Estas son algunas reflexiones mínimas que debieran plasmarse en un trabajo mucho más extenso y a la vez riguroso.
¿Cuál es el futuro de Internet? Es posible, para no decir seguro, que muchos científicos y tecnócratas, tengan en su cabeza esta perspectiva, y ya estén trabajando en ello. Cuando uno dice “su cabeza”, nunca se había visto con tanta evidencia que el pensamiento no se limita a la corteza cerebral. Estas ideas además, y principalmente, están almacenadas en el software y en la memoria de los ordenadores, siendo a su vez, la materialidad tecnológica quien determina en última instancia, las posibilidades asociativas del pensamiento.
Es posible que esté prevista la confección de la Web que se actualice automáticamente, que funcione en tiempo real, al igual que hoy, lo hacen los mensajeros, lo que implicaría de hecho la desaparición de estos. El Google mail ya nos muestra tal vez un anticipo, con esta posibilidad de emitir mensajes instantáneos desde el correo electrónico. Cuando el ciberespacio adquiera estas características, nuestra subjetividad se encontrará prisionera de una temporalidad irreductible.
¿Cuál será el lugar de Internet? Su principal morada o sitio operativo, son los ordenadores, aunque esto si tiene eficacia es principalmente porque por lejos los excede, produciendo una inevitable duplicación de la realidad, condicionando nuestros actos cotidianos. En este sentido, el camino ya lo había realizado la TV. Es indudable que el espacio televisivo ya no se encuentra solamente en la pantalla chica, sino en las prácticas sociales que es capaz de generar. Hoy el sujeto humano, adquiere el punto de vista del televidente cuando observa el escenario social, y es esta visión la que le sobredetermina su accionar. Es decir que la TV introduce una mirada, que casi no es distinta a la mirada de Dios.
Cuando Internet salga de los ordenadores y funcione en tiempo real, esto ya sucede con la intromisión de la red en la telefonía celular; cuando se construyan nuevos hardwares, incorporados a todas las actividades humanas, nuestra vida será la navegación ininterrumpida, y tal vez hablar de virtualidad se convierta en un monumento del pasado, y es allí donde la muerte será puesta entre paréntesis. Nadie hoy puede negar que algunos muertos han resucitado y llevan una vida mucho más prolífica que los que estamos vivos. Si la existencia ha desplazado su escenario hacia la Red, es indudable que un Bob Marley o un Jimi Hendrix, hoy gozan de mayor actividad que nosotros mismos.
1 comentario:
Saludos:
No sé por qué, pero esta lectura me recordó un argumento de Michel Foucault: el "Panopticón", es decir, el diseño arquitectónico por medio del cual se puede facilitar la instrumentaación del poder. No sé si tiene mucho que ver con la lectura, o si es una conjetura o elucubración propia, pero el diseño tiene que ver con el arquitecto y sus propósitos. Por ejemplo, una política social puede beneficiar a millones de personas, pero un aspecto trascendental es cómo los ayuda.
Suerte y muy buena reflexión, conjetura o elucubración.
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