2016/11/06

Caminito


El ruido áspero y grave llegaba desde alguna parte. No podía catalogarse como una cadencia musical, aunque por momentos pareciera pronunciarse como una melodía trastornada. 
Aunque pudiera asemejarse, no era el gemido de una vaca intentando cantar. Hacía rato que no había animales rumiantes por la zona. La urbanización estaba en marcha, aunque quedaran aún, muchos lotes vacíos. Muchos ya estaban alambrados y tenían algún galponcito en el fondo, en el que el propietario guardaba bajo candado alguna pala y alguna guadaña para bajar los pastizales cuando se volvían tupidos. 
En algunos casos, una montaña de cantos rodados indicaba que algún caminito estaba en construcción, para permitir transitar el terreno fangoso después de intensas lluvias.

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