2008/06/07

La acumulación del saber y la cultura en una sociedad caliente.

El etnólogo Claude Lévi-Strauss había diferenciado muy bien entre dos tipos de sociedades, las frías y las calientes. Las sociedades llamadas primitivas son un tipo de organización donde el tiempo parece transcurrir de otra forma y donde los cambios a pesar del paso de los siglos apenas alcanzan a evidenciarse. Las sociedades calientes en cambio van provocando mutaciones de manera ininterrumpida, sitio en el cual se desarrolla de forma inequívoca la historia; no sólo de las formaciones sociales, económicas, y políticas sino también del saber, la técnica y la ética. Es así como algunas manifestaciones del saber como son la ciencia y la filosofía, no son parte de la totalidad sino expresiones de determinados estadios históricos, a la vez sujetos a su transformación continua. En las sociedades calientes lo que constantemente se va actualizando son las formas en que la especie se integra al medio construyendo cultura, en un sentido abarcativo del término, a saber incluyendo los modos de producir, de conquista, de guerra, de dominación, de conocimiento, de legislación, de relación, etc.

En las sociedades frías la sabiduría está depositada en el consejo de los ancianos, ellos son los que a partir de la experiencia vivida han alcanzado un nivel de saber al cual los más jóvenes debieran acceder en el transcurso de la vida, siendo a la vez guiados por estos. El anciano la realidad que vivió desde su infancia evidentemente es casi la misma, y no sólo esto, sino que a lo largo de innumerables generaciones esa realidad siempre fue y será continua. La condición fría permite que la cultura se constituya en un proceso de acumulación ascendente y a la vez invariable. En las sociedades calientes también existe la acumulación ascendente pero también las rupturas, las discontinuidades y la desacumulación a favor de nuevas emergencias. Me animaría a decir que en estas últimas el proceso de transformación mantiene una autonomía con respecto a los sujetos que lo producen, y es por esto mismo que las mayorías, expresadas como diferentes generaciones, dan la imagen de ser portadores de saberes completamente distintos aún siendo partes de un único y mismo proceso. Es así que en nuestras sociedades, el anciano sea el que tal vez menos sepa, o por lo menos en ese presente, y que entre distintas generaciones se vayan construyendo subculturas diferenciadas, donde parecieran prevalecer factores corporativos distintos, aunque formen parte de una misma familia. Si bien la familia fue duramente cuestionada algunas décadas atrás hoy da la sensación de mantenerse intacta, y obviamente que esto es inmanente a la reproducción de una sociedad capitalista hoy muy afianzada a partir de la caída de los socialismos reales. Los jóvenes dirán que sus padres o sus abuelos no saben sobre ciertas modas o ciertos hábitos, aunque haya una tendencia actual a que los adultos no quieran envejecer, adoptando poses de los de menos edad, pero que son radicalmente diferentes a las de cuando ellos eran jóvenes. Es decir que el adulto que quiere parecer joven desacumula mucha de su experiencia pasada.
Creo que en este tipo de mecanismo, el de desacumulación hay un elemento perverso que hoy pareciera el centro de la reproducción ideológica.
Creo que hay alternativas al respecto, hay gente grande que no desacumuló nada y aún puede tener vigencia entre los de menos edad. Esto puede vislumbrase en ciertas figuras del arte, del rock, de la intelectualidad crítica y de la contracultura. Obviamente que en esta sociedad no habría lugar para un consejo de ancianos.

PD: Disculpen lo apretado del texto pero me doy cuenta que da para desarrollarlo mucho más, y en eso estaremos.

2 comentarios:

Juanma dijo...

Muy buena reflexión la que introduces en este post.

Indudablemente que el mundo cambia y a los nuevos tiempos que surgen, surgen nuevos problemas. Fijémonos que en la antiguedad los problemas eran algo mucho más concreto, más definido. Los hechos extraordinarios acontecían muy de cuando en cuando y obviamente quienes eran mayores habían atravesado por más experiencias; en definitiva atesoraban mayores conocimientos.

Los problemas de hoy parecen mucho más complejos; requieren para su solución a personas preparadas para tales fines. Desde los hechos más simples y cotidianos (como reparar un televisor), hasta los problemas más graves de índole económica o social, la sociedad de hoy demanda personas preparadas.

Este hecho entraña un peligro como tu bien destacas. De la complejidad que rodea a los problemas de hoy puede tenderse al desánimo, a desacumular toda la experiencia que aporta el pasado y "dejarse llevar". No obstante si uno medita un poco y es capaz de abstraerse, de desnudar al hombre de toda esa maraña social, de relaciones, tecnologías, modas... descubre en él al hombre de antaño, que pasa hambre, tiene frío y miedos, necesidades...

Esta es la realidad. Los arcos y lanzas se han convertido en móviles y ordenadores. Cambian las herramientas, las vestimentas, la forma de actuar; cambian muchas de las cosas afortunada o desafortunadamente, pero no podemos decir que las grandes verdades del pasado han muerto; ellas siempre mantendrán su vigencia (algunas de ellas son el estandarte de esa "gente grande" que no desacumuló). No podemos permitir que la aparente complejidad de los problemas tanto en su forma como, a veces, en su solución, nos impida ver que se trata de los viejos problemas de siempre. Debemos, más aun, bajo esta perspectiva aprender a reconocerlos por encima del aparente caos y combatirlos igual (pero diferentemente) a como siempre lo han tratado de hacer nuestros antepasados.

Un abrazo.

Irilien dijo...

Los ancianos en las sociedades calientes como dices saben menos aparentemente, pork en las cosas inmanentes a la raza humana, las k permanecen más alláy más acá de cambios o evoluciones de cualkier tipo , siguen conservando la sabiduría propia de a experienca vital, por encma del caos como dice Juanma.Si es k no la olvidan por el alzheimer o la demencia senil, más habitual en las tribus urbanas.Algo estamos perdiendo en la maraña de ganancas k restan calidad de vida.
El desarrollo y el progreso va de la mano de la degeneración de la sociedad y del ser humano, son coetáneos, los opuestos son el germen de todas las cosas XD, una contínua génesis y una contínua destrucción.¿Estaremos en el declive de la sociedad occidental justo en su áuge?no sería más k la historia k se repite...