2010/11/28

Consideraciones sobre la política

Intentaremos definir algunas cuestiones concernientes a la política y a su arte, aunque esto último tal vez resulte paradójico en relación a una práctica colectiva que a pesar de serlo, tiende a cerrarse sobre sí misma bajo la inercia de su antagonista, que es lo corporativo.
Cuando Walter Benjamin profetizaba el fin de la obra de arte a partir de la reproducción al infinito de la misma, lo que ponía de manifiesto es que la ruptura o el estallido del envoltorio formal donde el arte reside, se iría a transformar en una onda expansiva de innumerables vectores estéticos que luego se integrarían a diversos segmentos de lo social, que anteriormente carecían de cualquier valoración relacionada con el arte o la estética. La implosión de la obra hacia el exterior, conformando un movimiento topológico inédito, pero que en realidad es sólo un aspecto de la reproducción ampliada, lo que trae de nuevo es la estetización de la totalidad sociocultural. Los objetos apresados por los vectores estéticos, tanto como los sujetos y sus acciones se van a vestir de un halo mágico a lo que Benjamin denomina aura.
La política como herramienta tanto de transformación como de gestión, podríamos decir que no es precisamente un arte, así como lo decimos de la música, la pintura o la escultura. En la Retórica, Aristóteles define a esta disciplina como el arte de persuadir, como un arte de argumentar para convencer, pero a condición de generar producciones de sentido que no se opongan a las estructuras de verificación lógica, en confrontación abierta a los sofistas. De esta forma el filósofo estagirita nos habla de tres tipos de retóricas diferenciadas por su sentido temporal, a saber, una hacia el pasado, donde enmarca al discurso jurídico, una en el presente, el discurso apodíctico y otra hacia el futuro, el discurso deliberativo, donde debe exponerse una proyección del bien común a ser realizado, y es justamente en este punto donde incluye a la política no como práctica sino como el enunciado que la hace posible como acción transformadora. Este discurso aristotélico, retórico y político se va a encontrar íntimamente ligado a que el conjunto de los ciudadanos de la polis, puedan vislumbrar lo mejor para sí, y así llevarlo adelante. Obviamente nuestros sistemas políticos poco tienen que ver con la democracia ateniense, y es por esto que a diferencia de aquello, la política hoy para ser efectiva debe contener además, altos niveles de sorpresa, y tal vez no tantos de previsibilidad. Esto está referido principalmente a cambios profundos en las leyes de la guerra, como continuación de la política por otros medios y viceversa también, que hacen que la política sea un espacio restringido, donde existen gobernantes y gobernados, representantes y representados, en contraste a lo que es una democracia directa, donde la representación deviene en presentación misma, y que es un lugar hacia donde se debiera avanzar, pero partiendo desde lo existente.
La sorpresa gratificante a partir de una acción política inesperada, evidentemente se encuentra cargada de aura, y en este sentido podríamos llamarlo arte, aunque su verdadera acepción debiera ser el de una práctica estetizada, en un momento donde el arte como sitio privilegiado ya entró en una profunda agonía, logrando invadir los múltiples esquineros del tablero social.

