2015/01/21

Nisman, el anarcocapitalismo y las solidaridades parciales.

Esta reflexión surge de los acontecimientos posteriores a la trágica muerte del fiscal Nisman.

Los primeros días de noviembre de 2011 en ocasión de la reunión de los Business 20, que agrupa a los principales ejecutivos del G20, la presidenta Cristina Fernández, expresó una fuerte crítica al anarcocapitalismo, proponiendo a su vez el desarrollo de un capitalismo serio. "El mundo está a tiempo de cambiar la actual situación, aunque para cambiar es necesario tocar intereses, pequeños pero poderosos" sostuvo la mandataria argentina es esa oportunidad, ya que "muchas veces es mejor enfrentar a esos poderosos intereses que más adelante enfrentar la furia de la sociedad".
Si se entiende por anarcocapitalismo a ese despliegue avasallador de los flujos financieros, y la actualización permanente de lo que Marx denominaba “acumulación originaria”, es cuando uno se percata que hay poco lugar en el mundo para otra clase de capitalismo. Es en esencia la faz predominante del capitalismo tardío, y existe en todos lados, aunque algunas veces haya que creer que no es así. El Estado como instrumento de dominación, pero también como principal lugar de disputa por el poder, lleva en sus entrañas las marcas del poder anarcocapitalista mundial. No se entenderían grandes negocios globales como el tráfico de armas, el narcotráfico, la trata de personas o el lavado de dinero; sin la presencia de dichas marcas.

No hay que confundir gobierno con poder. Éste último condiciona a los primeros, les impone pautas, sabe que ellos (los gobiernos) deben gerenciar lo mejor posible los intereses de los sectores de poder; y no les permite rebelarse. La gran apuesta de los denominados gobiernos progresistas en la región debe ser integrarse con las mayorías populares, para reversar el poder.
Las principales fuerzas de seguridad, los servicios de espionaje, y todo ese combo; nunca dejaron de ser parte de los Estados nacionales. Que un gobierno, o que la política no puedan controlar pesadas herencias que vienen desde las dictaduras más sanguinarias; debiera ser una exhortación pública. Así lo hizo el gobierno de Bolivia en 2008 convocando al pueblo a derrotar a los golpistas, financiados desde gobernaciones opositoras.

La trágica muerte del fiscal Nisman no puede ser leída, de forma tan simplista, como se intenta que sea leída.

Sorprende además que los indignados por el fallecimiento del letrado, se solidaricen con los caídos de Charlie Hebdo, por considerar que fue un ataque contra “la libertad de expresión”, teniendo sobre ese ataque una visión bastante sesgada. Los 43 de Ayotzinapa, los bombardeados por los israelíes en Oriente Próximo, pareciera que no llegaran a ser humanos. Mucho menos Mariano Ferreyra, Luciano Arruga o Darío Santillán. Las indignaciones parciales muestran que las generalidades no existen, sólo las adhesiones de clase.

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