Una familia burguesa tipo. Marido y mujer,
dos hijos adolescentes, una criada y la llegada de un huésped que lo trastoca
todo. En el convulsionado 1968, Pier Paolo Pasolini generaba admiración,
escándalo e infinidad de polémicas con el estreno de Teorema.
Hace 50 años, en 1968, se estrenaba el
film Teorema en Italia, la duodécima producción
cinematográfica de Pier Paolo Pasolini. Ese mismo año ya había dirigido
anteriormente dos películas, Edipo rey y Le streghe (las
Brujas) junto a otros directores. Pasolini que era un prolífico escritor en
géneros como poesía, ensayo, narrativa y teatro; desde 1961 comenzó a
incursionar en el cine. Nacido el 5 de marzo de 1922 en Bolonia se convirtió en
uno de los más emblemáticos intelectuales italianos de posguerra.
Sus dos primeras películas fueron Accattone (1961)
y Mamma Roma(1962). Ambas enroladas en el neorrealismo italiano
propuesto por un director como Roberto Rossellini. Roma, città aperta (1945)
de dicho cineasta es considerada la primera producción de este género. La
tesitura neorrealista era mostrar las condiciones reales de existencia de los
sectores sociales más postergados principalmente en los tiempos de
posguerra y por otro lado terminar con cierta modalidad fascista presente en el
arte que privilegiaba un estilo histórico y musical grandilocuente. Accattone
el personaje principal de la primera película de Pasolini era un pobre
proxeneta de barrio proletario que hacía prostituir a la mujer con la que
vivía. Por su parte “Mamma Roma” es una prostituta que trabaja en las calles de
la capital italiana pero sueña con alcanzar un modo de vida pequeño burgués.
Ambos filmes fueron hechos en blanco y negro y cuentan con historias acaecidas
en los suburbios mostrando los avatares y la crueldad de la vida cotidiana.
1968 representó un año de cambios,
de revuelta y de presentación en público de una nueva generación nacida tras la
finalización de la 2da Guerra Mundial. En Europa el Mayo parisino iría a marcar
una nueva agenda de la que el resto del continente no permanecerá ajeno. Un año
después estallaría el Otoño caliente italiano. No se puede
entender a Pasolini sin este contexto.
Si en matemáticas y geometría un teorema es una
proposición que partiendo de un supuesto (hipótesis) afirma una racionabilidad
(tesis) no evidente por sí misma; en la trama de Pasolini el teorema va a ser
la presentación de la vida de una familia “pequeño burguesa en el sentido
ideológico, no en el sentido económico”, dirá el autor en la primera página del
libro que luego se transformará en film. Se trata en verdad de un manual laico
sobre la vida de una familia perteneciente a la rica burguesía industrial de
Milán en la que se producirá una irrupción religiosa luego de haber sido
trastocado su propio orden. Ése será precisamente el teorema.
La cuestión obrera y el lapsus patronal
La Italia del ’68 estaba conmocionada por
grandes luchas obreras y el resurgimiento de viejos debates acerca de la
cuestión operaria, fundamentalmente los que ya había vislumbrado Antonio
Gramsci en los consejos de fábrica turineses y los había transmitido en los
célebres cuadernos de L’Ordine Nuovo entre 1919 y 1920.
Si bien en Teorema la
cuestión de la condición obrera y su relación con el mundo fabril no es para
nada algo descollante, la película comienza mostrando la imagen de una fábrica
que “se extiende por todo el horizonte, como una inmensa barcaza anclada entre
los regadíos y las barreras transparentes de álamos” dice Pasolini en el libro.
“Después (de esa paz), súbitamente, un verdadero infierno: los seis mil quinientos
obreros de la fábrica empiezan a salir, todos juntos, vomitados por las
cancelas plegadizas, y toda la zona de estacionamiento parece trastornada por
una especie de ciclón” agrega. En la puerta de la fábrica un periodista con su
cámara filmadora comienza a hacerles preguntas a los trabajadores. “El patrón
les ha cedido la fábrica: ahora los dueños son ustedes, los obreros. ¿No los
humilla el haberla recibido como donación?” interroga el cronista y entre
muchas más preguntas “¿No habrían preferido haberla conseguido mediante una
acción propia? De este modo ¿No los ha apartado el patrón del futuro
revolucionario de la clase obrera para convertirlos en pequeño burgueses?”
Pasolini en el libro aclara que son preguntas
confeccionadas cuidadosamente en un “lenguaje de baja laya, típico de la
cultura para ciudadanos medios, destinadas a informar en la sórdida prosa de la
actualidad”. La donación de la fábrica a los obreros realizada por el patrón en
verdad, no responde a ninguna estrategia, es simplemente una acción apresurada
de alguien que entró en crisis a partir de su participación en las operaciones
del teorema.
La sexualidad y la subversión del sentido común
Una familia burguesa tipo. Marido y mujer. Dos hijos
adolescentes de ambos sexos y la criada. La escena transcurre en una mansión
con amplios jardines a la que se accede a través de un pasaje suburbano pero de
suburbio residencial. A lo lejos se pueden ver más allá de los jardines
“palacetes elegantes y rígidamente silenciosos”. La familia asiste a una rutina
que será trastocada con la llegada de un huésped. Cuando se habla de cine es
recomendable no anticipar determinados elementos que podrían afectar la
curiosidad de un virtual espectador que aún no vio cierta obra. Se intentará
respetar esa regla. Sólo se hará referencia a cuestiones puntuales que es
necesario señalar para justificar sobre lo que se escribe.
El personaje del huésped se torna paradigmático en
toda la obra, aunque en la segunda parte su eficacia se produzca a partir de su
ausencia. Interpretado por el actor británico Terence Stamp, el visitante
aparece en una fiesta que la familia ofrece para sus amistades en su propia
mansión. El efecto es mostrar a alguien que inmediatamente se va a
diferenciar del resto no sólo por su atractivo sino por rasgos que lo hacen
distinto al burgués medio. El huésped tampoco es un proletario. Su aspecto
muestra una cierta vivacidad que para los burgueses de ese tiempo parecía
vedada. Él tendrá una relación exclusiva con cada integrante de la familia
incluida la criada y cada acción particular hará que cada uno de los personajes
se transforme disolviendo sus hábitos adquiridos aunque en un segundo momento
ello se convierta en culpa.
Pasolini sostiene en el libro que no se trata de un
relato realista sino de una parábola y que por esa misma razón las
descripciones no serán minuciosas ni programadas en todos sus detalles
como sí ocurre en un relato tradicional o simplemente normal. A diferencia de
una narrativa realista lo que sucede en el teorema es que la presencia del
visitante afecta en bloque y casi en simultáneo a todo el grupo familiar. Es
probable que estas cosas sucedan pero no afectando a todos, sino tal vez como
la aventura particular de alguno de sus miembros. Pero no hay que descartar
como hipótesis los efectos de un tiempo de profundos cambios culturales e
ideológicos a lo que la obra también se refiere.
Tras medio siglo Teorema sigue
representando una obra emblemática de un tiempo singular.
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