2010/08/26

La realidad de los medios o del sujeto aún impune

Esto más que ofrecer soluciones, plantea problemas que a mi entender debieran encontrar algún tipo de solución teórica. Cuando hago referencia a la teoría, aclaro que no la concibo como un mero argumento abstracto, sino como una caja de herramientas que le permite a sujetos concretos, llevar adelante una práctica de transformación de la realidad, entendiendo a esta última, como un complicado nudo de relaciones, permanentemente en cambio, aunque mantenga algunos componentes de inercia, otros aparentemente inmóviles, y muchos otros que cambian sin que puedan ser percibidos correctamente, o incluso hasta pasando inadvertidos.
La visión que tenemos sobre la realidad nunca es inocente, nunca es imparcial, y por otro lado siempre está mediatizada por determinadas escalas de valores, que fueron construidas para imponer, que lo que percibimos es eso, y ninguna otra cosa. La visión sobre la realidad, en primer lugar tiene que ocultar que es una visión, y tiene que proclamarse a sí misma, como verdad, como realidad. Si alguien llegara a cuestionar la realidad impuesta, debiera ser considerado anormal, o loco, o tal vez mentiroso. Esto de lo que venimos hablando puede denominarse ideología, subjetividad, imaginario colectivo, sentido común, acá la denominación tal vez no sea lo más importante, sino que lo importante es la implicancia que adquiere en nuestra cotidianeidad, tanto social, como política o económica, y de que manera esta deformación opera y se ejerce, y los sujetos la llevan adelante sin tener conciencia, mucho menos certeza que lo que defienden como libre elección, les fue impuesto, sin que tuvieran opción al respecto.
El principal formador de conciencias, otrora fue el culto religioso, y su principal reproductor la estructura familiar. Hoy pareciera que dejando como referentes a esas dos instituciones, pero sólo en un rango afectivo, el principal productor y a la vez reproductor, es el aparato mediático, los grandes medios de comunicación, quienes nos bombardean al infinito, con sus consignas de cómo debemos ser, pensar, consumir, relacionarnos, valorar, desear, condenar, etc., etc.
Desde la emergencia del neoliberalismo, y el pensamiento único, se entró en una era de reproducción al infinito, que simulaba una detención de la historia, pero que con el paso de algunos años, demostró su total derrumbe y su ser falaz, principalmente en el plano de la economía, y también como en nuestro continente, de las líneas políticas que lo habían implementado como si se tratara de una línea divina, e inobjetable. Hoy sabemos que todo eso fue una fantasía, que servía para que los sectores concentrados acumularan más riquezas y se agigantaran las diferencias y desigualdades sociales. Pero si bien esto es así, creo que en el plano de la subjetividad, ese del que hablamos en primer lugar, los cambios no son tan obvios, y por momentos pareciera que aquel sujeto ideológico cultural del neoliberalismo, permaneciera impune.
Cuando uno escucha a alguna gente defender a ricos y famosos, que lo son, o lo comenzaron a ser a partir de cualquier inescrupulosidad, y que también silenciosamente los admiran por eso, es cuando uno ve que los cambios que se van produciendo no sólo en nuestro país, sino en el mundo y principalmente en nuestro continente, parecieran estar ajenos a la visión del televidente.

