Los trabajadores
son revolucionarios en sí mismo. Esto se debe al lugar que ocupan en la
estructura económica. El problema es que siempre están siendo engañados por un genio
maligno que les impide saber la verdad. Yo en tanto vanguardia proletaria soy
quien puede percibir esa mentira, por eso debo denunciar permanentemente a esos
dirigentes que embaucan a las masas. Si ellas se desembarazaran de esas
conducciones producirían el acontecimiento revolucionario. Esos dirigentes no
son más que impostores que deben ser desenmascarados. Mao, Fidel, Evo…
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