Desde abril de
2013 con los hechos acaecidos en la ciudad de La Plata, el problema de las
inundaciones parece haberse metido en el tapete. No es para menos obviamente,
pero hay que precisar que ésta es una problemática compleja y que viene desde
hace tiempo. Ya que si se le endilga el tema solamente al cambio climático, es
probable que se obture la posibilidad de pensar seriamente cómo resolver un
problema que viene desde la antigüedad.
Tanto la crecida
de los ríos que produce anegamientos en la tierra firme, como la falta de agua
que produce sequías que perjudican a los agroproductores, son temas que siempre
han desvelado a los que forman parte de
una sociedad. Ya en el antiguo Egipto, la crecida del Nilo hacía que la clase
poderosa se encargase de resolver y prevenir los problemas concomitantes. Pero
sin ir tan lejos, tanto temporal como espacialmente, habría que precisar que la
problemática de las inundaciones, a lo que interpelan es a la gestión de las
cuencas hídricas.
En una muy buena entrevista
realizada por Enrique de la Calle a Claudio Ferrari (director de la carrera de
arquitectura en la Universidad de San Martín) para la Agencia Paco Urondo,
Ferrari expresaba que “las inundaciones
no tienen nada que ver el cambio climático. Tienen que ver con el funcionamiento
de las cuencas sobre las que vivimos. Si no pensamos en las cuencas, en los
ríos, en sus funcionamientos, en los modos en que escurre el agua, en las
intervenciones que se hacen (viviendas, fábricas), no vamos a comprender qué
está ocurriendo”. Ferrari agrega en la entrevista que “Nordelta es una tragedia
en términos urbanos. Alguna vez se va a decir eso. Pero hoy es festejado como
el mejor lugar para vivir. Nordelta afecta la desembocadura de la cuenca
Reconquista. Debe pensarse integralmente este tema. Es la única solución”.
Pensar la cuestión de las
cuencas no solamente implica la ejecución de obras de infraestructura, sino
también controlar los asentamientos inmobiliarios que afectan el desempeño
normal de los ríos y los arroyos.
¿Qué pasa en Berisso?
En Berisso existen obras de
envergadura para remediar el problema de las crecidas del agua y el anegamiento
de los terrenos. Ante la existencia de intensas precipitaciones, históricamente
ello fue un foco de preocupación. Para conocer más de cerca cómo se
contrarrestan estos efectos indeseados, desde La Chapa nos conectamos con el
Subsecretario de Planificación y Gestión de la Obra Pública del Municipio, el
arquitecto Rubén Vicente, quien nos recibió en su despacho para explicarnos las
obras que se vienen desarrollando desde 2004 en la ciudad.
“Desde 2004 lo que se viene
haciendo en el Municipio en materia hidráulica es política de Estado” ya que en
relación al tema hídrico “Esto no es una simple obra, sino el desarrollo de un
complejo hidráulico” señalaba Vicente quien nos recordaba que ese año, se firmó
un acuerdo con la Provincia, y se comenzaron obras con financiamiento de
Nación. “Antes de ese momento todo lo que se había hecho eran obras aisladas, y
en esta ciudad hay que abordar el problema desde toda su complejidad” nos decía
quien fuera un estrecho colaborador del por entonces secretario de Obras
Públicas Juan José Bajcic.
“Para entender qué hay que
hacer en Berisso, es necesario entender las características del territorio. La
ciudad está asentada en una especie de palangana entre la 122 y el albardón que
está situado en las inmediaciones de la Montevideo. Berisso se construyó
ganándole tierras al bañado, por lo que es necesario que cuando llueve, el agua
pueda escurrirse y salir al río en forma mecánica(léase por bombeo)” La avenida
122 se encuentra aproximadamente a 5 metros promedio sobre el nivel IGN,
mientras que la zona aledaña a la Montevideo está a 3 metros. A sus 2 lados va
en descenso, aunque una se dirija hacia el río.
La principal obra que se
comenzó a realizar es la del Terraplén Costero Néstor Kirchner que se extiende
a lo largo de 14 Km por el lado del monte ribereño desde la Génova hasta la 66.
Cuenta con 6 estaciones de bombeo y cuencos de agua. Excluyendo la situada en la
66 que es la más importante, todas las demás pueden almacenar entre 5 y 6 mil
metros cúbicos. La de la 66 alcanza casi los 10 mil. En Berisso se vinieron
desarrollando otras obras como lo es la defensa de la cuenca del canal de
Watzenborn, pero hoy todas las obras están enmarcadas en un único complejo.
“Actualmente el anillo de
protección del casco urbano está comprendido entre la estación de bombeo
situada en el canal de la Génova, extendiéndose a lo largo del terraplén hasta
el cuenco de la 66 y desde ahí baja hasta el reservorio ubicado en la
intersección de la 66 y la calle 30, que es dónde va el agua del Watzenborn.
Ahora ya está licitando proseguir el
terraplén a lo largo de la 66 hasta la 131 detrás de Villa Arguello”. Vale
señalar al respecto que tanto la avenida 60 como la destilería vienen a
funcionar como una especie de terraplén.
El impacto de las fuertes
lluvias acaecidas en el último tiempo afectó muy poco a Berisso, si bien se
vieron anegadas muchas calles.
“Hay que entender
que con la tormenta que se inició la noche el miércoles 5 de agosto, en una de
las primeras horas de la madrugada llovieron 45 milímetros en sólo 40 minutos,
lo que es muchísimo, y tres horas mas tarde volvió a llover de nuevo la misma
cantidad” nos decía Rubén Vicente, asegurando a su vez que a partir de haber habilitado el cuenco de
la 66, el agua pudo filtrarse muy rápidamente. “No existe el agua cero, y que
no se inunde una calle, el problema es que cuando llueve de forma desmedida el
agua pueda salir” expresó el funcionario.
En Berisso no
existe el problema del negocio inmobiliario que pueda afectar el escurrimiento
del agua, pero sí la existencia creciente de asentamientos en los bordes, que
al no hacerse de acuerdo a un plan de urbanización afectan la salida del agua.
Esto es marcado en zonas como el nuevo Arguello y toda la zona que está detrás
del Tiro Federal. “Cuando se termine el terraplén que se hará en la 66 hasta
Villa Arguello, este problema tendrá bastante solución” nos decía Vicente,
quien recordaba que Berisso se encuentra bajo la Ley de Hidráulica de la
Provincia, que estipula en determinadas zonas como lo es Berisso que no se
puede construir y lotear en terrenos inferiores a los 3, 75 metros sobre el
nivel. Actualmente en las zonas señaladas hay viviendas al metro y medio.
Vicente señalaba
que con las obras comenzadas y que debieran terminarse durante las próximas
gestiones, es posible que Berisso deje de estar circunscripto a las
reglamentaciones que establece la Ley de Hidráulica.
“El abordaje del
territorio es dinámico, y ya no puede hacerse sólo desde la arquitectura, debe
haber un enfoque multidisciplinario, para llevarlo adelante y que sea efectivo”
cerraba el funcionario.
Es muy importante
que en cuestiones como éstas, se produzca el debate técnico y científico, ya
que si queda supeditado solamente a las mezquindades políticas, es posible que
no se vaya a ningún lado. Fue una grata entrevista la que realizamos,
precisamente porque se hizo desde esa perspectiva.
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