2013/11/17

Colombia. La urna, la palabra y la pelota

Con las conversaciones entre el gobierno y las FARC y los logros deportivos como telón de fondo, se realizaron algunas encuestas en relación con las candidaturas presidenciales para los próximos comicios que se llevarán a cabo en 2014.
En Colombia se viene produciendo una singular recomposición y reagrupamiento de fuerzas políticas, que si se piensa en relación con períodos anteriores resulta bastante significativa. Muchos analistas sostienen que hoy se está dando un proceso de reinvención de la política, del surgimiento de nuevos paradigmas, lo cual implica la necesidad de construir el derecho a ser oposición, cosa que hasta no hace tanto era sumamente peligrosa. Aunque no dejó de serlo, existe un proceso favorable para esa construcción. A diferencia del resto de los países suramericanos, en Colombia hubo una sola dictadura, la cual transcurrió entre 1953 y 1958. En el resto de las naciones del continente, la mayoría no baja de seis procesos de ruptura institucional, llegando Bolivia a tener 13 dictaduras. Paraguay solamente tuvo 2, pero la última duró 35 años. Dato importante el colombiano, ya que, a pesar de eso, tal vez justificado por un largo conflicto armado, siempre resultó muy difícil en ese país construir alternativas políticas que puedan encarnar un cambio. Mucho más ser parte de organizaciones sociales que puedan reclamar derechos postergados. El caso de sindicalistas asesinados es sumamente indicativo al respecto. La democracia en Colombia siempre resultó sumamente tutelada, sumamente restringida, y salir de ello es tal vez el cambio al que apuntan nuevos actores políticos y sociales. El proceso de paz que encaminó el gobierno de Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC podría resultar significativo en cuanto a este cambio que se está produciendo, pero sin dudas no es el único factor que juega al respecto. Colombia pareciera marchar en el rumbo de ponerse a tono con el resto de la región, y el hecho de haber decrecido la represión a las oposiciones políticas o sociales, tal como la ejerció la gestión del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010) genera condiciones sin dudas diferentes.
Sondeos de opinión. Según una encuesta realizada por el Centro Nacional de Consultoría (CNC) y el noticiero CM&, días después de haberse concretado el acuerdo por el segundo punto de la agenda de negociaciones de paz, entre gobierno y guerrilla, que se realiza en La Habana, el presidente Santos levantó su imagen positiva en 10 puntos. Del 45% pasó al 55%, mientras que el 52% sostiene que el país va por el buen camino. El 64% aprueba la gestión del presidente, el 34% la desaprueba mientras que solamente un 2%, es indiferente a ello. El escenario político sin dudas favorece la posibilidad de que Santos vaya por la reelección en 2014. Vale señalar que se viene desarrollando en Colombia una fuerte apuesta por las políticas sociales, para ganar consenso, destacándose el programa “Más familias en acción”, que otorga beneficios para los niños más desprotegidos. No resulta casual que el mandatario colombiano haya hablado el pasado lunes 11 ante la asamblea de las madres titulares de dicho programa, realizada en la ciudad de Santa Marta. Allí, Santos recordó que si bien “Más familias en acción” ya cuenta con 13 años de existencia, fue recién en 2010, cuando él asumió, que el plan se transformó en política de Estado, tras convertirse en Ley de la República. “¿Por qué es tan importante este programa? El Libertador Simón Bolívar, que aquí murió, allá en la Quinta de San Pedro Alejandrino, nos quitó una cadena a los colombianos: el yugo de los españoles. Pero él quiso quitarnos otras cadenas, que todavía llevamos 200 años más tarde: el yugo de la pobreza y de la desigualdad”, dijo. Y agregó: “Llevamos 200 años con ese yugo, con esa cadena que no nos deja avanzar. Por eso mi gobierno, desde el primer día, ha querido enfocar todo el presupuesto, toda la energía, hacia los más vulnerables, hacia los que más necesitan de la ayuda del Estado. Así nació el programa de las 100 mil viviendas gratis en las ciudades y 100 mil en el campo, porque estamos construyendo 200 mil”.
El mandatario colombiano también destacó ante las asistentes al encuentro de Santa Marta, la importancia que el Estado le está dando al deporte, y en tal sentido se refirió a la cantidad de medallas que ese país se trajo de los Juegos Olímpicos realizados en China, sin dejar de hacer referencia a que el seleccionado colombiano de fútbol es cabeza de serie para el Mundial que se realizará el próximo año en Brasil. En consonancia con ello, el martes, Santos recibió en la Casa de Nariño a la comitiva deportiva que participará en los XVII Juegos Bolivarianos 2013 que tendrá lugar en Perú, y tras entregarle a la medallista olímpica Mariana Pajón el pabellón nacional, dijo que “Colombia está comenzando a ser vista como una potencia deportiva”. La conjunción del deporte con la política, sin dudas produce efectos, mucho más en los sectores populares.
El proceso de paz con la guerrilla juega para que Santos salga ganancioso de todo lo que acontece en Colombia. Pero claro que eso no es lo único. Aunque el sector empresarial vea con muy buenos ojos lo ocurrido, ya que un largo conflicto armado a ellos no los beneficiaba, a diferencia de a toda una oligarquía terrateniente que sí. Y se aprovechó de eso para agrandar con creces sus propiedades, siguiendo casi a la letra lo que Karl Marx en
 El Capital denominara “acumulación originaria”.

