2014/10/10

Ecuador. El sinuoso camino del cambio.

El presidente Rafael Correa planteó recientemente que ante lo que se observa como un avance de la derecha en la región, en ese país se necesita una enmienda constitucional para que él pueda ser reelecto nuevamente en 2017, para evitar cualquier retroceso. Desde enero de 2007 se viene desarrollando en el país andino, la denominada Revolución Ciudadana.

En febrero de este año se realizaron en Ecuador, elecciones distritales. En ellas si bien la oficialista Alianza País obtuvo a lo largo y ancho del país la mayor cantidad de votos, hubo excepciones que al presidente Correa lo pusieran en alerta. La más preocupante sin dudas fue haber perdido en Quito, en donde el candidato opositor Mauricio Rodas del movimiento político SUMA (Sociedad Unida Más Acción) se impusiera al oficialismo, haciendo así que se perdiera el control en la ciudad capital. La derecha, que ganó en Quito -según expresara Correa en febrero- no es “silvestre o la derecha chillona de Nebot, la mediocre de Gutiérrez o la banquera de Lasso”, aseguró el mandatario, sino que es “una derecha organizada, con apoyo extranjero, con estrategia de poder en contra de gobiernos progresistas”. El ganador de las elecciones en la capital ecuatoriana, el abogado Mauricio Rodas, ya se había presentado en las presidenciales de 2013 alcanzando el cuarto lugar. Si bien a este jurista de 38 años algunos medios ya lo consideran como una promesa inminente de la derecha para revertir el proceso de cambio ecuatoriano, el presidente Correa no titubeó en afirmar que a su criterio no es tanto el alcalde electo sino principalmente los grupos de poder que están detrás de él, que están preocupados por el capital y las transnacionales, “tienen un modelo antinacional y antipatriótico, con estrategia de poder, con relaciones internacionales, en un marco claro de ofensiva ante gobiernos progresistas de la región”, dijo el mandatario.
Los mismos medios que titularon que los resultados de las elecciones realizadas el 23 de febrero, fueron una derrota del presidente Correa, son los que ya quieren instalar la idea de que Rodas es una figura presidenciable. El eslogan de campaña fue el de plantear “una visión fresca, moderna y de futuro” para la alcaldía. Rodas le dijo a la prensa que “la nuestra será una alcaldía para todos los quiteños, de todos los colores, porque todos juntos vamos a vivir mejor” e intentó despegar de sus supuestas conexiones con la extrema derecha, a pesar de reconocer que a los 16 años tuvo una incursión en el partido socialcristiano.
Este resultado en Quito, sumado a la ofensiva de la derecha en Venezuela, y algunos virajes en países de la región, hicieron que Correa no sólo apurase la sanción de algunos Códigos Orgánicos a la nueva Constitución Política de Estado sancionada en 2007, sino también pusiera en consideración algunas falencias de la fuerza política que conduce el proceso de cambio. De igual forma está planteando la enmienda que permita ser reelecto en 2017.

La Revolución Ciudadana.

