El secretario general de la Unasur , Alí Rodríguez
Araque, definió los objetivos prioritarios para la integración.
Objetivos. El organismo apunta también a la industrialización de recursos naturales de América latina. |
El actual secretario general de la Unión de Naciones
Suramericanas, el venezolano Alí Rodríguez Araque, afirmó que el eje
fundamental del organismo regional para los años venideros estará centrado en
la industrialización de los recursos naturales del continente y en el armado de
una estructura financiera propia de los países miembros.
Desde la firma del tratado constitutivo en mayo de 2008, la Unasur comenzó a tener
cierta relevancia en el escenario político, sobre todo por haber intervenido de
manera efectiva en algunos conflictos desatados en la región.
De tal forma es de destacar la incidencia del organismo ante
el intento desestabilizador que se produjo en la media luna boliviana en 2008,
el debate sobre las bases militares estadounidenses en Colombia, el respaldo al
presidente ecuatoriano Rafael Correa ante la asonada golpista en 2010, la
mediación en el conflicto de Colombia con Venezuela y Ecuador alcanzando que
esos países restablezcan relaciones diplomáticas. Y si bien una de las ideas
fuerza de la Unasur
es promover el desarrollo y la integración del continente, hasta ahora
pareciera que esa tarea hubiese quedado supeditada solamente a la acción de
agrupamientos como el Mercosur, la
Alianza del Pacífico o la Comunidad Andina
(CAN).
Alí Rodríguez Araque, quien asumiera al frente de la Unasur el 11 de junio de
2012 por el lapso de dos años en reemplazo de la colombiana María Emma Mejía,
expresó en una entrevista realizada por la cadena Telesur que “en este período
corto de gestión apuntamos al diseño de políticas de industrialización de los
recursos naturales de América latina, el armado de una estructura financiera
regional y la creación de un sistema de información, archivo y comunicación que
nos garantice la conexión con los doce países miembros del organismo”, lo cual
se implementará a través de una sala situacional, donde se podrán llevar a cabo
sesiones virtuales en vivo.
A su vez, dijo que “estamos en un proceso de integración,
donde el eje fundamental está representado en la enorme masa de recursos
naturales que posee la región, la más grande reserva forestal, biodiversidad,
minerales, ríos, energía. Todo lo que se requiere para el despegue fuerte de
los países”, aseguró.
Consultado por las diferencias de enfoque entre los
distintos países que integran la
Unasur , Araque señaló que “la unidad es un proceso que lleva
su tiempo, pero hoy estamos a siete leguas de la fragmentación de años atrás,
lo que es un salto cualitativo”, destacando que “por supuesto que hay diferencias,
el problema es encontrar los acuerdos para fomentar la unidad en la
diversidad”, siendo optimista en cuanto a que “el tratamiento de este tema y
otros se debe a que las sociedades latinoamericanas tienen una mayor conciencia
de la realidad, lo que permitió la aparición de liderazgos” que reflejan esta
nueva etapa.
Lo expresado recientemente por el también ex ministro del
gobierno de Hugo Chávez y ex presidente de la empresa estatal Petróleos de
Venezuela (Pdvsa) es coincidente con los planteos que viene de¬sarrollando
desde que asumiera al frente del organismo regional.
En su discurso de apertura del III Consejo Energético de
Suramérica realizado el año pasado en Caracas, Rodríguez Araque se preguntaba
por qué la mayoría de los anteriores proyectos integradores de la región
terminaron en estancamiento o fracaso, respondiéndose que “pareciera ser que no
se han tocado aspectos sustanciales que conviertan en irreversibles esos
procesos” y que las preguntas iniciales para alcanzar un diagnóstico certero debieran
ser: “¿Qué es lo que somos nosotros como región? ¿Somos una potencia militar,
una potencia industrial o una potencia tecnológica? ¿En qué consiste el peso
específico de esta región y dónde está su poder gravitatorio en el escenario
mundial?”, definiendo él, como rasgo principal del continente el ser un
gigantesco reservorio de recursos naturales. Señalando también en dicha
apertura, la existencia de reservas energéticas descomunales de todas las
fuentes primarias y minerales, Rodríguez se permitía decir que “en esta gran
nación que somos está depositada prácticamente toda la tabla periódica de
Mendeleiev”, agregando que “contamos con más del 24% de la reserva de agua
potable, la más grande del mundo que no disminuye porque todos los días se
reproduce por contar con el más grande pulmón vegetal del planeta y la más
grande biodiversidad en una extensión de 17.700.000 kilómetros
cuadrados”.
Esta caracterización acerca de los recursos del continente
le permitía esbozar que sobre una población total de 397 millones de
habitantes, hoy estarían dadas las condiciones no solamente para sacar de la
pobreza a los 180 millones que aún están en esa situación, “sino también para
superar y conquistar el buen vivir en otras regiones” del planeta.
Rodríguez Araque es consciente de que para llevar adelante
este proceso es necesario “superar paradojas que resultan absurdas ya en este
siglo XXI”, al reconocer que si bien en los últimos años han crecido
ligeramente las exportaciones de productos manufacturados, éstos son de baja
composición tecnológica, y básicamente nuestras economías se basan en la
exportación de commodities, que es el rasgo principal a superar, subrayando a
la vez que otra “paradoja consiste en que además de ser exportadores de
materias primas, somos exportadores de capital”, para lo cual el venezolano
plantea como solución “instrumentar mecanismos muy grandes y acelerar un
proceso, como el caso del Banco del Sur, para aplicar esos recursos financieros
al financiamiento de los procesos de transformación de nuestros recursos
naturales para satisfacer los grandes requerimientos de nuestra región y
expandir el mercado interno de Unasur”, ya que “ninguna región ha podido
despegar hacia afuera sin un previo desarrollo y consolidación de su mercado
interno para el consumo directo de la población”, lo cual “a su vez, asegura el
mejoramiento de la calidad de vida, calidad del empleo de la población y, en
consecuencia, la expansión del mercado interno”.
La demanda internacional de materia prima a los países del
continente se mantendrá, y mucho más teniendo en cuenta el protagonismo
creciente de China en la región, pero para que este proceso sea irreversible,
tal como plantea el actual secretario general de Unasur, es preciso llevar
adelante la industrialización de los recursos naturales y el desarrollo del
mercado interno.
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