2010/06/15

Siglo XXI ¿Qué hacer? 2da aproximación


La actual realidad latinoamericana, o más particularmente sudamericana, es imposible entenderla, si no es a partir del nuevo escenario político y económico internacional, a saber, de las nuevas relaciones de fuerza que van desplazando el eje, que hacía del mundo occidental, la panacea a la cual debían aspirar todas las naciones denominadas periféricas, no solamente en lo concerniente al desarrollo económico, sino principalmente en cuanto a aceptar como imprescindible, la adopción de los patrones culturales de ese primer mundo, hoy sumergido en una profunda crisis.
La crisis actual del sistema occidental no es sólo económica, sino también que ésta, adquiere un correlato necesario en lo social, en lo político, y en lo ideológico cultural.
A mi entender esta no es una crisis del capitalismo en general, como algunos sostienen, sino que es la crisis de un capitalismo en particular, el del bloque que auspició la irracionalidad neoliberal, haciendo del capital financiero el aspecto principal de la acumulación, mientras que por otro lado los antiguos países de la orbe socialista, reconvertidos en capitalistas, comenzaron un desarrollo, que de a poco comenzó a carcomer, el predominio económico de los países que lideraban la economía mundial. Esto es el resultado de una tendencia objetiva, que es la del desarrollo desigual y a la vez combinado, o también denominado desigual y a saltos. A nivel planetario el capitalismo en su etapa mundializada, nunca se expande de manera igualitaria, sino principalmente desigual, y la emergencia de nuevos picos espaciales de crecimiento, necesariamente provocan nuevos pozos, allí donde no estaban. Esto es como dije más arriba, algo que se produce de manera objetiva, quiere decir que no es necesariamente conciente, aunque su profundización necesite de un proyecto estratégico.
El surgimiento de las izquierdas latinoamericanas, con todo lo que ello implica, como el cuestionamiento a los ajustes y desguaces neoliberales de los 90, el retorno a otorgar al estado una función insustituible con respecto a la economía, y principalmente el pararse de otra forma con respecto los poderes hegemónicos, no es el resultado solamente de que en la era Bush, los EEUU descuidaron su patio trasero, sino principalmente a que los nuevos emergentes asiáticos y euroasiáticos, comenzaron una relación mucho más fluida con respecto a Sudamérica, entendiendo al continente como pieza fundamental en el armado de un nuevo sistema multipolar. Fue así como por ejemplo China, desplazó a los EEUU en cuanto a ser el principal receptor de las exportaciones de países como Brasil y Bolivia, o Rusia el principal proveedor de armamentos a Venezuela. Entre los gigantes euroasiáticos y Sudamérica, hoy se produce una gran transferencia de tecnología, principalmente en lo referido a energías como el petróleo o el gas.
La actual crisis europea, principalmente en Grecia, España, Portugal o Italia, que pronostica ajustes salvajes similares a los que padecimos los sudamericanos en los 90, es el chivo expiatorio de la crisis estadounidense de 2009, que aún no tiene resolución.
Ante este panorama estamos parados de otra forma, y esto es porque el alineamiento internacional cambió sustancialmente, y aunque esto se de cómo una tendencia que se despliega objetivamente, aún creo que no tenemos una estrategia común, que pueda romper con el espontaneísmo, y pueda proyectar una estrategia que no sólo rompa definitivamente los lazos de dependencia, sino que sea capaz de construir un modelo político autónomo, propiamente nuestro, y para esto es necesario una transformación de la cultura que Occidente nos fue imponiendo, y poder ver que el centro del planeta está en otro lugar que el que nos hicieron creer, o más precisamente que no tiene un centro, y tal vez una pequeña luz al respecto, fue la marcha de los pueblos originarios en los festejos del Bicentenario el pasado 25 de mayo en pleno centro de Buenos Aires.

