Partiremos leyendo tesis por tesis, de la primera a la
undécima. Intentando extraer lo máximo de cada una. Esto no implica sostener
que no deban ser leídas de conjunto. Partiremos haciéndolo en particular, sin
explicitar que esto sea lo más correcto. En todo caso al llegar a la última
seguramente se impondrá una nueva lectura. También partiremos de las
traducciones al español más conocidas, no sin indagar en su acepción original,
ya que en alemán existen muchos términos que en sí ya representan imágenes
conceptuales. Intentar que cada tesis interpele a la realidad (como debiera ser),
no será parte de una primera lectura. Cosa que no exime que quien escribe lo
haga de forma casi espontánea, y en otras actividades. No será en todo caso
como metodología explícita.
“El defecto
fundamental de todo el materialismo anterior –incluido el de Feuerbach - es que
sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o
de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica
[Praxis], no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese
desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un
modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real,
sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos
de los objetos conceptuales; pero tampoco
él concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del cristianismo
sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana, mientras que
concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de manifestarse.
Por tanto, no comprende la importancia de la actuación ‘revolucionaria’,
‘práctico-crítica’”.
Antecede la primera tesis.
Vayamos por partes. El principal defecto (der Hauptmangel) de todo el materialismo precedente es
haber entendido a la realidad, como un sitio inerte. En su célebre texto sobre la contradicción
Mao expresaba en referencia a ello que "La concepción
metafísica del mundo, o concepción del mundo del evolucionismo vulgar, ve las
cosas como aisladas, estáticas y unilaterales. Considera todas las cosas del
universo, sus formas y sus especies, como eternamente aisladas unas de otras y eternamente
inmutables. Si reconoce los cambios, los considera sólo como aumento o
disminución cuantitativos o corno simple desplazamiento. Además, para ella, la
causa de tal aumento, disminución o desplazamiento no está dentro de las cosas
mismas, sino fuera de ellas, es decir, en el impulso de fuerzas externas. Los
metafísicos sostienen que las diversas clases de cosas del mundo y sus
características han permanecido iguales desde que comenzaron a existir, y que
cualquier cambio posterior no ha sido más que un aumento o
disminución cuantitativos. Consideran que las cosas de una determinada especie
sólo pueden dar origen a cosas de la misma especie, y así indefinidamente, y
jamás pueden transformarse en cosas de una especie distinta". En otras palabras todo lo que
existe en la realidad no resulta producido ni tampoco es cambiante. Está ahí. Podría no verse así que un producto, o un valor de uso
son el resultado del trabajo. Tampoco que una construcción social es el
resultado histórico de enfrentamientos y acciones de diferentes grupos humanos.
Incluir la actividad en las cosas, en los objetos, en la realidad, les hace
perder el valor inerte, aislado y sólo factible de ser contemplado por un
observador ideal. Para el materialismo simple y metafísico las cosas están ahí,
pero pareciera que no tuvieran vida. El lado activo del mundo lo desarrolló el
idealismo. Para el materialismo la actividad existente en el mundo existe
independientemente de la conciencia que se tenga de ello. Vale subrayar una
frase de Engels en el Anti- Dühring: “El
movimiento es la forma de existencia de la materia. Jamás ni en parte alguna,
ha existido ni puede existir materia sin movimiento, movimiento sin materia…”
En tal sentido bien vale subrayar la primera frase de la primera tesis, sobre
que el principal defecto (der Hauptmangel) de todo el materialismo precedente
es haber concebido al mundo como objeto de contemplación. Marx no dice “mundo”
sino cosas, objetos (der Gegenstand), realidad (die
Wirklichkeit), y sensualidad o sensoriedad (Sinnlichkeit). Bien decía Engels -también en el texto señalado-, que “la
unidad del mundo no existe en su ser sino en su materialidad” a la cual se
concibe como movimiento.
Si para el materialismo metafísico y mecanicista, el mundo
se sostiene como un objeto, al cual es posible contemplar como a un film, fue precisamente
el idealismo quien desarrollara el lado subjetivo, es decir el lugar activo de
la contemplación, pero haciendo que el que observe lo vea desde la óptica del
su propio ombligo. De manera separada, escindida del objeto. La materialidad
del mundo, su movimiento permanente, implican al sujeto pero como elemento
subordinado, ya que el sujeto es producido por la materialidad, y no al revés. La
encrucijada subjetiva tiene desde Marx un principio de solución o para ser más
precisos de resolución, y es lo que él denomina en su primera tesis la acción
práctica. La interrelación del sujeto con el mundo, su posibilidad de
desarrollar la Umwälzung, la práctica transformadora. Según
Marx Feuerbach no había comprendido la actividad humana, a la práctica como una
actividad objetiva, sino solamente como una forma “suciamente judaica de
manifestarse”. Feuerbach sólo entendía a la actividad teórica como propiamente
humana, sin concebirla a ella como una de las partes de la práctica social,
entre las cuales la de la producción es la principal.
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