La Revolución, más que el acto mismo, es la larga y penosa
tarea de su preparación. Cuando ésta se inició ya no se puede volver atrás. Con
la Revolución no se juega se podría afirmar, parafraseando por la mitad al
genio de Tréveris. No son muchos los que
a lo largo de toda la historia de la denominada “humanidad”, fueron (o serán)
parte de ese instante que se denomina “Asalto al cielo”. Pero en tiempos
sombríos, de espera y machaque (no de espera pasiva y achaques), sino de
construcción, de lucha y organización, es cuando la tarea gris se torna no sólo
necesaria sino también experimental. Ensayo y error… Cuando se precipita ya no hay margen para la falta...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario