2013/10/19

Correa, el aborto y la renuncia

Télam
En declaraciones públicas, Rafael Correa dijo el jueves 10 que, si prosperaba en la Asamblea Nacional la iniciativa de despenalización del aborto, él no dudaría en renunciar. Tras mostrarse contrario a la legalización propuesta por un grupo de asambleístas de su propio partido, Correa dijo que “si siguen estas traiciones y deslealtades, yo presentaré mi renuncia al cargo. Para defender la vida estoy dispuesto a renunciar y la historia sabrá juzgarme”. La advertencia del mandatario surtió efecto inmediato y descomprimió un debate que en primer lugar dividía a la fuerza oficialista.
El 10 se inició en Ecuador el debate para la promulgación de un nuevo Código Orgánico Integral Penal (COIP), y la Asamblea aprobó los libros Preliminar, Primero y Segundo, mientras que para la semana entrante está prevista la resolución del último libro sobre ejecuciones de penas y resoluciones. Sin entrar en grandes detalles sobre este nuevo código, vale señalar que a través del mismo se tipifican delitos como el femicidio, la trata de personas, la mala praxis médica y también algunas recomendaciones de organismos internacionales como el GAFI. El dato saliente del inicio del debate fue que un grupo de legisladoras de la Alianza País presentaron la iniciativa de agregarle al Artículo 149 una enmienda que despenalizara al aborto en caso de violación. Dicho apartado sólo contempla la interrupción del embarazo en caso de que la víctima de una violación tenga deficiencias mentales, o cuando el proceso de gestación hacía peligrar la vida de la mujer. El presidente de la Comisión de Justicia Mauro Andino realizó una enfática defensa del artículo en cuestión. La asambleísta Paola Pabón propuso que en él se debería contemplar la interrupción del embarazo en caso de violación, a lo que su compañera de bancada Soledad Buendía argumentó que “en 2010, 3.684 niñas fueron víctimas de violencia sexual, 1 de cada 4 en edad fértil han sido violadas. No son sólo cifras, son vidas humanas... Nosotras, las mujeres, buscamos igualdad en esta sociedad y solicitamos a la Comisión que en el artículo 149 se incorpore el texto (permitido el aborto) si el embarazo es consecuencia de una violación. Queremos que el Código Penal sea una herramienta para la justicia, para luchar contra la impunidad y se permita un cambio cultural necesario que les debemos a las futuras generaciones”. A esta propuesta se sumaron varios asambleístas más, casi todas mujeres, del bloque legislativo de País. Blanca Argüello señalaba que en el artículo hay discriminación, ya que una mujer, independientemente de su salud mental, tiene que tener el derecho al aborto en caso de violación. En el inicio de la sesión, la presidenta en ejercicio de la Asamblea Rosana Alvarado leyó una carta enviada por la presidenta del Senado de Bolivia Gabriela Montaño señalando los cambios producidos en el Código Penal del país del altiplano (entre los cuales se encuentra tipificada la no punibilidad del aborto en caso de violación): “Nuestra esperanza es que las innovaciones que se han realizado en la Justicia boliviana sean un aporte para la realidad del Ecuador. Es un avance en las reivindicaciones de las mujeres en su lucha por el respeto de sus derechos”.
El debate hizo que se tensara la cuerda del bloque oficialista, y que la asambleísta Paola Pabón, una de las más fervientes defensoras del aborto no punible, propusiera votar en forma individual la moción y no en bloque, a lo cual otra legisladora también de País, Betty Carrillo, apelara a “la cláusula de conciencia”, con lo cual iba a ser la primera vez que País se iba a dividir legislativamente para votar una norma. La sesión del jueves fue suspendida tras una hora de debate para el viernes, en el medio el presidente Correa hizo las declaraciones sobre su renuncia. “A mí me han costado mucho más trabajo las deslealtades, las traiciones de los supuestos amigos que los aciertos de los enemigos”, dijo Correa, señalando que está “cansado de que se llenen la boca hablando de democracia, y luego hagan todo lo contrario para ver si aprovechan la oportunidad. Que hagan lo que quieran, yo jamás aprobaré la despenalización del aborto”. El mandatario precisó además que en la nueva Constitución está escrito “defender la vida desde la concepción”, y de manera enfática dijo: “Hemos hablado muy claro, cualquier cosa que se aparte de esa línea simplemente es traición, y parece que eso está sucediendo en la Asamblea Nacional”.
