2011/05/31

Ricardito y la difícil estrategia del Establishment


Las controversias entre el precandidato Ricardo Alfonsín y el socialista Hermes Binner, alineado con el GEN, van mostrando algunos andariveles de sumo interés, en cuanto al carácter específico de la oposición al gobierno nacional. El lobby del establishment fue mostrando fracasados esbozos de sostener una candidatura presidencial funcional a sus intereses corporativos. Fueron de a poco cayendo figuras como Cobos, Macri, Sanz, junto a todos los presidenciables del extinto peronismo federal, y fue quedando solo en el llano, el hijo del ex presidente radical. El domingo resaltábamos los editoriales del diario La Nación con sus columnistas Morales Solá y Mariano Grondona, donde si bien ambos se diferenciaban en sus enunciados, los dos hacían un explícito apoyo a la conformación de un único frente opositor, como necesario para ganarle a Cristina en octubre. Decíamos ahí que Grondona planteaba la necesidad de un frente de centro, donde estuvieran tanto la centroderecha como la centroizquierda para derribar al autoritarismo K, para luego de hacerlo volver ambos, a conformar su perfil específico en un modelo de alternancia. Este supuesto grondoniano supone que si eso no se hace, los que se niegan a hacerlo, lo hacen por simple egoísmo, ya que la tarea es ganarle a Cristina y en eso no debiera haber miserias personales. Las últimas declaraciones de Ricardo Alfonsín para justificar la lista de adhesión de De Narváez, y con esto seguir intentando su alianza con el socialismo y el GEN, afirmando por ejemplo, que sin votos peronistas no se va a poder ganar, confirman la teoría de Grondona, o tal vez la del establishment. En su editorial del domingo Grondona también afirmaba que la UCR debía volver a un perfil de centroderecha, más propio a su esencia, que el perfil de centroizquierda que alguna vez adquirió. Pero el problema para confirmar esta coalición opositora, es que los sectores de ideología más socialdemócrata, parece que no están dispuestos a cerrar la ecuación, que de por si no es más que una muestra de debilidad que se fue planteando con mayor fuerza en los últimos meses.

2011/05/30

La AEA, y el lobby de las corporaciones por la “Patria Privada”.


Por definición un lobby es un grupo corporativo que intenta influir en las decisiones del poder ejecutivo o legislativo en favor de determinados intereses. Estos, no suelen participar directa y activamente en política (por lo que no suelen formar su propio partido), pero sí procuran ganarse la complicidad de algún grupo político que pueda terminar aceptando o defendiendo los objetivos del lobby. De esta definición surge la idea de que detrás de un poder institucional existe otro al que se le puede llamar con justa razón "poder real".
La AEA (Asociación Empresaria Argentina) es la cámara corporativa más poderosa de nuestro país, y que en el último tiempo viene jugando muy fuerte en su rol de oposición al gobierno, constituyéndose de esta forma en un lobby sumamente activo, que intenta permanentemente nuclear a sus vasallos políticos. El rol de la oposición, como el de muchos jueces, no puede entenderse sin este argumento esbozado.
Si bien la cámara empresarial reconoció públicamente el sostenido crecimiento económico de la Argentina en los últimos años, su posición en la formación social conlleva tensiones muy agudas con las políticas del gobierno, que más que hablar de la rentabilidad de las empresas a la cuales representa, pareciera que lo que más les preocupa, es que con el correr del tiempo vayan perdiendo paulatinamente su rol dominante, y también la supremacía de sus principales modus operandi.
Esta organización surgió en el año 2002, en un tiempo donde en nuestro país se había desbarrancado el neoliberalismo a partir de la crisis de diciembre del año anterior, y donde los principales actores que se agruparían en ella, por los principios expuestos en sus documentos, intentarían mantener el ritmo propio de los noventa, ante el eclipse del estado en materia económica, y fundamentalmente en cuanto a la desregulación laboral.
El actual directorio está presidido por Jaime Campos, que no proviene de ninguna empresa del conglomerado, sino que desde el inicio de éste, se desempeñó directamente en la cámara, sucediendo en su cargo a Luis Pagani titular de Arcor, que fue presidente de la entidad hasta fines del 2009, pasando hoy a la vicepresidencia, la cual comparte junto a Paolo Rocca de Techint, Héctor Magnetto de Clarín, Sebastián Bagó de los Laboratorios, Carlos Miguens, Aldo Roggio, Amalia Lacroze de Fortabat, José Cartellone y Alfredo Coto de sus respectivos grupos empresariales, junto a Cristiano Ratazzi de Fiat Argentina, Enrique Pescarmona de IMPSA y Antonio Gomis Saez de YPF. La secretaría está asignada a la Aceitera General Deheza, mientras que la tesorería a Grimoldi, mientras que otros socios son las empresas Grobo, La Nación, Sidus, Santander Río, Nidera, IRSA entre unas cuantas más.

