Mientras
Malena Galmarini, la esposa del por entonces intendente de Tigre Sergio Massa,
le hacía muecas a su marido para que no hable tanto, éste muy relajado le pedía
a su mujer que se deje de hacerle gestos, y proseguía hablando muy livianamente
sobre Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Esto sucedió en noviembre de 2009
en la casa de un financiero amigo de Massa, donde también estaban presentes
funcionarios de la embajada estadounidense en la Argentina. Según revelan los
cables de wikileaks, el ex jefe de
gabinete “trató a Néstor de psicópata, de monstruo y de cobarde, cuya búsqueda
del enfrentamiento político disimula una inseguridad profunda y un sentimiento
de inferioridad “. ”Kirchner no es un
genio depravado, es sólo un perverso” dijo, y a su vez, se refirió a Cristina como una sometida a
Néstor, que si se encontrara sola “se llevaría mucho mejor”. En 2009 el por
entonces designado como Jefe de Gabinete aseguraba que los argentinos no les
iban a permitir al matrimonio, convertir el país en una Venezuela, consolidando
“su poder con mayor gobierno autocrático”.
En
las elecciones de 2011 se especulaba con que el tigrense se iría a apartar del
Frente para la Victoria, pero prosiguió. Recién en 2013 consolidó su propia
fuerza, el Frente Renovador, con el cual iría a ser la revelación en esos
comicios de medio término, ganándole al candidato oficialista Martín
Insaurralde. Este acontecimiento le dio ínfulas para creer que podía ser
presidente. El pasado 1º de Mayo ratificó su precandidatura en el estadio de
Vélez Sarsfield. Pero más allá del lanzamiento su carrera política pareciera
estar signada por lo que el filósofo polaco Zigmunt Bauman denomina “la vida
líquida”. Escribe Bauman que: “la vida
líquida no puede mantener su forma ni su rumbo durante mucho tiempo”, ya que
“en una sociedad moderna líquida, los logros individuales no pueden
solidificarse en bienes duraderos porque los activos se convierten en pasivos y
las capacidades en discapacidades en un abrir y cerrar de ojos”. Más allá del
tremendo pesimismo planteado por este filósofo actual, es posible atribuirle
esas cualidades a muchas acciones que se dan en la sociedad, y mucho más en la
política.
Ese
joven que se iniciara en la militancia dentro de la ya desaparecida y
conservadora Ucedé que condujera el ingeniero Álvaro Alsogaray, más tarde
llegaría al peronismo de la mano de su suegro, el legendario Pato Galmarini. No
está mal que alguien quiera ser presidente, es un derecho de todos y todas. Sin
entrar en el “para qué” que llevaría a largas disquisiciones e incluso hasta
contradictorias, ya que la historia nos demuestra que las propuestas que
hicieran algunos futuros presidentes, no coincidirían con lo que después
hicieran. Los ejemplos sobran. El tema al que intentaremos referirnos es al
“cómo” y en eso se incluye el “con quiénes”. Además es bien sabido hoy que
nadie puede hacer política “jugando en primera” sin estructura, sin aparato,
sin recursos y sin un cierto anclaje territorial a lo largo y ancho del país.
La unidad de Mauricio Macri con la UCR es una muestra de eso. También en
política se combinan dos elementos o intereses: el general y el particular o
corporativo. No son pocos los que se inclinan por lo último, y por esa misma
razón antes de definirse se inclinan por quién les pueda ser más redituable.
Eso es parte de la vida líquida. Sergio Massa está viendo por delante de sus
narices cómo muchos de los que sostenían su candidatura presidencial, huyen del
barco. No son pocos los intendentes, y legisladores que habiendo sido parte del
Frente Renovador, hoy retornan al Frente para la Victoria, seguramente de la
mano de Scioli. Por su parte el ruralista Momo Venegas lo abandonó a De la Sota
para pasarse con Macri. El Momo no le aceptó al cordobés haberse unido a Massa.
El agua se sigue desparramando por el piso.
Nota publicada en El Correo Gráfico
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