El pronunciamiento de Correa tuvo efecto sobre el bloque legislativo, y fue así que el viernes, tras iniciarse una nueva sesión, Paola Pabón retiró la moción de despenalizar el aborto en caso de violación. “Aquí no están los traidores, compañero Presidente”, dijo la asambleísta en el recinto, agregando que ella es parte de “los que defendieron el Yasuní, y la Ley de Comunicación” y que “con el inmenso cariño que te tenemos, te decimos que esta vez te estás equivocando. Pero por la unidad de esta bancada, por la unidad de mis 100 compañeros asambleístas, retiro mi moción para que este bloque no tenga la posibilidad de evidenciar una ruptura”.
Interrogantes a dilucidar. Varias especulaciones se hicieron al respecto, entre las que se destaca el hecho de preguntarse si la Alianza País entró en crisis, más allá del tema específico del aborto. Cuánta injerencia tuvo la Iglesia en la decisión del mandatario, reflotando así un debate sobre la laicidad del Estado; y a su vez qué importancia tiene tomar una posición en referencia a la interrupción del embarazo, que no afecte el consenso de la fuerza mayoritaria del país, con relación a una población que aún conserva rasgos de conservadurismo.
En relación con el tema de la unidad del partido, es importante señalar que el jueves 10, tras la finalización de la sesión parlamentaria, los asambleístas de País se reunieron para poner sobre la mesa el Código de Ética, ya que como se señalaba, hubo quienes habían propuesto votar a conciencia, o individualmente. Según el código, la minoría debe acatar la voluntad mayoritaria, para que la fuerza no se fraccione, y el hecho de votar según lo que la conciencia individual dictamine sería así un atropello a dicha regla.
Pero a pesar de que el 80% de la alianza oficialista era proclive a votar en contra de la no punibilidad del aborto, el presidente tuvo que salir a hacer declaraciones altisonantes para reclamar que la escisión no se produzca. Varios analistas ecuatorianos tienden a pensar que aún existen en País agrupamientos políticos que si bien son parte de la coalición, tienen agenda propia diferenciada, como hasta 2011 tuviera el grupo Ruptura 25, que ese año se escindió de País, a pesar de haber sido uno de los artífices principales de la conformación de la alianza que fuera formalmente lanzada en enero de 2006. Hoy, Ruptura 25 es un partido que se dice de izquierda moderna y contemporánea, y que en este año presentara candidato presidencial propio.
Si bien desde el siglo XIX el Estado ecuatoriano posee estatus de laico, cuando el líder liberal Eloy Alfaro lo proclamara como tal, no son pocos los que creen que el presidente Correa es proclive a aceptar ciertos condicionamientos de la curia. Tal es así que tras las declaraciones del mandatario, el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), monseñor Antonio Arregui, dijo que está “impresionado por el coraje y la calidad con la que habló el presidente”. Pero también vale subrayar que las sugerencias que Human Right Watch (HRW), a través de su director José Miguel Vivanco, enviara a Ecuador sobre los cuidados a tener en cuanto a la confección del Código Penal, no fueron consideradas en absoluto. HRW se caracteriza justamente por ejercer presión sobre los países que no son bien vistos por los Estados Unidos. Tal vez fue determinante en la decisión del mandatario la existencia en la población ecuatoriana de un fuerte sedimento religioso, no dispuesto a aceptar una normativa que vaya en contra de la Iglesia, y tal vez por esa misma razón, además de amenazar con la renuncia, Correa sugirió llevar el controvertido tema a una consulta popular.
Bien vale señalar que las propuestas del grupo de asambleístas que proponían la despenalización del aborto, alguna vez deberían ser consideradas si el proceso transformador que se inició con la Revolución Ciudadana se sostiene en el tiempo.
Según dice la periodista argentina Daniela Godoy, especializada en el tema de género, “la necesidad de pensar la legalización del aborto responde no solamente a un problema de salud pública, sino que desafía un orden patriarcal que se recicla y se renueva porque sus presupuestos no son revisados o, si lo son, se consideran como ajenos a los verdaderos problemas políticos y sociales que siempre aparecen más urgentes”. Según Godoy, esta problemática siempre rompe con la concepción partidaria, y se establece como una apuesta a resolver transversalmente.


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