Este fin de semana (10 y 11 de abril de 2010) se realizó en Buenos Aires un foro del Comité de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, con la presencia de 80 dirigentes de partidos socialdemócratas y socialistas de la región, que tuvieron como anfitriones a integrantes de la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista.
Entre las resoluciones que se tomaron por unanimidad en el foro, llama poderosamente la atención la cual muestra una gran preocupación por la situación política en Venezuela, calificando a su gobierno como una democradura. Además aprobaron una resolución de apoyo a la Argentina en el conflicto bilateral con el Reino Unido por el tema de las Islas Malvinas, cosa que de alguna manera resulta algo ambigua teniendo en cuenta que en pleno reclamo del gobierno argentino, ante las exploraciones petroleras, dirigentes del radicalismo viajaban a Londres invitados por el gobierno británico, cuando simultáneamente Cristina Fernández en la Cumbre del Grupo de Río conseguía el respaldo de 32 países latinoamericanos.
La Internacional Socialista habló de la falta de Derechos Humanos en Venezuela, pero llamativamente no le preocupó idéntico tema, por ejemplo en Colombia, ni tampoco hizo referencia a las 7 bases militares que Estados Unidos va a instalar en ese país con el concomitante peligro que ello acarrea al proceso de integración sudamericana. De hecho pareciera que el tema de la integración no está en su agenda, al menos no aparece como un enunciado de lo nuevo que se genera en América Latina, a contramano de los intereses de Estados Unidos, y de los sectores reaccionarios que habitan nuestro continente.
Sin dudas que la IS siempre fue la versión progre de los intereses de la Comunidad Europea, y en este sentido coincido con el sociólogo italiano Tiberio Graziani quien haciendo un muy buen análisis de la coyuntura geoestratégica internacional, nos muestra la crisis del Sistema Occidental y la emergencia de nuevas potencias que se proclaman por la multipolaridad. Europa es junto a Estados Unidos, el Reino Unido y Japón de ese conglomerado, mientras emergen China, Rusia, India, y los países sudamericanos, principalmente Brasil, Argentina y Venezuela, quienes de a poco van desprendiéndose de su dependencia al Sistema Occidental y acercándose cada vez más a las potencia euroasiáticas. Llamativamente hace muy pocos días el primer ministro ruso Vladimir Putin realizó una visita oficial a Venezuela, afianzando los vínculos bilaterales en temas varios entre los que se destacan lo energético y lo militar, mientras que la agencia oficial de noticias de China, Xinhua, destacó que los lazos entre Brasil y dicho país asiático, exceden largamente la bilateralidad. Obviamente que la IS hoy no puede cuestionar al presidente Lula, pero estoy seguro que no le faltarían ganas de hacerlo. La IS al igual que la Comunidad Europea, muestran su total funcionalidad a la hegemonía norteamericana, y lamentablemente no se dan cuenta, o no se quieren dar cuenta que sus intereses como continente, quedan subsumidos a la crisis actual del capitalismo norteamericano.
El cuestionamiento de la IS al gobierno de Chávez, en verdad no se diferencia en nada de los cuestionamientos que pueden realizar los pooles mediáticos enrolados en la SIP, ni tampoco de la derecha más retrógrada como lo es el espacio que preside el peruano Vargas Llosa, y del que forman parte José María Aznar, y que en nuestro país tuvieron como anfitrión a Mauricio Macri, espacio político donde confluyen muchos, que fueran parte de las más sanguinarias dictaduras militares, y de los gobiernos más recalcitrantemente neoliberales de nuestro continente.
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