2016/09/01

La destitución de Dilma

Hay un viejo dicho que dice: “Tiene razón, pero marche preso”. Por más argumentaciones lúcidas y razonables que se hagan y que comprueben la inocencia, no existe la posibilidad de liberar al preso, porque no está preso por culpable sino por el capricho de quienes tienen mayor poder. “Son las relaciones de fuerza viejo” diría alguien más cercano.
 Indignarse por la destitución de Dilma no debe llevar a argumentaciones que puedan ser respondidas con un “Tiene razón…” ya que eso reforzaría un problema que, es más complicado y hay que abordarlo en esa complejidad.

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