Entre algunos de sus principios la AEA sostiene que va por:
-Un sistema económico basado en la libertad de mercados y en la empresa privada como motor de crecimiento, en el pleno respeto del derecho de propiedad y la seguridad jurídica, en el marco de un sistema político basado en elecciones democráticas y participación ciudadana.
-Un país integrado y abierto al mundo, tanto en su comercio de bienes y servicios como en el campo de los capitales para financiar inversión y consumo, con criterio de reciprocidad internacional.
-Libertad de contratación y de fijación de precios. Iguales condiciones para competir a nivel interno y externo respetando el criterio de reciprocidad entre países.
-Diálogo e interacción entre los sectores público y privado, de modo que ambos actúen como socios de una empresa común, evitando trabas y burocracia.

AEA añade que expresa la visión del sector privado en su conjunto, integrando las perspectivas de los diversos sectores representados por sus miembros. Y vale subrayar que en sus estatutos plantea: “promover el desarrollo económico y social de la Argentina desde la perspectiva empresaria privada, con especial énfasis en el fortalecimiento de las instituciones necesarias para tal fin.”

Es muy importante subrayar esto último, que dice nada menos, que su proyecto encarna a un país construido desde la perspectiva del empresariado privado, a la cual las instituciones les deben ser funcionales, y esto sumado a la libertad de empresa que proponen, excluye explícitamente cualquier perspectiva desde el punto de vista tanto de los trabajadores, como del estado, y teniendo en cuenta el rol desigual de los pequeños y medianos empresarios, estos también quedan excluidos, de dichas proyecciones de país.

Es así que AEA comenzó a jugar fuerte luego del conflicto con las patronales agropecuarias y también en defensa del Grupo Clarín, que es parte principal de la cámara. AEA se opuso a la nueva ley de Medios Audiovisuales, como a la estatización de las AFJP, al igual que a las políticas del gobierno con respecto al Banco Central. No es casual entonces que ellos salgan a agitar la supuesta inseguridad jurídica para el empresariado, a cuestionar la inflación, y sumarse al coro de todos aquellos que cuestionan una supuesta inexistencia de libertad de expresión. En 2010 también la mayoría de las declaraciones de AEA fueron cuestionamientos al Ejecutivo por casos particulares -la caída de la licencia de Fibertel y la política hacia Siderar-, pero también en temas en principio ajenos al mundo empresario como un supuesto "hostigamiento a periodistas" o una presunta "hostilidad" del oficialismo hacia "el Poder Judicial".
En lo que va de 2011, la entidad emitió tres declaraciones: dos para cuestionar "bloqueos a empresas" y una destinada a criticar la decisión de ampliar la participación estatal en los directorios de las grandes compañías.
Hoy ante la decisión del estado de incorporar directores a las empresa donde la ANSES posee acciones, nuevamente emerge el foco de conflicto, y donde ellos aseguran que la empresa privada no debe tener presencia estatal, casi como recordando aquellos sermones de Bernardo Neustadt a Doña Rosa, cargando contra la ineficiencia del Estado, y haciendo loas de la marea privatista.
Ante esta situación, si bien es el estado mismo el que lleva adelante la pulseada, es muy importante la participación de los trabajadores en todo esto, para proponer por ejemplo la aplicación del Artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que habla entre otras cosas de la participación en las ganancias y el control de gestión de las empresas; como también luchar por la ampliación de los derechos sindicales que muchos de los integrantes de AEA como el Grupo Clarín vienen avasallando hace tiempo.

2011/05/29

Los ensueños de Mariano Grondona


Mientras Joaquín Morales Solá hoy en su editorial de La Nación, critica la metodología de la oposición para poder armar algo consistente para arrebatarle el gobierno a Cristina Fernández, sin importarle demasiado cual debiera ser la fórmula, sino solamente algo que pudiese ganar las presidenciales de octubre, endilgándoles a la oposición, como el buen gurú que pretende ser, que ellos ya proclamaron la reelección de la presidenta, es decir su propia derrota; Mariano Grondona sorprende con su caracterización acerca de las modalidades políticas que se enfrentan en la sociedad, hablando de cuatro posiciones, la centroderecha, la centroizquierda y ambos márgenes pero en su versión autoritaria. Cuando la posición de Morales Solá es escéptica y crítica, la de Grondona pareciera contener cierto optimismo que no deja de ser falaz, porque en definitiva sabe que sus pronósticos no tienen asidero en la realidad, sino principalmente en sus propios deseos, y en lo que él considera que debiera ser el mapa político nacional.
Según Grondona en una sociedad moderna debiera haber una alternancia entre centro derecha e izquierda, entendiendo que centro significa tolerancia, mientras que el autoritarismo de derecha encarnado otrora por dictaduras militares que él olvida o esconde, que fuera parte de ellas, se contrasta con el autoritarismo de izquierda que según él se inició en nuestro país con el primer peronismo, y hoy se reedita con el kirchnerismo. El gran desafío para Grondona es contar con fuerzas de centroderecha y centroizquierda modernas, que debieran ir unidas en octubre para destronar al autoritarismo kirchnerista para luego sí, conformarse como fuerzas diferenciadas, pero que garanticen la alternancia. Esta idea no es nueva, y no sería más que una nueva reedición de la Unión Democrática, para reestablecer luego la vieja estructura bipartidista, que hay que entender que fue el kirchnerismo quien la rompió. Si bien en los noventa el Frepaso se mostraba como una probable alternativa para romper el bipartidismo, en la conformación de la Alianza quedó subsumido nuevamente en una alternancia, que se fracturó con la crisis de 2001, y donde el bipartidismo entró en bancarrota. Me parece importante a tal efecto recordar un señalamiento de Eduardo Duhalde en diciembre de 2009 cuando afirmaba que: “hay que romper con la esquizofrenia en la que Kirchner sumió al peronismo, y que hay que reestablecer a los dos grandes partidos políticos de nuestro país, el justicialismo y el radicalismo y hay que dejar de lado, todas esas entelequias como fueron el Frepaso o la transversalidad K, y hay que volver al viejo PJ y a la vieja UCR” Para ese entonces el ex bañero de Lomas pretendía ser el presidenciable justicialista y sugería a Cobos como su competidor por el radicalismo. Todas aquellas elucubraciones cayeron como la tarde, pero si uno ve, la lógica que plantea hoy Mariano Grondona es la misma, aunque lo que ellos no pueden entender es que hay una realidad rebelde a adaptarse a sus acalorados deseos.
El peronismo como alternancia, fue su recuperación sistémica, pero no su esencia, y en esto Grondona es claro porque carátula al primer peronismo como izquierda autoritaria, mientras resalta el valor del segundo peronismo y a todas esas vetas hoy desperdigadas del extinto peronismo federal.

