2015/03/02

Noticias de ayer. ¡Extra! ¡Extra!.

Decíamos que hoy una parte de la realidad se ha fugado de ella. Que existen lugares predeterminados a lo indescifrable, a lo indemostrable. Qué lugar tiene ahí el periodismo, uno se podría preguntar. Sería una de las preguntas más sanas para hacerse, ya que hoy la posibilidad de conocer la realidad es un privilegio dado a los medios de información. El conocimiento directo, hoy está desacreditado, ya que los que podrían revelarlo a través de los grandes medios son justamente aquellos a los que menos les interesa hacerlo. Las clases dominantes sólo difunden sus recortes. Y la información concerniente a las experiencias populares no es noticia. Para los sectores subalternos existe un tipo de información despolitizada, lo más alejada de la cotidianeidad. Los entretelones de los famosos por ejemplo.

Noticias de ayer. Extra, extra. Para el periodismo hoy la verdadera información, es casi un imposible. Por eso lo valioso de un Julian Assange y sus Wikileaks. Desde el 18 de enero esto es casi una certeza. La trágica muerte del fiscal Alberto Nisman lo primero que desnuda es la imposibilidad de acceder a lo real del acontecimiento. El departamento en Le Parc más que un dato de la realidad pareciera haberse convertido  en una de las principales piezas de un entramado de novela negra. Si en el género policial el cuarto cerrado por dentro representa el principal enigma a descifrar, el departamento de Nisman hoy pareciera haberse fugado de la realidad y ser parte de un eslabón más de ese laberinto construido por la proliferación, superposición y yuxtaposición de datos e imágenes que lejos de aportarle algún viso de realidad, lo convierten en un sitio de ficción. Planteado así cualquier especulación es válida. Los guerrilleros eran saharadíes, abajo en la tabla.

Pero el problema tal vez sea otro. Perdí mi cupo para el gas nervioso y noticias piratas. La concentración en un punto de la realidad, inevitablemente eclipsa al resto. El 23 de enero -cuando todos hablaban de Nisman-, en el barrio porteño de Mataderos, un kiosquero acribilló a balazos a Franco Zárate un joven  boliviano de 19 años. El asesinato tuvo encubrimiento policial, y eso obligó a sus familiares, amigos y organizaciones de DDHH a movilizarse. Todavía sigue siendo una cuestión abierta, pero eso para los medios no es noticia.

Las monjas verdes revolucionarias para el gran consumo. Noticia es la profecía de Lilita Carrió. La legisladora vaticinó un autogolpe de Estado que tendría que haber sucedido ayer 1º de marzo. La presidenta iba a romper la institucionalidad y Carrió temía ser fusilada por el general Milani.
Buenos atracos, perfectos atentados bien iluminados. Según los medios y también el jefe de la Seguridad de la Provincia de Buenos Aires  Alejandro Granados, se resaltó "que la emergencia de seguridad no se prorrogará porque cumplió sus objetivos". Granados reiteró las cifras expuestas por Scioli: "Incorporamos 25.000 policías, 3300 nuevos patrulleros y renovamos y modernizamos el equipamiento de la fuerza". No nos quedamos muy tranquilos con lo expuesto por el ministro sciolista. Justamente la oposición había dicho que la presidenta en su extenso discurso no había hablado de la Seguridad, cuando la cuestión de las policías y su accionar es un tema de las provincias. De eso nadie habla.

Interminables cadenas de video, la presión sujetan. Buenas noticias, sabrosas telefotos
¡A tragar sin culpa! 

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