2015/03/31

La cena donde todos pagaron felices

Éste como es de público conocimiento es un año electoral, y de acuerdo a ello se mueven todos esos intereses que para reforzarse necesitan que quien llegue a la presidencia sea alguien afín, alguien que les conceda toda una gama de beneficios acordes a su condición. De acuerdo a las reglas de la democracia, cualquiera que pretenda ocupar un cargo público puede hacerlo, siempre que cumpla con los requisitos legales; entre ellos ser candidato de una fuerza política convalidada para tal fin. Lo que no cualquiera puede es contar con los recursos económicos para emprender semejante tarea. Una campaña electoral tiene un costo, económicamente hablando. A veces sumamente alto. Una deuda de la democracia debiera ser fijar topes en el gasto para realizar una campaña, y tal vez hasta subsidiar a agrupamientos políticos que no se caracterizan por tener grandes finanzas. La competencia política no debiera trasladarse a una competencia económica. De esa forma los empresarios cuentan con mucho más chances que los trabajadores, por ejemplo. También se produce el arribo a la política de gente que a lo largo de su vida no se interesó demasiado en ella, pero que a veces ven que es un buen momento para invertir. Los ejemplos sobran.

En los últimos días, más precisamente el martes 17 de marzo, el candidato presidencial Mauricio Macri realizo una gran cena de empresarios para recaudar para la campaña. La misma tuvo lugar en la sede de La Rural, y el derecho al asiento tuvo como valor la cifra de 50 mil pesos. Los comensales se repartieron en mesas de 10 personas. "No me salen las palabras para agradecer esta convocatoria. Quiero transmitirles la idea de la reconciliación", les dijo a los presentes el jefe de gobierno porteño, agregando que "Hoy se impone en la Argentina una idea de cambio, tenemos que mirar el futuro". Los presentes dejaron a la caja amarilla la encomiable cifra de 120 millones de pesos. "Ya tenemos la plata para la campaña presidencial", dijeron desde el Pro.

Quienes estuvieron presentes en dicho evento fueron Jorge Correa (presidente de Nidera), Miguel Blanco (Swiss Medical), Luis Corsiglia, Osvaldo Bruco, Alejandro Gravier y Matías Gainza Eurnekian, entre otros. Había representantes de bancos, compañías agropecuarias, petroleras, de consultoría, medios, automotrices y tecnología, entre otras áreas. Y fueron 40 empresarios chinos, acercados por el candidato a legislador porteño Fernando Yuan, referente de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio.
Obviamente que los asistentes no fueron estafados con el precio de la entrada, la pagaron de buenas ganas. Eso significa que quién paga una cifra como ésa es porque espera algo a cambio, si eventualmente Mauricio Macri resultara presidente de los argentinos. No hay ingenuidad al respecto.

El fin de semana anterior a esa cena, la Convención de la Unión Cívica Radical (UCR) reunida en Gualeguaychú determinó su política de alianzas para las presidenciales de este año. Allí la línea motorizada por su presidente partidario Ernesto Sanz determinó que esa fuerza se presentará a las Primarias de agosto en acuerdo con el Pro de Macri, y la Coalición Cívica de Elisa Carrió. Esa postura ubicó al partido centenario en una muy marcada inclinación hacia la derecha del tablero político nacional.

A partir de ese momento no se dejó de señalar que en octubre habría un escenario de segunda vuelta, protagonizado seguramente por Macri y el candidato del Frente para la Victoria. Lo cierto es que el acuerdo entre radicales, lilitos y macristas, sepultó aún más las esperanzas del intendente de Tigre Sergio Massa, en su carrera presidencial. “Sergio no levanta” dicen desde su entorno, mientras que la mayoría de las consultoras le da sólo el 15 % de intención de voto al Frente Renovador. Eso a escala nacional, ya que al parecer en la Provincia de Buenos Aires el precandidato Francisco De Narváez estaría encabezando los sondeos. Recién en los últimos días con la decisión de Julián Domínguez de bajarse de las presidenciales y desembarcar en la provincia, el Frente para la Victoria pareciera empezar a decidir quiénes irían por un distrito clave. Desde el massismo ven que la alianza de los radicales con el Pro es capaz de captar una misma identidad de votante, y a su vez el tigrense está viendo cómo muchos de los que estaban en sus cercanías abandonan el barco. 

Nota publicada en El Correo Gráfico de Berisso

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