2025/06/15

En honor a mi Viejo

El 16 de junio del 55. Juan tenía 25 años. Era obrero en el Astillero Río Santiago y además había comenzado a hacer acá en Berisso, en sociedad con un vecino, una carpintería que aún existe. Como la mayoría de los jóvenes de ese tiempo, a los 13 años se había iniciado como aprendiz en la Base y estudiado en el Industrial.

Según me contaba, ese día había pedido permiso en el laburo para ir a Buenos Aires a consultar por máquinas y herramientas que necesitaban en la incipiente carpintería. Alrededor del mediodía cuando regresaba del barrio de Caballito hasta el centro porteño, el subte paró algunas estaciones antes de dónde él tenía que bajarse. No se podía avanzar más. Algo había sucedido y más allá de los estruendos, ninguno sabía muy bien qué.

Estando todo convulsionado, fue caminando hasta la parada del Expreso Buenos Aires para volver a La Plata. Los transportes no funcionaban. Pero ahí le dijeron que hable con uno de los choferes. Era alguien que vivía en la capital provincial. Según contaba mi viejo, el tipo le dijo que lo podía traer, ya que tenía también que regresar a su casa. Volvieron hablando los dos a lo largo del viaje, intentando saber bien qué había sucedido.

En ese tiempo, estar informado sobre la actualidad no era igual que ahora. Se fue enterando del bombardeo a Plaza de Mayo y de que más de 300 personas habían muerto. Tres meses después iba a ser el golpe contra Perón. Yo tenía menos de dos años y estoy seguro que ya me había empezado a politizar.

PD  Releyendo me doy cuenta de la importancia que tiene el hecho de que el chofer decida traerlo a mi viejo. Una postal de la solidaridad entre trabajadores que primaba por ese entonces. Casi como si le hubiera dicho “Vamos compañero”.