Si existió un
aspecto bastante interesante en cuanto a la política de comercio exterior de la
República Popular China en los tiempos de Mao, fue que esa nación comerciaba
con todas las naciones del mundo o al menos eso intentaba. Lo que ellos no
comerciaban con cualquiera era lo concerniente a armamentos. En eso se
diferenciaban de la ya desaparecida Unión Soviética que sí les vendía armas a países
en donde gobernaban lo que para ellos eran burguesías nacionales progresivas,
pero no tenían por su parte relaciones comerciales fluidas con el resto de las
naciones. La política de comercio exterior siempre que le dé ventajas a un
país, en tanto posibilidad de adquirir lo que no se puede producir localmente y
exportar en condiciones favorables, no debe tener como límite los presupuestos
ideológico- políticos de las naciones entre las cuales se comercia. La
dictadura cívico- militar argentina en tiempos de Videla y Viola tenía como
gran destino comercial a la ex URSS en
cuanto a la exportación de granos. A nadie se le ocurriría suponer afinidades
ideológicas entre dichas partes. La existencia actual de un clúster económico
como son los BRICS, no supone necesariamente coincidencias de tipo ideológico,
sino razones económicas como contar todos esos países con la característica de
ser las principales economías emergentes del planeta. Brasil, Rusia, China,
India y Sudáfrica tienen antes que nada coincidencias económicas, sabiendo que
una competencia furiosa entre ellos los llevaría a una hecatombe.
Esta pequeña
introducción es para comprender parcialmente la posibilidad efectiva que el
presidente electo de la Argentina Mauricio Macri cuenta para lograr la suspensión de Venezuela del
Mercosur. En todo caso también poder leer entre líneas qué es lo que se intenta
hacer con ello. El Mercado Común suramericano, tiene dos socios principales.
Sin Brasil y Argentina sería poco probable que tuviera supervivencia en cuanto
a su razón principal., que es ser una zona de libre comercio y cooperación
económica entre partes. Está integrado como ya se sabe además de los dos
grandes gigantes continentales, por Uruguay, Paraguay, Venezuela y Bolivia (en
proceso de adhesión). De todos esos socios sin dudas están los que tienen un
valor significativo por ser grandes proveedores de energía además de Brasil y
la Argentina.
Excluir a
Venezuela se basa en prejuicios ideológicos y no en razones económicas, pero
también atenta contra la excelente relación con Brasil, que no solamente es un
socio comercial privilegiado de nuestro país en cuanto a la región, sino como
lugar de apertura a las economías emergentes del mundo. El problema es si el
intento de excluir a la nación bolivariana no lleva implícito debilitar las
relaciones con Brasil.
Resulta igual
saber si en realidad no es todo esto, una mera apuesta propagandística de
Macri; mucho más teniendo en cuenta que su padre es el principal empresario
argentino con ligazón a los negocios con la economía china, que tiene en Brasil
a su principal socio comercial de la región.
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