El proceso iniciado en enero de 2007, con la asunción de Correa y la Alianza País, tuvo ese mismo año como dato saliente la sanción de la nueva Constitución Política de Estado, tras darse en la sociedad ecuatoriana un intenso debate constituyente. Al igual que en Bolivia quedó constituido a partir de entonces un Estado plurinacional que se sostiene en el concepto indígena ancestral del Sumak Kawsay (Buen Vivir), no sólo en referencia al convivir de forma armoniosa con los otros sino también vivir en armonía con la Madre Tierra. De esto último se desprende el intenso cuidado por explotar los recursos naturales de una forma responsable.
El proceso ecuatoriano tiene algunos rasgos bastante peculiares en relación a las experiencias de otras naciones suramericanas, y si bien es parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) también se distingue de las otras naciones que componen ese conglomerado. El presidente Rafael Correa es -se podría decir- un acérrimo defensor y promotor del desarrollo científico y tecnológico, y como economista es un fiel partidario de la planificación. En tal sentido se propuso el desarrollo planificado del cambio de la matriz productiva de su país. No pocas veces Correa señaló las desventajas de los diferentes países de la región ante la injusta división internacional del trabajo, que condenan al continente a ser un simple exportador de commodities, de materias primas, con escaso desarrollo de la industria. En ese sentido desde el gobierno ecuatoriano y en particular desde la Senplades (Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo) se está desarrollando un proyecto que prevé para un par de décadas el cambio efectivo de la matriz productiva ecuatoriana. También para hacer efectivo dicho proyecto, en marzo de este año Ecuador inauguró el complejo Yachay. Esta voz significa “Aprende”, en kichwa o Ciudad del Conocimiento. Yachay es la primera universidad de Ecuador dedicada a la investigación científica y tecnología experimental, con el propósito exclusivo de convertirse en la mayor fuente de conocimiento para transformar la matriz productiva ecuatoriana. Es un proyecto pionero en Suramérica, y representa la mayor apuesta educativa del presidente Correa, desde su asunción en 2007. Según el mandatario, ésta es la mayor obra de educación de los últimos cien años. Sin dudas, un salto cualitativo en la perspectiva de profundizar todo lo necesario para que avance la Revolución Ciudadana, pero sobre todo una apuesta muy fuerte en la construcción del Buen Vivir, y un aporte esencial al desarrollo del conocimiento científico-técnico en toda la región, ya que Yachay también les abrirá sus puertas a estudiantes de otros países latinoamericanos. La nueva ciudad está emplazada en el cantón San Miguel de Urcuquí, provincia de Imbabura, zona ubicada en los Andes norteños del país. 
Y pareciera que al gobierno de la Alianza País no le va mal en cuanto a este mentado cambio de matriz productiva, ya que si a las principales economías emergentes de Asia (China, India) se las ha denominado los “tigres asiáticos”, haciendo un paralelismo con los mismos –hace año y medio– el viceministro de Cooperación Económica y De­sarrollo alemán, Hans Jürgen Beerfeltz, de visita a Ecuador, calificó a ese país como “el jaguar latinoamericano al que Alemania está dispuesto a apoyar en este gran salto”. Beerfeltz, destacando en esa ocasión la inversión pública que la nación andina realiza para impulsar su economía productiva, consideró que el modelo de desarrollo que ha elegido el Ecuador está dando resultados sumamente positivos, y recalcó que “el jaguar es el tigre latinoamericano”. 

Pero…

Tras los resultados de las elecciones realizadas en febrero en las cuales la Alianza País perdiera distritos importantes como Quito y Cuenca, además de una cantidad importante de alcaldías menores, el presidente Correa expresó su preocupación con respecto a la fuerza política que él mismo preside. Además de cuestionar el sectarismo, Correa hizo hincapié en las deficiencias de la estructura partidaria. No es lo mismo realizar política a escala nacional que a escala local, para esta última se precisa un movimiento estructurado y arraigado en las bases mismas de la sociedad, que tenga a su vez capacidad para enfrentar a sus adversarios en las contiendas electorales. Según el mandatario se descuidaron los territorios y es por eso que la tarea a futuro es construir organización en los mismos, ya que eso es lo que va asegurar que los logros en los niveles locales sean iguales o mayores que los que se alcancen en una elección nacional, ya que los candidatos locales, no por ser de la alianza en el gobierno van a recibir automáticamente el apoyo popular. Sin mucha vuelta, Correa planteó a su fuerza que hay que construir el contrapeso necesario contra el avance de una derecha organizada y con vinculaciones externas. En ese marco, el mandatario tomó conciencia que si tiene que proseguir en el frente de combate, no se va a retirar a la vida privada en 2017, y va a rever su decisión de no volverse a presentar como candidato a la presidencia. Correa ya está planteando la enmienda que le permita ser nuevamente reelecto cuando termine el mandato actual.

Nota publicada en Máscaró

2 comentarios:

jfc dijo...

me parece mejor, a pesar de que igualmente es inestable, el modelo brasileño, e incluso el chileno. perpetuarse es maligno sea la derecha o la izquierda, también el modelo ruso de enroques sucesivos ha sido positivo para el pueblo ruso y quizas para los dirigentes que pueden posicionarse en distintas perspectivas.

Osvaldo Drozd dijo...

Según mi punto de vista, el tema de “perpetuarse” es un tema secundario, que encubre otro problema más importante. En la nota hago referencia a que los que son parte de la fuerza de Correa muchas veces no entienden muy bien cuál es el rumbo. Lamentablemente en todo el mundo, no son tantos los que entienden bien el problema de cómo se transforma una sociedad, y por esa misma razón existen liderazgos muy fuertes. No es ocioso ver que con la muerte de Chávez no hubo quien pueda seguir su rumbo, y eso se está notando. Claro para la derecha eso no es tanto problema ya que tiene varios siglos de dominación y sus políticos son más técnicos que estrategas.