo de quien las conduce, haciendo la salvedad de que la economía las influye en última instancia.

2016/01/03

El narcotráfico, la seguridad; y los peligros de la manipulación mediática

Operativo antidroga en Rosario - imagen de archivo-  Infobae
La reciente fuga de los tres sicarios que protagonizaron el triple crimen de General Rodríguez en 2008, pone sobre el tapete, falencias estructurales en el sistema de seguridad bonaerense. No resulta ninguna novedad de que el sistema penitenciario y la policía de la provincia, estén cooptados en gran medida por redes criminales, o en todo caso ser parte del síntoma. Pareciera que con la llegada del nuevo gobierno, los principales medios intentaran meter todo lo anterior en la misma bolsa. Nadie ya recuerda que una de las contradicciones más fuertes  entre el gobierno de Cristina Fernández y el gobernador Daniel Scioli fue precisamente lo referido al tema de la gestión en seguridad. Scioli logró siempre despegar de eso, incluso cuando el fallecido Néstor Kirchner le pidió públicamente que diga quién le ataba las manos.

El Acuerdo por la Seguridad Democrática presentado por el CELS a fines de 2009 tuvo un fuerte impacto, y fue firmado por diferentes sectores políticos, entre ellos parte de la UCR y el ex gobernador Felipe Sola. No así por el sciolismo, el Pro, y Francisco de Narváez. Un año después, con la creación del ministerio de seguridad, y la designación de Nilda Garré al frente del mismo, ese acuerdo se transformaría en política de Estado. La provincia de Buenos Aires siempre se resistió a seguir el mismo camino, y la política de Ricardo Casal, continuaba la iniciada por el fiscal Carlos Stornelli, y precedía a la de Alejandro Granados. Paradójicamente el designado nuevo ministro del área Cristian Ritondo no dejó de elogiar la gestión de su predecesor. Básicamente el Acuerdo por la Seguridad Democrática cuestionaba el autogobierno policial y el estado calamitoso del sistema carcelario.

Todo esto pareció quedar en el olvido cuando Daniel Scioli fuera elegido como candidato del Frente para la Victoria en las presidenciales de 2015. El problema que acarrea todo esto es que el común de la ciudadanía queda así en la más pura orfandad acerca de cómo caracterizar y ver el problema de la seguridad- inseguridad, y ello lleva a que periodistas manipuladores como Alberto Amato hoy en Infobae escriba una editorial titulada Los riesgos de un narcoestado. Podría parecer anecdótico, si ello no condujera a crear cierto consenso social sobre una posible guerra santa contra el narcotráfico. Se sabe que en México desde el inicio de una guerra de tal estilo, ya hay más de 100 mil muertos en pocos años, y el flagelo se incrementó. La intromisión de los EEUU y la DEA, más que aportar una solución agravan el problema. El principal mercado para la venta de estupefacientes es nada más y nada menos que el país del Norte, y como el capitalismo sigue vivo y candente, la generación de divisas sigue siendo lo más importante.

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