2013/04/18

Ciencia y Relato- Una 1ra aproximación


Caracterizar la coyuntura actual de las naciones suramericanas, debería conllevar un desarrollo teórico acorde, que sin prescindir de los conceptos principales de la ciencia de la historia, permita realizar un diagnóstico certero de en qué lugar estamos parados y hacia dónde podríamos ir. La historia no es el derrotero de una senda inevitable, sino producto de ciertas contingencias, que se asientan como probabilidad en determinadas estructuras existentes; siempre que puedan ellas ser captadas en su real dimensión, y a la vez haya una voluntad colectiva predispuesta a accionar sobre ellas, y realizar así un proceso de transformación social, política, cultural e ideológica.

Cuando el que escribe se refiere a una ciencia de la historia, es porque considera que más allá de cierta vulgata editio que propaló a los cuatro vientos el fin de las ideologías y los relatos emancipatorios; intentó a su vez arrastrar consigo conceptualizaciones teórico- científicas, que lejos de caducar, siguen operando sobre las estructuras sociales. El problema se plantea cuando cierta intelectualidad también se hace eco de ello, y en lugar de realizar un tratamiento teórico del problema, lo resuelve obviándolo y negociando lo que no debiera ser negociable. La ciencia sin dudas tiene muy poco de liberal: ni la Ley de la Gravedad ni el Teorema de Gödel, podrían ser debatidos en un parlamento, o en una asamblea; y no porque haya que prescindir de éstos últimos sino porque el libre intercambio de ideas no es compatible con la ciencia, que requiere sin dudas de otras pautas de debate. Si alguien pretendiera afirmar por ejemplo, que conceptos como Modo de Producción, Estado (Lenin), formación social, fuerzas productivas, relaciones de producción, etc., ya no tienen ninguna validez debiera hacerlo desde la ciencia y no desde la ideología. Demostrar como lo hizo Copérnico que el hombre ya no es el centro del universo, no es una tarea fundamentada en la doxa, sino en un arduo trabajo sobre la episteme. Cuando Johannes Kepler enunció las leyes sobre el movimiento elíptico de los planetas alrededor del sol, va más allá de la revolución copernicana, pero lo hace en base a ésta última, no obviándola, no negándola.

Algunos hoy consideran que la prioridad es la construcción de un relato. Quien esto escribe no niega que eso deba hacerse, pero un relato sí no está asentado en bases científicas que permitan ver como en la ciencia de la guerra hacia dónde se debiera enfocar la fuerza, la tendencia sería el pragmatismo. Si bien relato y ciencia se producen en una misma totalidad su desarrollo simultáneo siempre es desigual, y es factible percibirlos en ámbitos diferenciados.  

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