2016/01/26

La inevitable ausencia de Macri en la cumbre de la Celac

La deserción del presidente Mauricio Macri a la cumbre de la Celac, que tendrá lugar mañana miércoles en Quito, abrió una serie de conjeturas y suspicacias algo desopilantes. Según se informó el presidente argentino no viajará a Ecuador por razones de salud. Por esa misma causa no tendría que haber viajado a Davos y tampoco a Córdoba en el día de la fecha. El diagnóstico es el mismo, la fisura de una costilla.

Algunos salieron a decir que lo que Macri intentaba eludir era la inevitable confrontación con el mandatario de Venezuela Nicolás Maduro. "O nos respetamos todos o se acaban las reglas de juego en esta batalla por la nueva América y la nueva historia. Así se lo digo al presidente de Argentina que viene agrediendo a Venezuela: O nos respetamos todos o se acabó esta historia. Respeto a Venezuela, respeto a la patria de Bolívar" dijo Maduro el pasado fin de semana. Otros fueron más lejos señalando que a Macri le brotó el miedo, y que tampoco quería ver la estatua de Néstor Kirchner presente en la sede de Unasur situada en el distrito quiteño de la Ciudad de la Mitad del Mundo.

Lo que Maduro debiera revisar es este señalamiento de “batalla por la Nueva América y la nueva historia”. Si bien Mauricio Macri se pronuncia por la novedad y el cambio, su modelo continental no es precisamente el de una Nueva América. Lo que tanto Macri como la mayoría de la derecha continental propician es el retorno a la Vieja América. Existen salvedades como la que representa con ciertas ambigüedades el presidente colombiano Juan Manuel Santos, pero no son la regla general.

Más que intentar explicar la ausencia de Macri, por temor o por la presencia de estatuas; habría que saber que en la Vieja América, organismos como la Celac o la Unasur, estarían de más. Si en la región se está produciendo un viraje a la derecha es probable que en pocos años esos organismos tiendan a desaparecer.

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