2013/12/22

Ciudad Nueva- Un frente nuevo en La Plata

Alejandro Presa- Unión del Pueblo
La coincidencia entre Patria Grande y Unión del Pueblo bajo el rótulo Ciudad Nueva expresa la aparición –aún embrionaria– de experiencias que desde el trabajo territorial se plantean acceder a la lucha política y electoral.

En el arco de la izquierda argentina siempre hubo un debate, algunas veces encendido, acerca de la conveniencia o no de participar en las contiendas electorales. Para entender un poco mejor el asunto habría que precisar que en términos bastante generales, existen dos clases de posicionamientos al respecto. Están los tradicionales partidos de izquierda por un lado, y, por otro, fue creciendo desde la resistencia al neoliberalismo todo un sector al que se lo catalogó como izquierda social. Un sector al que la izquierda partidaria siempre tildó de “basista” y de no ofrecer una alternativa a la sociedad en su conjunto. Como ya es sabido, la izquierda en las últimas elecciones realizó una gran performance, principalmente el Frente de la Izquierda y los Trabajadores (FIT), pero es poco conocida la experiencia que en ciudades como La Plata, Buenos Aires y Rosario llevaron adelante frentes de la denominada izquierda de base.
En La Plata tuvo relevancia la presentación del frente Ciudad Nueva. Una coalición conformada por Patria Grande (Frente Popular Darío Santillán) y la Unión del Pueblo (Juventud Guevarista) que expresa el trabajo cotidiano que esos grupos vienen desarrollando en la base misma de la sociedad. Para conocer sobre esta experiencia, Miradas al Sur conversó con Alejandro Presa, referente de la Unión del Pueblo, y segundo candidato a concejal por Ciudad Nueva.
–¿Cómo se inició la conformación del frente?
–En realidad nosotros ya habíamos tenido conversaciones en noviembre de 2012 con otras fuerzas y habíamos convocado a una reunión en Buenos Aires a grupos como Marea Popular, el Frente Popular Darío Santillán (FPDS), sectores que se habían ido de Proyecto Sur, sectores del socialismo como el de (Jorge) Selser, intelectuales como (Eduardo) Lucita, para conformar una personería provincial. Pero como todo eso se diluyó decidimos desde la Unión del Pueblo comenzar a conformar una personería acá en La Plata, que es el lugar donde más inserción tenemos, ya que solos no podíamos hacer una personería a nivel provincial. Incluso acá, en marzo de 2013 nos costaba conseguir las afiliaciones para hacer una personería local. La gente no se quería a afiliar por todas esas cosas que te meten en la cabeza de que si te afiliás a un partido podés perder el trabajo. Necesitábamos mil afiliaciones y en marzo no veíamos que pudiésemos llegar, pero llegó el 2 de abril y la situación en La Plata cambió radicalmente.
–¿Por el tema de las inundaciones?
–A partir de las inundaciones, esto para nosotros significó un cambió, ya que pusimos a todos los militantes a cumplir una tarea, ya que el Estado estuvo completamente ausente. Otras organizaciones también tuvieron gran protagonismo, pero creo que el trabajo de más envergadura, el que más alcance tuvo, fue el nuestro. Esa situación creo que nos mostró como una organización que estuvo a la altura de resolver los problemas más urgentes de la gente. Luego de pasadas unas tres semanas de las inundaciones, encaramos el trabajo estrictamente político, ya que hacerlo antes nos parecía bastante oportunista. Además, nuestros militantes estaban concentrados en la ayuda a los inundados. Si en marzo hacíamos 10 afiliaciones, en mayo, con la referencia que habíamos tenido en el tema de las inundaciones, hacíamos 100 por día. Nosotros caracterizamos que después de las inundaciones en La Plata se generó una gran crisis de representatividad y que si se armaba un gran frente en el cual hubieran estado el Partido Obrero, la Unidad Popular, y otros grupos, se daban las condiciones para disputar seriamente en el plano electoral.
–Uno de los obstáculos para las diferentes expresiones de la izquierda suele ser ponerse de acuerdo para llevar adelante una experiencia electoral. ¿Cómo fue la experiencia de la Unión del Pueblo con Patria Grande? 
