2013/02/17

El largo camino hacia una estructura financiera regional


El secretario general de la Unasur, Alí Rodríguez Araque, definió los objetivos prioritarios para la integración.


Objetivos. El organismo apunta también a la industrialización de recursos naturales de América latina.
El actual secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, el venezolano Alí Rodríguez Araque, afirmó que el eje fundamental del organismo regional para los años venideros estará centrado en la industrialización de los recursos naturales del continente y en el armado de una estructura financiera propia de los países miembros.
Desde la firma del tratado constitutivo en mayo de 2008, la Unasur comenzó a tener cierta relevancia en el escenario político, sobre todo por haber intervenido de manera efectiva en algunos conflictos desatados en la región.
De tal forma es de destacar la incidencia del organismo ante el intento desestabilizador que se produjo en la media luna boliviana en 2008, el debate sobre las bases militares estadounidenses en Colombia, el respaldo al presidente ecuatoriano Rafael Correa ante la asonada golpista en 2010, la mediación en el conflicto de Colombia con Venezuela y Ecuador alcanzando que esos países restablezcan relaciones diplomáticas. Y si bien una de las ideas fuerza de la Unasur es promover el desarrollo y la integración del continente, hasta ahora pareciera que esa tarea hubiese quedado supeditada solamente a la acción de agrupamientos como el Mercosur, la Alianza del Pacífico o la Comunidad Andina (CAN).
Alí Rodríguez Araque, quien asumiera al frente de la Unasur el 11 de junio de 2012 por el lapso de dos años en reemplazo de la colombiana María Emma Mejía, expresó en una entrevista realizada por la cadena Telesur que “en este período corto de gestión apuntamos al diseño de políticas de industrialización de los recursos naturales de América latina, el armado de una estructura financiera regional y la creación de un sistema de información, archivo y comunicación que nos garantice la conexión con los doce países miembros del organismo”, lo cual se implementará a través de una sala situacional, donde se podrán llevar a cabo sesiones virtuales en vivo.
A su vez, dijo que “estamos en un proceso de integración, donde el eje fundamental está representado en la enorme masa de recursos naturales que posee la región, la más grande reserva forestal, biodiversidad, minerales, ríos, energía. Todo lo que se requiere para el despegue fuerte de los países”, aseguró.
Consultado por las diferencias de enfoque entre los distintos países que integran la Unasur, Araque señaló que “la unidad es un proceso que lleva su tiempo, pero hoy estamos a siete leguas de la fragmentación de años atrás, lo que es un salto cualitativo”, destacando que “por supuesto que hay diferencias, el problema es encontrar los acuerdos para fomentar la unidad en la diversidad”, siendo optimista en cuanto a que “el tratamiento de este tema y otros se debe a que las sociedades latinoamericanas tienen una mayor conciencia de la realidad, lo que permitió la aparición de liderazgos” que reflejan esta nueva etapa.
Lo expresado recientemente por el también ex ministro del gobierno de Hugo Chávez y ex presidente de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) es coincidente con los planteos que viene de¬sarrollando desde que asumiera al frente del organismo regional.
En su discurso de apertura del III Consejo Energético de Suramérica realizado el año pasado en Caracas, Rodríguez Araque se preguntaba por qué la mayoría de los anteriores proyectos integradores de la región terminaron en estancamiento o fracaso, respondiéndose que “pareciera ser que no se han tocado aspectos sustanciales que conviertan en irreversibles esos procesos” y que las preguntas iniciales para alcanzar un diagnóstico certero debieran ser: “¿Qué es lo que somos nosotros como región? ¿Somos una potencia militar, una potencia industrial o una potencia tecnológica? ¿En qué consiste el peso específico de esta región y dónde está su poder gravitatorio en el escenario mundial?”, definiendo él, como rasgo principal del continente el ser un gigantesco reservorio de recursos naturales. Señalando también en dicha apertura, la existencia de reservas energéticas descomunales de todas las fuentes primarias y minerales, Rodríguez se permitía decir que “en esta gran nación que somos está depositada prácticamente toda la tabla periódica de Mendeleiev”, agregando que “contamos con más del 24% de la reserva de agua potable, la más grande del mundo que no disminuye porque todos los días se reproduce por contar con el más grande pulmón vegetal del planeta y la más grande biodiversidad en una extensión de 17.700.000 kilómetros cuadrados”.
Esta caracterización acerca de los recursos del continente le permitía esbozar que sobre una población total de 397 millones de habitantes, hoy estarían dadas las condiciones no solamente para sacar de la pobreza a los 180 millones que aún están en esa situación, “sino también para superar y conquistar el buen vivir en otras regiones” del planeta.
Rodríguez Araque es consciente de que para llevar adelante este proceso es necesario “superar paradojas que resultan absurdas ya en este siglo XXI”, al reconocer que si bien en los últimos años han crecido ligeramente las exportaciones de productos manufacturados, éstos son de baja composición tecnológica, y básicamente nuestras economías se basan en la exportación de commodities, que es el rasgo principal a superar, subrayando a la vez que otra “paradoja consiste en que además de ser exportadores de materias primas, somos exportadores de capital”, para lo cual el venezolano plantea como solución “instrumentar mecanismos muy grandes y acelerar un proceso, como el caso del Banco del Sur, para aplicar esos recursos financieros al financiamiento de los procesos de transformación de nuestros recursos naturales para satisfacer los grandes requerimientos de nuestra región y expandir el mercado interno de Unasur”, ya que “ninguna región ha podido despegar hacia afuera sin un previo desarrollo y consolidación de su mercado interno para el consumo directo de la población”, lo cual “a su vez, asegura el mejoramiento de la calidad de vida, calidad del empleo de la población y, en consecuencia, la expansión del mercado interno”.
La demanda internacional de materia prima a los países del continente se mantendrá, y mucho más teniendo en cuenta el protagonismo creciente de China en la región, pero para que este proceso sea irreversible, tal como plantea el actual secretario general de Unasur, es preciso llevar adelante la industrialización de los recursos naturales y el desarrollo del mercado interno.

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