Los escenarios de futurismo posapocalíptico no muestran la
destrucción de la humanidad ni del planeta, pueden mostrar ciertas catástrofes
ecológicas o ciudades destruidas, pero en lo que más se insiste es en la
destrucción de la sociedad. Un futuro
distópico ya no representa una sociedad totalitaria o injusta, sino la ruptura de
lo social mismo. Hordas humanas enfrentadas y alguna de ellas con el poder de
esclavizar a las restantes. Ese es el sueño capitalista. Desentenderse de la
razón estatal y ocuparse nada más que de su propia acumulación de riquezas a
como fuere. La acumulación originaria en permanencia en una extensión desmedida
del belicismo.
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