2011/05/28

Eduardo Anguita en Ensenada


Hace muchos años a la histórica Ensenada llegaba el tren hasta su mismo corazón urbano, y la prueba de ello a pesar de no quedar las vías, es la supervivencia de la vieja estación, la cual en los últimos años, durante la gestión de su intendente Mario Secco fue remodelada, y hoy constituye un muy bello y cobijante centro cultural.
Ayer 27 de mayo en ese sitio al caer la tarde, se realizó una charla organizada por el municipio donde se presentó el director del semanario Miradas al Sur, el compañero Eduardo Anguita, y donde los que integramos el colectivo El Tranvía, consideramos que no podíamos faltar.
La charla comenzó con la participación de Víctor “Palito” Vázquez quien nos habló de la experiencia de un grupo de reflexión llamado G- 27 en honor a Néstor Kirchner, luego el intendente Mario Secco compartió varias anécdotas acerca del ex mandatario y donde resaltaba la importancia de Anguita en cuanto a como era tenido en cuenta por Néstor.
Cuando le tocó la palabra a Eduardo lejos de cualquier acartonamiento, también contó anécdotas referidas al ex presidente donde intentó mostrarnos su aspecto humano pero resaltando su capacidad de conducción y su brillantez para articular acciones.
Eduardo contó su experiencia en el viaje a Venezuela y Colombia a finales del año 2007 acompañando a Kirchner en aquella comitiva donde se iba a rescatar rehenes que estaban en poder de las FARC. Un dato sobresaliente y que no conocíamos fue el que el entonces mandatario colombiano Álvaro Uribe Vélez le haya pedido a Néstor por aquel entonces que mediara entre el país neogranadino y la Venezuela de Hugo Chávez, cosa que en verdad no sucedió en aquel tiempo, pero que si fue un precedente para la mediación que se realizara el año pasado entre el actual gobernante Juan Manuel Santos y Chávez en Santa Marta. En este sentido Anguita fue muy claro y resaltó la figura de Néstor como el verdadero artífice de la Unasur. Luego contaba Eduardo como unos pocos meses después de aquel viaje a la selva colombiana, lo irían a llamar para poner en marcha el semanario Miradas al Sur, resaltando que él está convencido que detrás de ello estaba la mano del pingüino, y fue ahí donde volvió a resaltar su capacidad de articular, sin tener una presencia manifiesta.
Una charla muy amena y que se abrió al debate, donde entre otras cosas se habló del rol de los nuevos medios de comunicación, y donde él resaltó que Miradas no es independiente sino un medio comprometido, alejado de todos esos medios que lo único que intentan es vender y que por otra parte son bastante berretas, cosa en la que coincidimos plenamente. Miradas a diferencia de otros medios cuando se constituyó, sus trabajadores eligieron delegados, y no hay una voz que cercene la libertad de expresión de sus periodistas, sino que lo saludable es que justamente puedan expresarse como en verdad piensan.
Haber escuchado a Mario Secco y a Eduardo Anguita fue como estar invitados a un banquete de vivencias con Néstor. Es a partir de esos relatos que vamos comprendiendo más la grandeza de ese Hombre, que desde su inagotable inteligencia, y fuera de todo formalismo y protocolo, supo realizar una “construcción de poder” que puso al servicio de una sociedad que se encontraba desesperanzada. Promovió la unión de los “parecidos”, contagiando el entusiasmo y la alegría de saber que es posible ir ocupando espacios y generando acciones, fortaleciendo un colectivo que será, y somos, los encargados de continuar la tarea, para cristalizar el Proyecto de un país fuerte, hacia el exterior, y fraterno internamente, por la felicidad del pueblo y de la patria.

2011/05/26

La Argentina entre "lo nuevo y lo viejo"

“Cuando lo viejo ha muerto y lo nuevo no termina de nacer”
Antonio Gramsci

Los hechos que acontecen en España recrudecen un debate que pienso que, aún hoy no lo tenemos saldado en nuestro país en relación a lo que se llama crisis de representatividad.
Particularmente me gusta caracterizar a la oposición al gobierno, como los retazos de aquel “Qué se vayan todos”, y a su vez saber que en las filas del propio “palo”, aún quedan muchos que todavía no se fueron, y que tal vez por estar debajo del paraguas kirchnerista, no se den por aludidos, o se hagan los distraídos en una operación de renegación para mantenerse como si nada pasara.

Hoy en Europa algunos consideran que las masas con su ascenso y sus acciones intentan destronar al capitalismo para volver a enarbolar las banderas del socialismo o el comunismo, como antes de la caída del Muro de Berlín y de la desarticulación de la URSS y el bloque socialista, casi como si hoy hubiera vuelto aquel fantasma que recorría al viejo continente a mediados del Siglo XIX.
Hace tiempo que perdí o hago el esfuerzo por perder mi religión adolescente, pero sin renegar mis convicciones de entonces, que siempre son las mismas, pero sabiendo que cuando uno crece, va aprendiendo que las cosas no son tan fáciles como cuando en uno todo es puro entusiasmo y voluntad. Hoy al menos ya no creo o pongo en dudas la existencia de aquel Dios, que para nosotros fueron “las masas”, no porque no existan sino porque el valor que le dábamos era demasiado elevado. Con el tiempo uno fue comprobando que aquellos que en aquel tiempo nos inspiraban, y que hoy nos siguen inspirando, eran más ateos que lo que uno era, y tal vez por eso estaban por delante.
Jean Baudrillard en su “De la seducción” decía que ni los papas ni los teólogos creían en Dios, y era justamente por esta razón que podían ponerlo en escena, como una realidad efectiva. Leer a este filósofo francés hace más de dos décadas, lograba fastidiarme con muchas de sus posiciones, pero no dejaban de seducirme o al menos plantearme dudas muchas otras que ponían en jaque a mi credo. Y una era ésta acerca del ateismo de los teólogos, y que sin más me conducía a revisar si en mi marxismo, no conservaba alguna teología camuflada. Al hacerlo eran justamente “las masas” las que quedaban entre paréntesis, a pesar de mi rabioso maoísmo, revisado en clave althusseriana, y con muchos ingredientes del psicoanálisis de Lacan.
Antes de proseguir con este escrito, quisiera resaltar algo que el actor Darío Grandinetti dijera el pasado lunes en 6-7-8, y es que hoy en este país podemos hablar de todo lo que se nos ocurra, y que eso es lo nuevo que nos está pasando, y que por eso mismo uno pueda confesar sus propias influencias intelectuales, en pos de aportar a la construcción de un pensamiento acorde a la profundización de los cambios, que se vienen desarrollando en nuestro país.
Pero volviendo al principio y no dispersarme en el intento, cayendo en la lógica freudiana de la asociación libre, considero a su vez que haberlo hecho, es necesario para dar cuenta de algunas de las cosas que siguen.
Este punto inicial era que a partir de los “indignados” españoles, hoy podemos volver a leer la coyuntura argentina de hace más de una década, intentando saldar hoy lo que aún no pudimos sortear como problemática planteada entonces.
Si Dios se muriera, es probable que la mayoría de sus creyentes asistan masivamente a su velatorio, pero cuestionando a todos los sacerdotes que vociferaban sobre su eterna inmortalidad, para ponerlos en un sitio muy difícil de sostener en tanto mediación entre los crédulos de la eternidad y el difunto.
En el 2001 tanto el “Voto bronca” como el “Qué se vayan todos” cuestionaron de manera contundente a las mayorías de las burocracias políticas, poniendo en jaque su existencia misma como tal. En aquel tiempo consideré que los hechos del derrumbe de las Torres Gemelas (más allá de la lectura que podríamos hacer hoy) contenía en las imágenes que los medios mostraban, una idea que podía señalar que el Poder nunca había sido absoluto, ni intocable, que podía mojársele la oreja, y que esto de alguna forma podía incidir en la conciencia masiva, no sin mostrar a su vez cierta desamparo ante la catástrofe, que ya podía mirarnos desde la nada, como alguna vez había dicho Walter Benjamin.
En las legislativas de 2001 no fue casual que un Bin Laden alcanzara más votos que la mayoría de los candidatos legales, al igual que acá en Berisso lo hiciera nuestro ilustre linyera “Siete Sacos”. Obviamente no eran mejores candidatos, pero tampoco peores, eran quienes podían representar la indignación ante aquellos que utilizando un cargo público solamente les interesaba su interés personal.
Tal vez “las masas” por aquel entonces perdieron una religión burocráticamente impuesta, y se rompieron las mediaciones que hacían de las estructuras partidarias un templo confiable. La experiencia de 2001 a la vez nos mostró el surgimiento de nuevas modalidades de organización social con cierta perspectiva política pero no en el plano de la representación.
La visión correcta de Néstor Kirchner acerca de esta situación, fue suplir estas carencias con un fuerte liderazgo; el empleo del Estado como sustituto, pero dándole facultades que el neoliberalismo le había restado; e incorporando a muchas de esas organizaciones sociales emergentes como parte de un nuevo armado político ya en el plano de las superestructuras complejas, sacándolas del aislamiento corporativo.
Este proceso abierto en 2003 si bien tuvo virajes como el haber retornado a la estructura del PJ, como herramienta de poder, éste comenzó una reconfiguración que lo asemeja mucho más al viejo partido, que Perón consideraba como una herramienta electoral, para que en él se exprese el vasto movimiento nacional y popular, y ya no tanto como una burocracia política. Esta transformación aún no está resuelta, y si bien son las masas las que cuestionaron espontáneamente el viejo modelo, lo nuevo solamente puede profundizarse con la construcción de un marco ideológico político adecuado no solamente en cuanto a la profundización del modelo, sino también y necesariamente entendiendo el cuestionamiento que se viene dando hacia lo político- corporativo desde la crisis de 2001, y que los indignados españoles hoy nos vuelven a recordar.

