2015/02/22

Una historia de Berisso de los años ‘50

A Elías Presutti los del club El Fortín, no se lo perdonaron tan rápido. Para ellos eso fue una gran traición. Aquel sábado 3 de septiembre Elías fue a ver el partido entre el club de su barrio y el del Honor y Patria en la cancha de estos últimos. Era el Derby del barrio ampliado. Ambos clubes estaban a sólo 4 cuadras de distancia.  La cancha del Honor y Patria estaba en la manzana comprendida entre las actuales calles 11 y 12, y 157 y 158. La manzana estaba pelada salvo la casa de ese búlgaro que después se la vendió al Negro Montenegro. Algunos pocos años después esos terrenos serían vendidos y ahí se fabricarían las casas que patrocinaba el Banco Hipotecario. Quien escribe vive en esa manzana desde sus 5 años. En algún momento también vivió en La Plata, pero volvió al lugar.
Yendo a hacer los mandados, a quien escribe lo paró un hombre de unos 80 años, pero en el que se nota haber hecho siempre mucho deporte.
-¿Vos sos Drozd no?
-Sí.
-Tengo que ir a ver a tu viejo, ¿Cómo anda él?
-Bien, y por qué tema.
-Decile que yo soy Elías. Hace mucho tiempo cuando la manzana donde vos vivís era casi baldía, ahí estaba la cancha del club. Una vez se jugaba ahí la copa del barrio, entre Honor y Patria y El Fortín. Yo fui a ver no más. Vivo en lo que era el barrio de El Fortín, cerca de la plaza. Pero a los del Honor y Patria les faltaba un jugador, y el arquero Vicente Nanni me invitó a completar la formación. No sabía qué hacer, pero dije bueno voy a jugar contra mi club. Lo peor de todo es que ganamos 2 a 0 y los dos goles los metí yo…
Si bien Nanni era un gran arquero, nunca quiso ser futbolista profesional. En cambio el Ñato Bernárdez que era hijo de uno de los fundadores del Honor y Patria, además de jugar para el club, allá por los ’50 fue jugador de Estudiantes de la Plata. Por lo que se sabe fue un delantero goleador, aunque en aquel clásico barrial el que metió los goles fue Presutti.

Las circunstancias de la vida, de la historia, en verdad las solidaridades que por ese entonces existían, hicieron que a Elías sus vecinos lo perdonaran.

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