Hoy existe un
lugar que se fugó de la realidad. Un lugar indiscernible, un espacio y un
tiempo que si bien se muestran como verosímil, como plausible; guardan en su
seno lo indemostrable y la imposibilidad de rastrear de forma verdadera
determinados hechos de la realidad. Tal vez ese punto de fuga o pozo
gravitatorio, hoy sea parte de la realidad, pero de una que ya no es acorde a
los parámetros establecidos en otros tiempos. Sin dudas la realidad es una
construcción no tan real, pero cuesta observar esos hechos que demuestran
fehacientemente que esa construcción se encuentra inmersa en un proceso de
mutación. Es como si alguien observara en el medio de una calle, el
acercamiento de un automóvil a mucha velocidad y que en el momento preciso en
que lo tuviera que pisar, esos ojos vieran como ese móvil despareciera
súbitamente de la escena. O fue una alucinación, un truco o tal vez un efecto
visual, se podría pensar.
Ese pozo gravitatorio
obviamente no es natural, tampoco queda tanto de la naturaleza. Ese hueco es
parte de una construcción que está para ser vista de esa forma, por todos
aquellos que sobre ese lugar sólo recibirán información. No está hecho para los
que lo viven o lo presencian sin ninguna mediación. Eso que se ha vuelto
indiscernible e indemostrable es todo aquello que nos llega a través de la
mediación, pero entendiendo que la mediación ya no es algo que se interpone
entre nosotros y el mundo. La mediación es el mundo y nosotros somos sujetos de
eso.
Lo indemostrable
resulta así la presencia exuberante y absoluta de la ideología, la que
obviamente se presenta como realidad. Ninguna ideología se dice a sí misma
ideológica, sería un despropósito, y no porque las ideologías sean el producto
de genios malvados que las construyen para engañar a la gente, sino porque
ellas son parte estructural del todo social, y sus leyes de producción y
reproducción en gran parte se realizan al margen de la conciencia que se tenga
de ello. El descubrimiento de un elemento constitutivo de la sociedad como lo es
la ideología sólo fue posible a través de la irrupción del discurso científico.
Esos lugares
ubicados en una rara topología en la cual prima lo indemostrable como verdad,
son necesariamente sitios de disputa por la significación. Lejos de apuntar a
la episteme estamos en presencia de
la necesidad de la doxa, como
elemento de diferenciación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario