2015/12/19

La revolución abstracta

¿Por qué un bando puede derrotar a otro? Si se busca un argumento científico, es necesario ir a las leyes de la guerra, esbozadas por alguien como Clausewitz,  por ejemplo. Una fuerza para triunfar debe contar con un superior balance material, y también moral, a su favor. Lo que se desprende de ahí es válido para poder esbozar una teoría de la revolución proletaria. Tanto Marx, Engels, Lenin o Mao para poder plantear los cambios nunca descuidaron este factor. Lo que llama poderosamente la atención es que algunos marxistas, supongan de antemano que el proletariado tenga un balance de fuerzas favorable, para derrotar a la burguesía. En proposiciones como ésas se desprende automáticamente que el socialismo tarde o temprano llegará. El proletariado va a triunfar porque es superior tanto cuantitativa como cualitativamente a su oponente social, sostienen. Sin dudas cuando Marx y Engels escribieron el Manifiesto, esto era más o menos así. No tanto cuando triunfara la revolución del ‘17, ya que sin la alianza obrero- campesina no hubiera alcanzado. Mucho menos en la revolución china donde la mayor parte eran los campesinos. Más allá de las clases participantes, todas fueron revoluciones proletarias, ya que fueron hechas de acuerdo a un programa basado en la hegemonía proletaria. La hegemonía a diferencia del bonapartismo, implica una alianza de clases en la que una de ellas lleva la conducción estratégica. Todo se realiza de acuerdo a la visión de esa clase. La visión que esa clase les ofrece a otras de acuerdo a sus postulados e intereses. Los actuales sistemas dominantes no distan de ello. La burguesía tiene respuesta para las diferentes clases subordinadas, que son acatadas por el consenso social y ello a su vez, es legitimado ideológicamente. En el bonapartismo alguien se coloca por encima de las clases y las unifica. Es diferente.

Un buen DT de fútbol, además de saber con qué rival se enfrenta, debe conocer con qué cuenta como fuerza propia. De ahí debe desprender sus tácticas como la estrategia. A veces da la sensación de que algunos grupos de izquierda creen que cuentan con el mismo escenario que el que Marx y Engels tenían ante sus ojos en 1848. Olvidan que la burguesía no se mantuvo inmóvil, y que desarrolló desde ese momento una extrema lucha de clases contra el proletariado. Lo hizo desde el poder, cosa que es mucho más fácil. Muchas de las posiciones que se dicen proletarias están cooptadas por el enemigo al que suponen enfrentar.

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