2014/07/12

Ofensiva boliviana por el mar

Desde que Bolivia perdiera la salida al mar como consecuencia de la Guerra del Pacífico, a fines del siglo XIX, sus gobernantes no han cejado en los esfuerzos diplomáticos y bilaterales para lograr su restitución.
En un continente desgajado y fragmentado, los diferendos limítrofes fueron moneda corriente. El chauvinismo emergente en países subordinados a diferentes imperios, no mostraba más que un grado de sumisión a los dictámenes de un amo externo. Hoy, cuando despunta un cierto regionalismo y la necesidad de amistad e integración entre las diferentes naciones latinoamericanas, los conflictos fronterizos debieran ser parte de un oscuro pasado, pero, más allá de los deseos, esto no se produce siempre de esa forma. Lo más lamentable es que la mayoría de los conflictos devienen de tiempos en los cuales las diferentes naciones se enfrentaban en guerras despiadadas. Resolver estas cuestiones hoy debiera ser parte de una voluntad de integración, con una mirada racional sobre la economía regional. El diferendo que enfrenta a Bolivia con Chile por la salida al mar, es producto de la denominada Guerra del Pacífico llevada a cabo en el S. XIX, y que tuviera algún matiz de resolución a partir del Tratado de 1904. El mismo considera que Bolivia tenga salida al mar, pero una salida que no es soberana.
En la Guerra del Pacífico, Bolivia perdió 120.000 kilómetros cuadrados y 400 kilómetros de costa, extensión territorial que reclama a Chile desde el siglo XIX. Según el especialista uruguayo Bernardo Quagliotti de Bellis, “la pérdida de la costa marítima como resultado de la guerra del Pacífico significó para Bolivia la baja y deterioro de su economía global (en aquellos años, minerales como el estaño, plata y otros estratégicos metales de su zona andina y, en la costa, los grandes depósitos de guano y salitre). Esa amputación territorial establecida por el vencedor de la guerra –Chile utilizó la política del ‘vencedor sobre el vencido’– cortó abruptamente la posibilidad a Bolivia de desarrollarse y articularse al mercado mundial al no contar con su antiguo puerto de Cobija, que Bolívar lo designara como límite con Chile, lo que le significaba distancia favorable y relativo bajo costo”.
En tal sentido, el gobierno boliviano presentó en abril de 2013 una demanda internacional contra Chile en la Corte de La Haya para obligar a este país a negociar una salida al Pacífico y el 15 de abril pasado Bolivia presentó su memoria ante la Corte Internacional.
Los días 14 y 15 de junio, como ya se señalara en estas páginas, se celebró en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, la Cumbre del G-77 + China. Allí, el presidente Evo Morales les obsequió a todos los mandatarios presentes elLibro del Mar, que es una obra del ex presidente Carlos Mesa (2003-05) que narra la historia del diferendo marítimo con Chile, desde el inicio del conflicto. El lunes siguiente a la cumbre, Evo dijo en el Palacio Quemado que “estamos reforzando nuestro servicio al exterior, gracias al esfuerzo y conocimientos del compañero Carlos Mesa, para seguir difundiendo la verdad sobre el tema del mar, la verdad sobre esta injusticia”. En dicho cónclave de mandatarios de los países emergentes resultó llamativa la ausencia de la presidenta chilena Michelle Bachelet. Las ausencias de los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y Dilma Rousseff, de Brasil, eran comprensibles. El día 15, el mandatario neogranadino se sometía a la segunda vuelta electoral, mientras que lo de Rousseff se explicaba por la reciente inauguración del Mundial de fútbol, que se lleva a cabo en ese país.
