2016/03/24

No creo que haya que luchar si no es para vencer.


El 24 de Marzo de 1976, me sorprendió en Mar del Plata. Fue mi último período de vacaciones bien extenso. 1 mes en la feliz. Tenía 22 años y hacía menos de uno que había salido de la colimba. Probablemente, la situación me había despolitizado. El maoísmo me había dejado de a pie e intenté canalizar mis rebeldías espontáneas y mi poca adaptación al sistema a otras cosas. El fútbol y la ciencia ficción me llegaban para ello. Más tarde el psicoanálisis de Lacan. El mismo que posteriormente me devolvería el compromiso con la lucha de clases. Desde los 12 años dejé la religión, hace bastante. No creo que haya que luchar si no es para vencer.

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