El golpe de Estado contra Evo Morales está
siendo interpretado según las conveniencias. Estados Unidos, la OEA y todo el
séquito de países alineados con el neoliberalismo global son parte de un
posicionamiento que antepone sus deseos y sus proyecciones, mientras que los
grandes medios se encargan de propalar tanto información como imágenes que le
dan sustento a ese posicionamiento. El inefable Pichetto le aconseja a Alberto
Fernández que no compre “conflictos bolivarianos”.
Nota Socompa
En tiempos de posverdad, fake news, lawfare; la realidad
colisionó contra sí misma. Ya no se trata de certidumbres sino de
aproximaciones siempre intencionales que expresan más que efectos de verdad,
relaciones de fuerza de quienes las enuncian. Entonces se produce el reino de
los sofistas, de los encantadores de serpientes, de los que antes de hablar
ensayaron bajo la dirección de algún gurú lo que debían decir, todo acorde a líneas
que tienen asidero global y se ajustan a una supuesta corrección, propia de una
cultura heterónoma, no propia de las naciones a las cuales se intenta
disciplinar mucho menos de la cultura popular de esos lugares.
En Bolivia no fue
golpe de Estado, a Nisman lo mataron, Maldonado se ahogó, no fueron 30 mil sino
8, señalan. Todas expresiones de algo que es rebelde a su aprehensión
objetiva y que debe abrir caminos a variopintas interpretaciones. De esta
manera se dice que la realidad no puede ser interpretada por la ciencia ya que ésta no es democrática, pues
algo que es cerciorado científicamente no puede ser contrastado por la opinión
y eso lo torna autoritario. Entonces cuál sería el punto de acuerdo general
para que todos, pero absolutamente todos convaliden determinado hecho o
interpretación del hecho como una verdad. Las reglas del régimen democrático
liberal que se impuso en los 80 le dieron sustento a puntos de acuerdo
generalizado, al menos eso es lo que imperó y aún preserva cierta legitimidad. A
eso hoy la posverdad lo está haciendo trizas.
Un hecho como el golpe de Estado en Bolivia será interpretado entonces según las
conveniencias. EEUU, organismos como la OEA y todo el séquito de países
alineados al neoliberalismo global son parte de un posicionamiento que antepone
sus deseos y sus proyecciones, mientras que los grandes medios se encargan de
propalar tanto información como imágenes que le darán sustento a ese
posicionamiento. Son la parte más elocuente de la interpretación hegemónica de
lo real.
Dichos- El
presidente Mauricio Macri sostuvo el martes 11 "Quiero dejar claro que repudiamos
la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia, creemos en el
diálogo como único mecanismo de salida de cualquier crisis que pueda tener una
Nación" agregando luego que "Entendemos que las elecciones son
la mejor manera de transparentar la voluntad del pueblo boliviano y que sus
mecanismos previstos en su Constitución son los que van a permitir resolver
esta cuestión”. El repudio a la violencia del que habla Macri no incluye
las maniobras sediciosas de los grupos de choque de la derecha cruceña liderada
por Luis Fernando Camacho ni las acciones contra el depuesto presidente Evo
Morales y la mayoría de la cúpula del Mas boliviano. No dice que el legítimo
mandatario haya tenido que pedir asilo a México para preservar su vida. Habla
de violencia en abstracto para que eso se interprete como acciones propias del
gobierno derrocado y no de la oposición. Después dice que son las elecciones lo
que pondrán orden sin señalar que las elecciones en Bolivia ya se realizaron y
el candidato masista fue reelecto en primera vuelta. Podría ser discutido el
procedimiento pero no se puede obviar que Evo Morales aún cuenta con mandato
constitucional por lo menos hasta enero del próximo año.
Por su parte el mandatario
estadounidense Donald Trump señaló "Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y
al ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no solo a una
persona, sino a la constitución boliviana". Luego dirá que no fue
un golpe de Estado sino "la voluntad del pueblo". Podrá ser
cuestionada la pasada elección realizada en el país del altiplano pero hablar
de voluntad del pueblo cuando en las urnas esa supuesta voluntad no pasó del 37
% es una aberración. Trump no dice que Morales gobernó desde el año 2006
ganando elecciones y profundizando una democracia sumamente restringida. "Después de casi 14 años y su
reciente intento de anular la constitución boliviana y la voluntad del pueblo,
la partida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que el
pueblo boliviano sea escuchado" dijo Trump a quien habría que
preguntar qué lugar ocupa tanto en Ecuador o en Chile "la voluntad el
pueblo".
Rayando una posición
negacionista el ex candidato a vicepresidente Miguel Pichetto dijo en referencia al presidente electo
Alberto Fernández que
"Hay que dejar de comprar todos los conflictos bolivarianos"
como si nada sucediera alrededor de nuestro país.
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