En un acto celebrado en Cochabamba, el 26 de junio Morales dijo que en la demanda presentada por su país contra Chile ante la Corte Penal Internacional de La Haya, no está en debate el tratado de 1904. “Pero si vemos el tratado (Chile), no se está cumpliendo; si hay inversión del Estado chileno en los puertos es para el sector privado, no para el pueblo chileno ni para el pueblo boliviano”, dijo en declaraciones que hizo circular la agencia oficial ABI. Esto, en respuesta a los dichos de la mandataria chilena, quien un día antes había dicho en una entrevista al diario español El País que “tenemos un tratado de 1904 que fijó con claridad los límites entre Chile y Bolivia. Y, por lo tanto, para nosotros ese tratado está vigente. Hemos cumplido todo lo que el tratado señalaba, que era que tuvieran acceso al mar efectivamente, no acceso soberano, pero acceso al mar en el uso de los puertos. No tengo ahora en mi cabeza la cifra de la cantidad de recursos que Chile gasta para dar cumplimiento al tratado de 1904, pero es enorme. Y seguiremos cumpliendo nuestra parte, pero creemos que tenemos que respetar el derecho internacional”.
Evo señaló al respecto que las autoridades chilenas “en vez de sumar su inversión, por qué no suman cuánto nos deben desde 1879, del Salar de Atacama y de la Mina de Cobre de Chuquicamata”, dijo. “Sería importante que ellos revisen los datos económicos, cuánta deuda económica tienen con Bolivia en 135 años, después de invadirnos y quitarnos la salida al mar”, manifestó en referencia a la Guerra del Pacífico en la que Bolivia y Perú se enfrentaron a Chile. Morales precisó que los argumentos de Chile tras la instauración de la demanda internacional en La Haya “no confundirán al pueblo boliviano ni al mundo”, y aseguró que el apoyo del pueblo chileno a la demanda marítima boliviana, alienta a su país. “Grupos de políticos con mentalidad capitalista e imperialista, con mentalidad expansionista, grupos de políticos y oligarquías que no le interesa la vida de los demás sino que piensan en pequeños grupos y seguirán tergiversando la verdad de la historia”, dijo.
El pasado 30 de junio, en ocasión de inaugurar el Encuentro Sindical Antiimperialista Internacional, Evo Morales, en su discurso le pidió a su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama, que dé “lecciones” a Chile sobre la revisión de tratados “cuando hay derechos”, en alusión a la demanda marítima boliviana. Ese mismo día había trascendido que se iba a producir una reunión en Washington entre Obama y Bachelet.
“Yo quiero pedir desde acá al presidente Obama que dé lecciones, que cuando hay derechos no hay validez de tratados y se devuelve, como el Canal de Panamá ha sido devuelto por Estados Unidos al pueblo panameño”, sostuvo el gobernante boliviano.
Dijo Evo que en 1903, por medio de tratados, Panamá cedió a “perpetuidad” la propiedad de la vía a Estados Unidos pero, después de “muchas gestiones, campañas, después de la lucha del pueblo panameño”, Washington devolvió la obra a los centroamericanos.
Estados Unidos entregó el Canal a Panamá en diciembre de 1999, en cumplimiento de nuevos tratados firmados en 1977 por el general panameño Omar Torrijos y el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).
Evo suele citar este caso como un ejemplo de que los tratados internacionales se pueden revisar, informaba EFE a propósito del acuerdo firmado en 1904 entre Bolivia y Chile, documento que definió los tratados limítrofes tras la guerra del Pacífico en 1879.
Chile se apoya en el Tratado de 1904 para señalar que no tiene asuntos limítrofes pendientes con Bolivia, aunque el país del altiplano asegura que Santiago incumple con el documento. En tal sentido, el presidente de Bolivia insistió ese día que “los tratados no son intocables, los tratados se revisan cuando hay derechos”.
Con la demanda llevada a La Haya, el Gobierno de Evo Morales quiere que el tribunal internacional emita un fallo que obligue a Santiago a negociar en firme y de buena fe la centenaria reclamación boliviana, tras más de un siglo de diálogo sin resultados.
El presidente Morales insistió en que el reclamo será permanente, después de que la Cancillería de Chile llamara a la cónsul general de Bolivia en Santiago, Magdalena Cajías, para entregarle una nota de protesta oficial por la inclusión de parte de su territorio en la imagen del reloj que el gobierno de Bolivia les regaló a los representantes de 118 países que asistieron a la Cumbre del G77+China.
Evo Morales expresó estar convencido de que los organismos internacionales y los tribunales saben que “los derechos se resuelven respetando los tribunales (internacionales) y respetando el derecho, sobre todo, repasando la historia”.


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