2015/03/11

El peligro es EEUU

Desde el año pasado, el presidente ecuatoriano Rafael Correa nunca dejó de advertir que en Latinoamérica se está produciendo un viraje hacia la derecha. Según el mandatario se está produciendo una arremetida del  Imperio, que se expresa bajo diferentes formas de enfrentamiento, y que tiene como epicentro a Venezuela tras el fallecimiento del líder bolivariano Hugo Chávez. Cuando existe realmente una oleada desestabilizadora, es necesario estar muy alerta, e intentar contrarrestar el mínimo signo de revuelta, para que no se generalice, para que no se prendan falsas alarmas, y para que el pueblo realmente honesto no caiga en la seducción de los poderosos de siempre. Indudablemente esto no es fácil ya que mal que nos pese en nuestra región no se consolidaron gobiernos populares homogéneos, sino que lo realmente existente es el resultado en muchas ocasiones de negociaciones oscuras con sectores del poder real. Ese poder que no cambió a pesar de lo nuevo que se fue desplegando en la primera década de este siglo. La coexistencia de lo nuevo; con un empresariado principalmente retrógrado, con fuerzas de seguridad creadas con fines de represión a los sectores populares, con aparatos judiciales anticuados, con medios de información que manipulan constantemente el sentido común; hacen que la construcción de una nueva hegemonía popular y antiimperialista sea como fue siempre: un trabajo casi artesanal.  Un desafío de activistas y militantes que se desarrolla al margen de los beneficios que podría brindar cierto acercamiento a las esferas del poder. Sin dudas, las transformaciones parten desde el llano, pero en la primera década de este siglo fue posible ver en la región, experiencias de gobiernos progresistas que se dieron en consonancia y retroalimentación con sectores populares organizados. El nivel de incidencia de esas organizaciones en la política de un gobierno es sin dudas una gran salvaguarda de los logros alcanzados. Mucho más si eso genera en la población el efecto de sentir la necesidad de autodefensa.

Como es sabido en el inicio de esta semana el gobierno de los EEUU declaró que Venezuela es un peligro para su propia seguridad. Si bien se escuchó la rápida respuesta de los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Cuba en solidaridad activa con el gobierno de Nicolás Maduro, falta una respuesta de conjunto. La próxima semana se realizará la cumbre de la Unasur, un organismo que habiendo nacido con gran entusiasmo fue en una marcada recaída. Esto debiera evaluarse ya que Unasur no debiera ser nada más que la apuesta de los gobiernos progresistas, debiera ser una conciencia extendida en los pueblos. Porque lo que no podemos dudar es que EEUU es el gran peligro para nuestra seguridad.  La historia de las últimas décadas lo confirma largamente.

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