Estas son algunas frases de mi otro blog, que tiene otra especificidad, pero creo que tienen validez como para enlazarse a algunas de las conjeturas de este blog.
En una sociedad agrietada y cada vez más fragmentada, donde la unidad de los diferentes sectores populares se hace cada vez más inviable, algunos grandes relatos como la Revolución o la Cultura Rock se fueron alejando paulatinamente de la realidad, para convertirse en grandes mitos que sirven de reservorio y plataforma ética para aquellos que no nos resignamos a aceptar que las relaciones humanas deban ser como son, sin existir ninguna alternativa al respecto, y a la vez, sostenernos algo inmunes con respecto a la mediocridad reinante que cada vez se instala con mayor verosimilitud alcanzando un rango de casi natural. La mediocridad no sería efectiva sino se negara a sí misma permanentemente, tratando de mostrar que no es mediocre, valga la redundancia, y es por esto mismo que los espíritus no críticos la aceptan como si fuera un dato de las ciencias naturales.
Una sociedad que no encuentre sus formas de reproducción, inevitablemente se caería a pedazos. Si el Establishment, el sistema se mantiene de manera sumamente firme es porque entre generaciones se conserva la cadena de mando, y la reproducción se realiza en piloto automático.
En los inicios de la cultura rock algunos sostenían el concepto de lucha generacional, y esto se debía principalmente a que la juventud de entonces se revelaba ante los valores constituidos, y a la vez personificados en los propios padres. En este sentido esta cultura emergió como oponiéndose a la perpetuación infinita de la cadena de mando.
Cuando uno se refiere a una cultura o las manifestaciones propias de la misma, como la cultura del rock, resulta imposible disociar esto de la estructura social que la produce.
Por definición la cultura es la modalidad que el hombre adopta para transformar la naturaleza en pos no sólo de su supervivencia material, sino a su vez de la generación de elementos subjetivos que permitan saciar “la sed verdadera”, al decir de Luis Alberto Spinetta. Esta apropiación de la naturaleza se produce en circunstancias muy concretas y a la vez determinadas por la forma en que los humanos se relacionan entre sí para crear cultura y por el desarrollo de la ciencia y la técnica. Si bien hacer “arte” es la posibilidad de romper con lo rígido de un tiempo determinado, su punto de partida, es dicho tiempo, el saber científico- técnico inmanente y las creencias colectivas.
Todo tiempo además de generar relaciones sociales entre humanos, también genera paisajes, es decir imágenes del hábitat donde se desarrolla la sociabilidad, y la producción cultural.
1 comentario:
Sí, es posible que en la fragmentación social resida la clave de la dispersión en los gustos y en la estética, en definitiva en el concepto que colectivamente se tiene de la cultura. De ahí se derivan todo tipo de tribus urbanas, de gustos musicales, de expresiones artísticas que actúan como símbolos de identidad los distintos "pensamientos" o las distintas "causas". Muchos estilos musicales han quedado hoy en día como representativos de aquellas antiguas causas de las que un día fueron estandarte. Creo, de hecho, que al gusto musical le va asociada una filosofía que es lo que realmente nos hace decantarnos por uno u otro y creo, además, que esa filosofía es la que sacia nuestra "sed verdadera", la que estimula y se asemeja a nuestras propias convicciones.
Sí, el "arte" tiene un punto de ruptura con la rigidez, pero es por encima de todo una seña de identidad, debe guardar un transfondo ideológico o cultural. Creo que de otro modo no llegaría a apasionarnos tanto como lo hace.
De veras que tus posts me resultan muy interesantes.
Un abrazo desde Madrid.
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