2011/05/23

Mi adiós a Julio Godio


Hoy por la mañana cuando abro mi cuenta de facebook me encuentro con una publicación en mi muro que me conmovió bastante, en ella la compañera Mónica Sladogna compartía el dolor por la desaparición física del sociólogo Julio Godio, ocurrida el viernes que pasó.
Si bien en los últimos años volví a leer a Godio porque encontré en él una fuerte fuente de inspiración, para poder desarrollar muchas de las cosas que hoy pienso, creo que no es casual que en el pasado hayamos compartido una misma línea de pensamiento, en mi caso ubicándome como un humilde discípulo, y es sobre esto, que quiero hablar para recordar su figura.
En el año 72 cuando comencé a estudiar en la Facultad de Humanidades de La Plata, además de haberme incorporado por aquel entonces al FAUDI, una agrupación estudiantil del Partido Comunista Revolucionario (PCR) por entonces aún no totalmente maoísta, con mucho de gramscismo, y con una fuerte reivindicación del entonces clasismo cordobés encarnado en los sindicatos Sitrac y Sitram, Godio era el titular de la materia Sociología I, pero nosotros sabíamos también que él era parte del comité central del partido, y tal vez mucho él a esto no lo disimulaba. En el hall de entrada al viejo edificio de Humanidades que por aquel entonces dirigía el FAUDI, siempre en las pizarras se pegaban todas las páginas del Nueva Hora, órgano del partido, en el cual todos firmaban con su nombre de combate, y uno de los más leídos era un tal Marín.
Si bien el periódico uno lo tenía siempre, estaba bueno leerlo en ese lugar ya que siempre se armaba algún debate, y mucho más cuando el titular de “Socio” se acercaba al mismo sitio, y ya nadie dudaba que se trataba del petizo Marín. También sabíamos que había llegado hasta la tercera del “pincha” pero por comunista lo habían echado.
Recuerdo con él largas charlas incluso hasta cuando el personal no docente siendo ya tarde nos avisaba que estaban cerrando la facultad. La seguíamos afuera y como sabía que yo era de Berisso y que mi militancia estaba concentrada no en la universidad sino en lo que en aquel entonces llamábamos células de bloqueo a las principales fábricas de Berisso y Ensenada me preguntaba como iba lo del astillero, lo de los frigoríficos y la destilería, y obviamente recibía de él consejos invalorables, muchas de las veces inspirados en lo que venía llevando adelante el clasismo en Córdoba. Por aquel tiempo, desde nuestra organización de entonces resaltábamos que en el programa clasista del Sitrac Sitram se había logrado imponer que la liberación era social y nacional y no al revés, es decir no nacional y social, y a esto ingenuamente lo ubicábamos como un gran logro, y que en ello el petizo Marín fue decisivo, aunque hoy la actual dirección de ese partido se lo reproche como un acto de revisionismo. En el año 74 ingresé al servicio militar en la brigada aerotransportada en Córdoba y cuando me dieron de baja, yo también le di de baja al partido en el que militaba porque el apoyo a López Rega era inintegrable. A Godio nunca más lo vi, pero supe que él también había abandonado esa organización, y eso para mi representó una buena señal.
Vuelvo a leerlo, como antes decía en sus últimos años, y considero que con él se nos va uno de los intelectuales más brillantes de las últimas décadas, pero que como todo aquel que produjo saber, se mantendrá en una inmortalidad a la cual me comprometo sostener.

