Tanto para Fernando Espinoza (intendente de La Matanza) como para su par de Tres de Febrero Hugo Curto, alineados al Frente para la Victoria, el flagelo de la inseguridad fue decisivo en los comicios realizados el pasado 11 de agosto. El que escribe les escuchó a varias personas expresar que eligieron su voto en contra del oficialismo, debido a ese tema. Si esto es inflado por los medios, cosa que sin dudas sucede, tampoco vale contraponer, el afirmar que la inseguridad no existe. No se sostiene más esa posición de renegar del asunto, y mucho menos si se tiene en cuenta que los que hacen campaña con la inseguridad, no hacen otra cosa que exclamar una demagogia punitiva que más que resolver el problema lo agravaría. Acá falla la comunicación, pero también las posiciones encontradas.
Uno de los referentes del oficialismo en la campaña electoral para las PASO fue nada más y nada menos que el gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien a través de su superministro Ricardo Casal, siempre llevaron adelante una gestión del problema que no se diferencia sustancialmente de lo que pueden proponer tanto Sergio Massa como Francisco De Narváez, y que por otra parte es casi opuesta a la de la cartera nacional.
“La inseguridad en la Provincia es responsabilidad del gobernador” dijo Massa, y en eso coincidió con la presidenta Cristina Fernández cuando ella unos meses atrás dijera casi lo mismo.
Si Scioli es uno de los pilares de la campaña electoral, debería dar cuenta del asunto, y dejar de decir que la gente ya entendió su mensaje.
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