–Nuestra experiencia acá en La Plata con Patria Grande fue muy positiva. No tuvimos problemas en consensuar el programa, en confluir en algunos espacios territoriales juntos. No tuvimos problemas a la hora de elaborar un volante en conjunto, tuvimos bastante acuerdo en cómo hacer la campaña, y si uno piensa en las diferencias que por supuesto existen entre organizaciones, todo fue muy positivo. Nos permitió saber qué nivel de inserción real tenemos cada uno, y nos fue muy bien en los lugares en donde tenemos trabajo de base. Mucha gente se sumó a la campaña, aportó con las finanzas, con la difusión y la distribución de los volantes. La experiencia fue muy importante para darnos cuenta de que es necesaria una unidad más grande del campo popular y la izquierda para transformar y cambiar lo que hoy afecta a la sociedad. Nos dimos cuenta que por andarivel propio nadie puede construir una alternativa, y que sin perder la identidad, cada una de ellas debe servir para construir una identidad superior. Seguramente mucha gente no estuvo identificada ni con Patria Grande ni con la Unión del Pueblo, pero sí con la identidad de Ciudad Nueva. Con Patria Grande acordamos rápidamente el programa, en lo que no nos pudimos poner de acuerdo fue en quién encabezaría la lista y por esa razón utilizamos las Primarias para definirlo, y fue así que el candidato a primer concejal resultó Leandro Amoretti, de Patria Grande, y yo segundo por la Unión del Pueblo, mientras que los puestos que seguían se definieron de acuerdo al Sistema D’Hondt.
–En el programa ustedes plantearon la derogación del Código de Ordenamiento Urbano (COU), a lo que le dieron mucha importancia. ¿Por qué?
–El principal problema en la ciudad es la apropiación en pocas manos de la propiedad inmobiliaria y de la tierra. Estamos viviendo un proceso donde muy pocos empresarios asociados al poder político, que muchas veces hasta son funcionarios, están monopolizando todo esto. Hay una gran concentración que hace poco posible que los trabajadores puedan acceder a un terreno para hacer su casa. El Código de Ordenamiento Urbano realizado en 2010 fue hecho a la medida de estos empresarios. Los hechos de las inundaciones tienen mucho que ver con todo esto, por la gran cantidad de construcciones y la menor posibilidad de escurrimiento. Donde antes vivían 100 personas ahora viven 500 y los caños abajo siguen siendo los mismos, hay obras de hidráulica que nunca se hicieron, pero igual el COU tiene varios baches, que es lo que hace que tanto la tierra como la vivienda sean solamente accesibles a muy pocos. En cualquier barrio comprar un terreno no baja de los 70 a 80 mil dólares. La derogación del COU no solamente es importante por lo que atañe a las inundaciones, sino también para fijar una regulación, como cuáles son zonas para instalar countries o clubes de campo. Las grandes construcciones que se hicieron en el centro, que se han elevado mucho más allá de lo conveniente, lo hicieron en más de un 300% de lo permitido en el código anterior. Hay todo un sistema pensado para elevar tanto el precio de una propiedad en el centro como en la periferia, a conveniencia de los empresarios. Luchar contra todo esto es hacerlo contra el principal poder local, del que también forma parte el diario El Día, como precursor de todo este negocio. Es el verdadero poder en la ciudad, y por eso para nosotros, con la conformación de las asambleas tras las inundaciones, más que apuntar a la destitución de (Pablo) Bruera pusimos el acento en la derogación del COU, que está hecho a la medida de ese poder, con el cual coincide todo el arco político local, no sólo el bruerismo, sino también el Frente Renovador, el denarvaísmo, el diario El Día y la Uocra.
–¿Qué otros problemas hay en La Plata?
–El tema del transporte. Es muy deficiente y caro. Antes vos con una línea podías ir a cualquier lugar de la ciudad de forma horizontal o transversal, y ahora todas las líneas convergen en el centro, aislando zonas de la ciudad. Si vivís en una parte, hoy para ir a otra tenés que tomarte dos colectivos. Nosotros pensamos que una empresa de transportes municipalizada sería lo mejor, para tener mejor frecuencia, y abaratar el costo del pasaje. Una forma de ajustar el transporte a la necesidad de los vecinos y no al beneficio de los empresarios. Si te alejás de la ciudad hacia barrios como San Carlos podés ver que un micro pasa muy cada tanto, y no como tendrían que hacerlo. Cuando pasan van con 40 o 50 pasajeros y en una de esas ni siquiera paran porque van llenos. Esta ciudad hoy está pensada más en cómo hacer negocios, que en cómo hacer para que la gente pueda vivir mejor, con vivienda, viajando en transportes eficaces y seguros.
