Ecuador. Los cambios, el combate contra los
privilegios corporativos, las transformaciones estructurales y el futuro
político. Rafael Correa y la
Cumbre de la Alianza Bolivariana.
Los cambios que se vienen produciendo en Latinoamérica, y
principalmente en algunos países como Ecuador, tal vez no sean ni la revolución
ni el socialismo, como fueran considerados a lo largo del siglo XX, pero si se
tienen en cuenta las principales políticas que se llevan adelante, sobre todo
en lo referido a la búsqueda del bienestar de las mayorías populares,
combatiendo los privilegios corporativos de las minorías de siempre, hoy se
podría considerar que buena parte de la región está ante transformaciones
estructurales que serán evidentes con el correr del tiempo y válido de poder
ser considerado en un futuro próximo con una mirada retrospectiva.
Durante la exposición que el presidente Rafael Correa hiciera ante movimientos
sociales en la XII Cumbre
de la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de
Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) realizada el pasado 30 de julio en la ciudad
de Guayaquil, el mandatario afirmaba que “son mágicos los momentos que vive
nuestra América”. Pero también advertía: “Hay que tener cuidado, nos
acostumbramos y creemos que siempre fue así. Prohibido olvidar que durante la
larga y triste noche neoliberal nuestra región estuvo repleta de gobiernos
entreguistas, de mediocres, de traidores; ahí estaban los Collor de Mello, los
Menem, los Fujimori, los Mahuad, los Endara y tantos y tantos otros...”. Según
Correa, “es impresionante lo que está pasando en América latina y eso demuestra
claramente el principal cambio que hemos logrado, el cambio en las relaciones
de poder”. Pero volvió a advertir: “Atentos, no nos confiemos y creamos que
todo está logrado, falta mucho camino por andar... Incluso lo andado puede ser
revertido por los poderes de siempre”, ya que, señaló a los integrantes de los
movimientos sociales, “son poderes que están vivos, ¡así que muy atentos,
compañeros!”.
En una entrevista que el portal español Mundo Obrero le
realizó en julio a la intelectual chilena Martha Harnecker, ante una pregunta
que le hicieron por los movimientos progresistas de Latinoamérica, ella
expresaba que los mismos, más que tener que ver con el socialismo, son
movimientos de respuesta a la crisis del neoliberalismo, refiriéndose
principalmente a las que considera las experiencias más avanzadas del
continente: Venezuela, Ecuador y Bolivia, aunque la caracterización podría ser
extensiva de manera relativa a los otros países en los cuales todavía se
conserva cierta economía mixta, es decir donde el Estado volvió a ser
protagonista aunque se mantengan algunos elementos que podrían considerarse
como lastre del neoliberalismo. Sin dudas, se trata de “construir ese punto en
el cual no haya retroceso”, al decir del actual secretario general de la Unasur , el venezolano Alí
Rodríguez Araque, ya que si un proceso de cambio social no revierte las
tendencias que habían primado en un período anterior, es factible volver atrás.
Estas consideraciones, el presidente Rafael Correa parece tenerlas muy
presentes, y ello se expresa en una gestión y un rumbo finamente planificados
para dejar atrás la sumisión a los viejos poderes fácticos. Si bien resulta un
lugar común afirmar que el neoliberalismo enfrentó y desprestigió a la razón
estatal, no es muy tenido en cuenta que vilipendió todo lo que sea
planificación, considerándola como una rémora de regímenes autoritarios.
Establecer desde el Estado un proyecto político, económico y social, sin dudas
no puede dejar ese rumbo librado al azar, ya que los principales lobbies y
corporaciones sí lo tienen establecido.
La Revolución Ciudadana, iniciada en 2007, le plantea a Ecuador, luego de que
Rafael Correa fuera reelegido para gobernar durante el período 2013- 2017,
nuevos desafíos para consolidar y profundizar los cambios.
Qué es El Buen Vivir. No se trata de una consigna abstracta
que un gobierno les impone a sus ciudadanos, sino de una propuesta que emana de
la misma sociedad ecuatoriana, y principalmente atendiendo a las más autóctonas
tradiciones de ese pueblo andino: el Sumak Kawsay es una voz indígena que tiene
la significación de promover relaciones humanas equilibradas y en armonía con
la naturaleza.
Tras un arduo proceso de debate, socialización, y aprobación en el cual
participaron más de ocho mil ecuatorianos, el pasado 3 de agosto la Asamblea Ciudadana
Plurinacional e Intercultural de Ecuador recibió el Plan Nacional de Desarrollo
para el Buen Vivir 2013-2017, que se convertirá en la principal línea de acción
gubernamental. Según señalaba el titular de la Secretaría Nacional
de Planificación y Desarrollo (Senplades), Fander Falconi, citado por el diario
cubano Gramma, “este plan es devuelto a sus gestores, a todo el
conjunto de voluntades decididas a continuar con nuestra marcha, a la Asamblea Ciudadana ,
a todo el pueblo del Ecuador”, dijo.