2010/04/12

La Internacional Socialista muestra la hilacha

Este fin de semana (10 y 11 de abril de 2010) se realizó en Buenos Aires un foro del Comité de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, con la presencia de 80 dirigentes de partidos socialdemócratas y socialistas de la región, que tuvieron como anfitriones a integrantes de la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista.
Entre las resoluciones que se tomaron por unanimidad en el foro, llama poderosamente la atención la cual muestra una gran preocupación por la situación política en Venezuela, calificando a su gobierno como una democradura. Además aprobaron una resolución de apoyo a la Argentina en el conflicto bilateral con el Reino Unido por el tema de las Islas Malvinas, cosa que de alguna manera resulta algo ambigua teniendo en cuenta que en pleno reclamo del gobierno argentino, ante las exploraciones petroleras, dirigentes del radicalismo viajaban a Londres invitados por el gobierno británico, cuando simultáneamente Cristina Fernández en la Cumbre del Grupo de Río conseguía el respaldo de 32 países latinoamericanos.
La Internacional Socialista habló de la falta de Derechos Humanos en Venezuela, pero llamativamente no le preocupó idéntico tema, por ejemplo en Colombia, ni tampoco hizo referencia a las 7 bases militares que Estados Unidos va a instalar en ese país con el concomitante peligro que ello acarrea al proceso de integración sudamericana. De hecho pareciera que el tema de la integración no está en su agenda, al menos no aparece como un enunciado de lo nuevo que se genera en América Latina, a contramano de los intereses de Estados Unidos, y de los sectores reaccionarios que habitan nuestro continente.
Sin dudas que la IS siempre fue la versión progre de los intereses de la Comunidad Europea, y en este sentido coincido con el sociólogo italiano Tiberio Graziani quien haciendo un muy buen análisis de la coyuntura geoestratégica internacional, nos muestra la crisis del Sistema Occidental y la emergencia de nuevas potencias que se proclaman por la multipolaridad. Europa es junto a Estados Unidos, el Reino Unido y Japón de ese conglomerado, mientras emergen China, Rusia, India, y los países sudamericanos, principalmente Brasil, Argentina y Venezuela, quienes de a poco van desprendiéndose de su dependencia al Sistema Occidental y acercándose cada vez más a las potencia euroasiáticas. Llamativamente hace muy pocos días el primer ministro ruso Vladimir Putin realizó una visita oficial a Venezuela, afianzando los vínculos bilaterales en temas varios entre los que se destacan lo energético y lo militar, mientras que la agencia oficial de noticias de China, Xinhua, destacó que los lazos entre Brasil y dicho país asiático, exceden largamente la bilateralidad. Obviamente que la IS hoy no puede cuestionar al presidente Lula, pero estoy seguro que no le faltarían ganas de hacerlo. La IS al igual que la Comunidad Europea, muestran su total funcionalidad a la hegemonía norteamericana, y lamentablemente no se dan cuenta, o no se quieren dar cuenta que sus intereses como continente, quedan subsumidos a la crisis actual del capitalismo norteamericano.
El cuestionamiento de la IS al gobierno de Chávez, en verdad no se diferencia en nada de los cuestionamientos que pueden realizar los pooles mediáticos enrolados en la SIP, ni tampoco de la derecha más retrógrada como lo es el espacio que preside el peruano Vargas Llosa, y del que forman parte José María Aznar, y que en nuestro país tuvieron como anfitrión a Mauricio Macri, espacio político donde confluyen muchos, que fueran parte de las más sanguinarias dictaduras militares, y de los gobiernos más recalcitrantemente neoliberales de nuestro continente.

2010/01/16

Sociedad de consumo y consumismo- experiencia no ordinaria

La sociedad de consumo, es decir aquella formación donde todo lo que se produce exige ser consumido, fue generando paulatinamente y vertiginosamente a la vez, un tipo de sujeto que tiene como objetivo adquirir todo lo que le ofrecen sin reparar demasiado en lo que le están demandando. La lógica del consumo tiene como aspecto principal lo cuantitativo y no lo cualitativo. Adquirir y poseer se convierten en si mismos en objetos de goce.
Mantenerse lo más al margen posible de esta sociedad de consumo era una posición correcta, pero a este margen el sistema lo absorbió y lo convirtió en objeto de consumo.
Este sitio sabía que lo que te estaban vendiendo era la mediocridad necesaria para que el sistema se reproduzca al infinito.
El shamán de Castaneda sostenía que si alguien no estaba preparado para una experiencia no ordinaria con alucinógenos, no debería realizarla en absoluto, y que tendría que adquirir cierto saber para sí poder hacerla.
No tengo dudas que en su casi totalidad la experiencia consumista es una experiencia ordinaria, una experiencia apuntada a la insatisfacción permanente para retroalimentarse sin cesar.
Intentar hacer una experiencia no ordinaria del consumo podría resultar una implosión. Sería el intento de subvertir al consumo desde adentro, aunque quedaría por preguntarse si el consumo en sí, ya no es una experiencia ordinaria en sí misma y que no tiene reverso interior. Me quedan dudas al respecto pero creo que habría que intentarlo al menos.
Una experiencia no ordinaria en el consumo debiera apuntar a una ética estética y a una ética política, pero también debiera ser capaz de forzar la producción de un abanico de nuevos objetos que no sean basura.