–¿Cómo caracterizan ustedes a la década kirchnerista?
–Nosotros pensamos que el kirchnerismo ha aportado varios cambios, sobre todo a favor de las clases populares. No pensamos que sea una expresión de derecha, pero sí limitada por su concepción burguesa. El proyecto de construir un capitalismo nacional y popular es más utópico que real. El kirchnerismo ha introducido muchos debates en los cuales tal vez no estemos de acuerdo, pero sí reconocemos que lo hicieron y eso es positivo. Hoy hay muchos jóvenes que cuestionan a los monopolios, eso es muy positivo. Esa identificación que muchos jóvenes tienen contra Clarín la saludamos, pero ese cuestionamiento también debiera ser hecho contra otros pulpos, como Telefónica, Barrick Gold, Monsanto.
–Contanos un poco sobre el trabajo que hicieron ante las inundaciones.
–Personalmente, yo fui un particular damnificado, porque vivo en Tolosa. Al otro día vimos que no había ninguna ayuda, que Defensa Civil no estaba, que la gente se ayudaba como podía. Entonces, acá en la Casa Guevarista (5 e/ 61 y 62) vimos la necesidad de conformar un comité de ayuda. Lo hicimos, con los compañeros laburando desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche todos los días. Íbamos a los barrios y relevábamos lo que necesitaba la gente y si teníamos lo que les faltaba volvíamos a llevarles las donaciones que recibíamos, ya que no teníamos ninguna ayuda estatal. No sólo en La Plata, sino también pasando la 122 también en Berisso, en donde los vecinos estaban sin comer, sin cloacas, sin colchones. En esa zona, el intendente (Enrique) Slezack fue a prometer un montón de cosas pero después de las inundaciones nunca más apareció. Nadie nos contó esto, ya que lo vimos, venían los chicos corriendo en 64 y 127 para llevarse algo para comer. Venían con una bolsa de nylon para llevarse el guiso. Pero justamente esa gente era la más solidaria, ya que si tenían pañales de más te los daban para repartir. Te daban lo poco que tenían para compartir con los que no tenían nada, y eso es una muestra de que hoy están las capacidades en el pueblo argentino para cambiar las cosas. También valoramos a sectores de la clase media que venían con el auto a colaborar y una de las conclusiones a las que llegamos es que si había médicos y gente para resolver problemas en donde el Estado no se hacía cargo, ahí vimos por qué el pueblo estaría en condiciones de gobernar. Los medios podrán decir cualquier cosa pero nadie vino a preguntarte nada, si había agua, si había vacunas, nada, nadie se acercó del Estado para preguntar. Patria Grande se organizó en el (Centro Cultural) Olga Vázquez, y nosotros acá, y la calle estuvo cortada como dos semanas, se acercó mucha gente a colaborar desinteresadamente. La gente del barrio nos prestaba los garajes para guardar las cosas que nos llegaban como donaciones de toda la provincia. Este trabajo que hicimos junto a médicos, arquitectos, a nosotros nos hizo dar un salto como organización, sin lugar a dudas. Los panaderos de enfrente, que siempre dijeron que nosotros éramos los zurditos, después de eso vieron que nosotros éramos lo que nos poníamos al frente de lo que necesita el pueblo.
Trazo grueso, trazo fino. Si bien la última década se podría definir signada por un rasgo progresista, esto no siempre tiene su correlato en las gestiones locales, aunque digan ser de la misma filiación. Tal vez el problema del trazo fino, llevar adelante una gestión local, acorde a los tiempos que corren, sea una herencia que desde “el mismo palo” sea muy difícil revertir, y mucho más cuando surgen problemas muy concretos, como fueron las inundaciones en la mismísima capital de la provincia de Buenos Aires.
Que fuerzas políticas que se consideran a favor de las transformaciones sociales, y que a su vez cuentan con trabajo concreto entre la población, demuestran que pueden, es una muy buena señal, mucho más cuando logran salir del trabajo de hormiga, para ofrecer desde muy abajo una alternativa electoral.

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