El proceso de construcción del plan se inició en mayo, y tuvo tres aristas
destacadas, una fue la asamblea misma en la cual se movilizaron unos 8100
ciudadanos, pero la misma estaba interrelacionada con otras dos instancias que
son el Seminario Internacional sobre Pensamiento latinoamericano y los 8
consejos sectoriales de política en los cuales se confeccionaban las
principales líneas que luego serían debatidas en las asambleas ciudadanas. Este
proceso se realizó según lo dispuesto por la Ley Orgánica de
Participación Ciudadana, el Sistema Descentralizado de Planificación
Participativa y el Código Orgánico de Planificación, informó Senplades.
El documento de 602 páginas que contiene el Plan Nacional por el Buen Vivir
2013-2017 tiene como presentación una apreciación del economista coreano
Ha-Joon Chang, considerado como uno de los economistas heterodoxos más
importantes del mundo. El economista resalta la idea de que crecimiento no es
igual a desarrollo, y los autores agregan que “el Buen Vivir se planifica, no
se improvisa. El Buen Vivir es la forma de vida que permite la felicidad y la
permanencia de la diversidad cultural y ambiental; es armonía, igualdad,
equidad y solidaridad. No es buscar la opulencia ni el crecimiento económico
infinito”. La planificación ocupa un lugar central en la confección del
documento, señalando que en Ecuador se la rescató para no duplicar esfuerzos y
evitar el desperdicio de recursos que tanto retrasó al país en tiempos del
neoliberalismo. “Si sabemos dónde vamos, llegaremos más rápido, porque sabremos
cómo sortear los obstáculos que se presenten”, dicen, subrayando que si la
planificación fue menospreciada y reducida a su mínima expresión por las
políticas neoliberales, esto no fue por ideología sino por intereses
económicos, señalando como ejemplo la privatización de las principales empresas
públicas, cosa que llevó a la peor crisis del país, subrayando que esto fue
hace apenas una década, pero que dejó huellas muy difíciles de borrar en la
ciudadanía.
Entre otras cosas, el Plan Nacional para el Buen Vivir se perfila como una
lucha contra la pobreza: cambiar la matriz productiva, construir la sociedad
del conocimiento y transformar el Estado, consolidando y radicalizando los
cambios que la
Revolución Ciudadana viene promoviendo desde enero de 2007.
Por otra parte se plantea la necesidad de reducir al máximo la dependencia del
país de los ingresos petroleros, necesitando transformar sustancialmente así la
estructura productiva.
“No podemos hablar de erradicar la pobreza sin transformar la matriz
productiva, generar empleo y mejorar las condiciones de igualdad. No se puede
hablar de transformar la matriz productiva si no se genera empleo de calidad y
se erradica la pobreza”, dijo el secretario nacional de Planificación y
Desarrollo Pabel Muñoz durante la inauguración del Seminario Internacional Erradicación
de la Pobreza
en América Latina y el Caribe, organizado por la Senplades , la
recientemente creada Secretaría Técnica para la Erradicación de la Pobreza y la Comisión Económica
para América Latina (Cepal), que tuvo lugar en Quito el 30 de julio. El evento
fue organizado para realizar intercambios sobre las experiencias alcanzadas por
varios países en la aplicación de planes y políticas para combatir a la
pobreza, y esto para Ecuador resultó sustantivo como otra plataforma para
potenciar al proyecto 2013- 2017.
Vale señalar que el Plan Nacional para el Buen Vivir está acompañado por un
sistema de monitoreo y evaluación que hará posible conocer los impactos de la
gestión pública y generar alertas oportunas para la toma de decisiones. Este
sistema está basado en la lógica de comparar lo programado frente a lo
realizado, tomando como base la planificación nacional y la formulación
realista de indicadores y metas.
El socialismo del Sumak Kawsay y la economía social. “El horizonte
político de la
Revolución Ciudadana es el Socialismo del Buen Vivir. Este
articula la lucha por la justicia social, la igualdad y la abolición de los
privilegios, con la construcción de una sociedad que respete la diversidad y la
naturaleza. En tal sociedad podremos desarrollar nuestras capacidades y vivir
digna y libremente”, dice el documento, poniendo el acento en que el fin del
Socialismo del Buen Vivir es defender y fortalecer la sociedad, el trabajo y la
vida en todas sus formas, asegurando que se debe en primer lugar resolver el
acceso a bienes, oportunidades y condiciones que les garanticen al individuo, a
la colectividad y a las generaciones futuras, una vida digna sin perjudicar a
la naturaleza, ya que el Buen Vivir es una práctica diaria. En este sentido se
plantea en lo concerniente a la transformación económica y productiva, la
necesidad de consolidar al sistema económico social y solidario, de forma
sostenible. A sabiendas de que con la política social llana no alcanza para
recuperar la dignidad, en Ecuador se viene desarrollando una fuerte economía de
autogestión entre ex desempleados que revigorizaron la circulación y el consumo
interno, sin trastrocar los principios básicos de la asociación entre iguales,
ni la relación con la naturaleza.
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