Y si Stalin no fue tan malo, y Trotski no tan bueno, no se abriría una hiancia por donde los ultraliberales ya no podrían justificar el fin de la historia, de las ideologías y todas esas sandeces. Ayer escuché a una persona que me decía que Venezuela es un desastre, una porquería. Pensé que era un férreo derechista, y no, era trotskista.
2 comentarios:
En el almacén donde compro concurre un señor que peina canas, viejo militante del P.O., hoy en el FIT, que analiza la realidad más o menos como Federico Sturzenegger, pese a sus declaraciones socialistas. Recurre a todas las chicanas que utilizan los amarillos. A veces el problema de la ultraizquierda argentina es que tienen tantas altasmiras que terminan en el caño...
Tienen una tradición liberal, eso es lo que lo vuelve anodinos
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