Pero no todo lo que brilla es oro. Si bien las encuestas le dan a Santos un margen mucho más que favorable para las elecciones presidenciales que se realizarán en 2014, otra encuesta, realizada por Gallup y que fuera encargada por diferentes medios de información (Caracol Noticias; Blu Radio, y los diarios El Espectador, El País, Vanguardia Liberal, El Colombiano, La República y El Universal), si bien también confirman la tendencia de que el actual presidente sería reelegido el año entrante, la sorpresa fue que el ganador sería el voto en blanco si las elecciones tuvieran lugar hoy. Según el sondeo realizado por la firma Invamer-Gallup, Colombia, ante un escenario en el cual los candidatos presidenciales fueran el actual presidente, el uribista Oscar Iván Zuluaga, el progresista Antonio Navarro Wolff y la referente del Polo Democrático Alternativo (PDA) Clara López, Santos ganaría con el 27%, Zuluaga llegaría al 14,9%, Navarro al 12,9, mientras que López alcanzaría un 7%. El voto en blanco llegaría al 29% imponiéndose a las diferentes opciones. En el caso de que Santos no se presentara por su reelección, y si el candidato fuera Germán Vargas Lleras (quien cuenta con un alto grado de imagen positiva), el voto en blanco alcanzaría el 31%, Vargas Lleras el 29, mientras que el candidato del uribismo se mantendría dentro de los mismos guarismos, al igual que la izquierda. El dato a tener en cuenta es que si bien hoy muchos consideran al ex presidente Uribe como alguien que sería capaz de arrastrar una gran marea de votos, su candidato no logra despegar, y que si el Movimiento Progresistas y el PDA, en lugar de presentar candidatos por separado, unificaran una misma candidatura presidencial, serían capaces de diputarle a Santos, un virtual escenario de segunda vuelta electoral, cosa que aunque no se produzca, de igual forma ante ese escenario, los contendientes serían tanto el actual mandatario como alguno de los candidatos de ese sector. Si bien la izquierda representada principalmente por el actual Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro (Movimiento Progresistas) concita bastante adhesión en la región capitalina, le cuesta hoy expandirse en regiones en las cuales, aún sobreviven muchas rémoras del pasado, principalmente en zonas campesinas, en las cuales el accionar de grupos neo paramilitares siguen teniendo incidencia.
En tal sentido, ese gran porcentaje de voto en blanco, más que evaluarse como un sentido común antipolítico habría que considerarlo como una franja de la ciudadanía que en el proceso de reinvención citado más arriba, está en la búsqueda de nuevas argumentaciones tanto políticas como ideológicas, que de plano rechazan la tradición conservadora, pero que aún no logran encantarse con las propuestas alternativas en curso, pero que vale enmarcarlas en el derecho de poder expresar una oposición que antes estaba vedada.
La medición realizada por Gallup se hizo en la primera semana de noviembre, coincidiendo con la Convención Nacional del uribista Centro Democrático, lo que pudo influir en los resultados de Óscar Iván Zuluaga, informaba el caleño diario ´El País, asegurando luego que el titular de la consultora Jorge Londoño de la Cuesta le restó importancia a ese hecho. “Esta es una encuesta que se hace mensual, es posible que también los resultados de la próxima medición que se hará en la primera semana de diciembre coincida con algún acontecimiento político de importancia. Eso lo sabremos luego”, le dijo el experto al principal matutino de Cali.

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