2011/05/22

La Caducidad en Uruguay, una mirada desde este lado del río

El debate que se da en Uruguay con respecto a la denominada Ley de Caducidad, Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, que impide juzgar las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares y policías durante la dictadura (1973-1985), muestra ciertos andariveles que es necesario analizar correctamente para evitar confusiones en las cuales los sectores más reaccionarios nos quieren meter, para conservar y preservar lo más oscuro de la historia reciente de nuestras naciones sudamericanas.


En la Argentina el correlato de esta ley uruguaya fueron las leyes de impunidad, la Obediencia Debida, el Punto Final, y los Indultos menemistas.

Los argumentos a favor de la impunidad son frecuentemente el alegar que con todo eso, nos quedamos anclados en el pasado, que se trata solamente de un espíritu de venganza, y que con todo eso no es posible mirar al futuro correctamente. Y es ahí donde aparecen los dinosaurios que platean volver a una Argentina para “El que quiere a Videla y para el que no lo quiere” como si se tratara de una paz sin principios. Resultaría esto casi homologable a que la Asamblea del año 13 del S XIX hubiera planteado para el quiere al Virrey y para el que no lo quiere.

Anular las leyes de impunidad en la Argentina fue un salto cualitativo de gran importancia, y que lejos de interpretarse como sed de venganza, hay que circunscribirlo en su correcta dimensión. Lo que está en juego no es solamente la memoria y el castigo a criminales de lesa humanidad, sino principalmente la reformulación del rol del Estado. Porque lo que se puso en juego es precisamente que un estado se enjuicie a sí mismo en su responsabilidad criminal con el objetivo de sojuzgar a una nación en la más profunda dependencia, y es en este punto preciso donde la necesidad de desarrollo de una patria soberana necesita reformularse en sus propios términos, comenzando a modernizar la estructura estatal, y principalmente en torno a las fuerzas que monopolizan la violencia, para paulatinamente transformarlas en fuerzas aptas para un proyecto nacional autónomo.

Sin dudas no se trataba solamente de fuerzas armadas sino y principalmente de sectores civiles de la sociedad que se beneficiaron económicamente con la dictadura, y posteriormente con los gobiernos que mantuvieron el pacto de impunidad, y es por todo esto, que sin anular estas leyes tampoco es factible avanzar sobre esos sectores, que fueron y aún lo son, los que en la formación social argentina, resguardan los intereses concentrados que si bien a ellos los favorece, sometieron siempre al país al atraso y la dependencia, en perjuicio de la mayoría de los argentinos.

Por esto creo que no se trata de venganza, y de quedar anclado en el pasado sino principalmente de ir construyendo un nuevo Estado (ya no impune) sin el cual el futuro, no sería más que una vulgar repetición del pasado. Es por eso que lo acontecido en la Argentina podría ser una luz para las naciones hermanas, hoy más hermanadas que nunca, para avanzar en la integración y la emancipación de la Patria Grande, y tal vez lo que está expresando la mayoría del Frente Amplio, no sea más que un reflejo de ello.