Asoma un nuevo
1ro de Mayo, y como todos los años además de ser un día de celebración y
conmemoración, esta fecha debiera ser la excusa perfecta para reflexionar
profundamente sobre ese actor principal de la sociedad que es el que produce
todo lo que necesitamos para vivir.
Berisso la ciudad
en la que vivimos no sólo es una ciudad de inmigrantes extranjeros o migrantes
de las provincias. Lo más importante es que en primer lugar es una ciudad de
trabajadores. Tanto los locos inmigrantes que venían huyendo de las guerras y
las miserias europeas, como los provincianos que se acercaban hasta acá para
huir de la pobreza que les ofrecían los terratenientes; todos ellos eran
trabajadores que buscaban en los tradicionales frigoríficos anclar sus vidas y
las de sus familias. Berisso les ofrecía la oportunidad concreta de tener una
vida digna.
El día de los
trabajadores, en Berisso no es igual a cualquier ciudad. Tal vez muchos a eso
no lo advirtieron, pero si se adentran un poquito nada más en la historia de estos
pagos, lo primero que debería percatarse es que este distrito, este
conglomerado urbano fue hecho por los trabajadores. En primer lugar por los de
los frigoríficos. La fisonomía de los primeros barrios de la ciudad estaba
hecha a medida de las necesidades de los que en las fábricas dejaban parte de
sus vidas para que sus proles pudieran reproducirse.
No nos
adentraremos en la Mascare de Chicago, que diera lugar a esta conmemoración
histórica de los productores, ni tampoco en la lucha por las 8 horas de trabajo,
aunque ello sea parte de una misma
lucha. Lo que se intenta señalar en estas letras es que en Berisso no debemos
olvidar nuestras raíces, las del trabajo y las luchas por la dignidad del
mismo. Muy trillado aunque extremadamente
justo es señalar que acá en Berisso nació una de las principales gestas
heroicas de la clase obrera argentina: el 17 de Octubre de 1945.
El ya legendario
dirigente obrero Cipriano Reyes desde estos lares protagonizaba grandes luchas que luego confluirían con la
llegada del Coronel Perón a los primeros estrados de la política nacional. No
son pocos los testimonios que quien escribe, alguna vez escuchó de gente que
trabajó en los frigoríficos los años previos al ‘45. Si en el baño de la
fábrica alguien tardaba poco más de 5 minutos para hacer sus necesidades, había
algún mayordomo que se encargaba de golpearle las puertas, para recordarles que
tenía que regresar al puesto de trabajo. La dictadura de la patronal no tenía
para el que laburaba, una respuesta conducente. Era la tiranía del capital. Todo
el movimiento laborista que luego apoyaría la llegada de Perón al gobierno, a
todas esas injusticias no las dejaban de lado. Eran sus principales fundamentos
y causas para incursionar en una política que intentaba alejarse progresivamente del fraude de los
conservadores y los beneficios para la oligarquía.
Después de casi
70 años de esas luchas originarias de los obreros berissenses, hay que recordar
que la ciudad a pesar del vaciamiento producido por el neoliberalismo en los
’90, aún sigue siendo una urbe obrera.
El ascenso social
hace creer a muchos que son parte de una denominada “clase media” que no es
otra cosa que un sector importante de trabajadores que lucharon siempre para
vivir mejor
Nota para El Correo Gráfico en vísperas de un nuevo 1º de Mayo
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