A Elías Presutti los del club El Fortín,
no se lo perdonaron tan rápido. Para ellos eso fue una gran traición. Aquel
sábado 3 de septiembre Elías fue a ver el partido entre el club de su barrio y
el del Honor y Patria en la cancha de estos últimos. Era el Derby del barrio
ampliado. Ambos clubes estaban a sólo 4 cuadras de distancia. La cancha del Honor y Patria estaba en la
manzana comprendida entre las actuales calles 11 y 12, y 157 y 158. La manzana
estaba pelada salvo la casa de ese búlgaro que después se la vendió al Negro
Montenegro. Algunos pocos años después esos terrenos serían vendidos y ahí se
fabricarían las casas que patrocinaba el Banco Hipotecario. Quien escribe vive
en esa manzana desde sus 5 años. En algún momento también vivió en La Plata,
pero volvió al lugar.
Yendo a hacer los mandados, a quien
escribe lo paró un hombre de unos 80 años, pero en el que se nota haber hecho siempre mucho deporte.
-¿Vos sos Drozd no?
-Sí.
-Tengo que ir a ver a tu viejo, ¿Cómo
anda él?
-Bien, y por qué tema.
-Decile que yo soy Elías. Hace mucho
tiempo cuando la manzana donde vos vivís era casi baldía, ahí estaba la cancha
del club. Una vez se jugaba ahí la copa del barrio, entre Honor y Patria y El
Fortín. Yo fui a ver no más. Vivo en lo que era el barrio de El Fortín, cerca
de la plaza. Pero a los del Honor y Patria les faltaba un jugador, y el arquero
Vicente Nanni me invitó a completar la formación. No sabía qué hacer, pero dije
bueno voy a jugar contra mi club. Lo peor de todo es que ganamos 2 a 0 y los
dos goles los metí yo…
Si bien Nanni era un gran arquero, nunca quiso ser futbolista
profesional. En cambio el Ñato Bernárdez que era hijo de uno de los fundadores
del Honor y Patria, además de jugar para el club, allá por los ’50 fue jugador
de Estudiantes de la Plata. Por lo que se sabe fue un delantero goleador, aunque en aquel clásico barrial el que metió
los goles fue Presutti.
Las circunstancias de la
vida, de la historia, en verdad las solidaridades que por ese entonces
existían, hicieron que a Elías sus vecinos lo perdonaran.
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