2015/01/04

Bolivia- Elecciones y auge económico

Cualquier balance que el gobierno de Bolivia haga del año que concluyó no puede ser más que satisfactorio. El presidente Evo Morales Ayma, el pasado 12 de octubre, fue reelegido por poco más del 62% de los sufragios, demostrando además de un muy fuerte liderazgo, la presencia de una fuerza política y social cada vez más aceitada y que ante cada acontecimiento nuevo, emprende nuevos desafíos organizativos. El crecimiento de la economía del país del altiplano llegó en 2014 al 5,7% y se prevé que en el año que comienza, el PIB (Producto Interno Bruto) rondará el 6%. El empresariado boliviano, otrora adverso a Morales, hoy saluda la gestión del mandatario aymara (ver aparte), mientras que los trabajadores nucleados en la clasista Central Obrera Boliviana (COB) le dieron en el último año un nuevo impulso al proceso de cambio y su injerencia fue determinante en los comicios del 12 de octubre. No significa que las tensiones entre empresarios y trabajadores hayan desaparecido, todo lo contrario, hoy intentan ser reguladas desde la gestión estatal con el objetivo de llevar adelante la denominada Revolución Democrática y Cultural. Pero a pesar de ciertos avances, ahora el año comienza con nuevas tareas, y una de ellas son las elecciones subnacionales que se realizarán el próximo 29 de marzo. Allí se elegirán gobernadores, alcaldes, asambleístas y concejales. El Movimiento al Socialismo-Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) se vuelve a jugar una fuerte apuesta en dichos comicios. No se trata de conservar el poder construido sino de profundizar el proceso de cambio, y dar saltos tanto cualitativos como cuantitativos.
Desde octubre de 2013, un año antes de las pasadas elecciones presidenciales, el presidente Evo Morales instó a toda la fuerza política y social que gira en torno de su proyecto a redoblar las distintas apuestas que esa fuerza viene desarrollando desde la asunción al gobierno, en enero de 2006. Si bien lo que se conoce como proceso de cambio en Bolivia data de los albores de este siglo cuando se produjera la llamada Guerra del Agua (2000) y que posteriormente permitiera que en 2005 fuera elegido Evo como el primer presidente indígena del país del altiplano, una vez llegada esa fuerza social al Palacio Quemado, los desafíos se multiplicaron y continuaron así las diferentes fases de un proceso que aún conserva esas marcas indelebles de eso que en cualquier lugar del planeta es un cambio de época, un ciclo de transformaciones que para nadie pasa inadvertido. El proceso boliviano –al igual que el que se da en Ecuador– es lo más semejante a lo que en otros tiempos se denominaba procesos revolucionarios. Los tiempos son otros, sin dudas, pero esas experiencias invitan a soñar con un mundo más justo.
En octubre de 2013 Evo instaba a sus seguidores a profundizar el proceso de cambio, traduciéndolo cuantitativamente. Proponía incrementar los porcentajes alcanzados en elecciones anteriores. Se sabe que toda mejor performance cuantitativa siempre redunda en un mejor posicionamiento cualitativo. Hubo un dato sobresaliente al respecto y fue que en 2014 la COB, manteniendo su autonomía, se sumó al proyecto de cambio, dándole así al rumbo liberador una característica singular. Que una central obrera ubicada a la izquierda de un gobierno transformador, y que contando además con más de 2 millones de afiliados, se defina de tal forma, resulta un dato que no deja de sorprender a cualquier adepto al cambio social, fundamentalmente, los que no viven en Bolivia. La COB no dejó de señalar que de lo que se trataba era de aislar definitivamente a la derecha y transformar en irreversible lo alcanzado hasta la actualidad.
Desde octubre de 2013, Evo Morales instó a sus seguidores en cuanto a que a las presidenciales de un año después era necesario llegar a través de una gran movilización popular y que los principales artífices de ese triunfo no podían ser otros que los dirigentes locales. Principalmente debían ser los alcaldes pero también los líderes de los movimientos sociales. Es sabido que un liderazgo como el de Evo Morales es capaz de traccionar una marea de votos muy importante, aunque las representaciones locales no sean demasiado atractivas. Esto genera indudablemente un centralismo electoral que muchas veces provoca distensión en las gestiones municipales, y por ende un descuido de ellas. Total se va a ganar igual, piensan algunos, a los que sólo les importa mantener un cargo público. En tal sentido, Evo fue muy duro con respecto a ese tipo de displicencias y les tiró gran parte de la responsabilidad a los que deben acumular sufragios desde las bases mismas. El principal argumento era que ellos son los que mantienen una relación cotidiana con los ciudadanos, y a su vez que desde esos lugares también deben ser un ejemplo de gestión.
Teniendo en cuenta que la campaña se inició en octubre de 2013, y que el principal objetivo era sumar para las presidenciales de un año después, habría que pensar que resulta de gran importancia todo el trabajo realizado, ya que poco más de cinco meses después se realizarán las elecciones subnacionales, en las cuales se elegirán gobernadores, alcaldes, asambleístas y concejales.
En marzo el Mas- Ipsp intentará avanzar sobre las provincias que siempre le resultaron más esquivas, como lo es la región denominada la Media Luna (Santa Cruz, Tarija y Beni) En las elecciones anteriores el actual gobernador de Pando Luis Adolfo Flores Roberts pudo romper con la vieja hegemonía del ex prefecto Leopoldo Fernández.
El pasado lunes 29 de diciembre fue el último plazo para que las diferentes alianzas políticas presentaran las listas de los candidatos para marzo, ante el Tribunal Supremo Electoral (TSP). En referencia a la alianza oficialista, previo a ello el presidente les pidió a las organizaciones del Mas- Ipsp, calcar el tejido social en la lista de candidatos para los comicios. Según la Agencia Boliviana de Información (ABI) Evo dijo que “No sólo un sector social puede acaparar las candidaturas”, en relación a algunos roces y pugnas entre militantes del partido. “Hay que hacer el tejido social, todos los sectores sociales tienen que estar en la plancha” de candidatos, señaló el mandatario y lamentó que algunos grupos quieran imponer candidaturas bajo amenaza de iniciar bloqueos de caminos, una medida que promueve -dijo- gente infiltrada que elude el diálogo para consensuar los nombres de candidatos.
“Queremos ganar las alcaldías, pero movilizándonos todos de manera conjunta para que sigan llegando obras”, remarcó Evo.
Por su parte el presidente del Senado y militante del Mas Eugenio Rojas, atribuyó los conflictos surgidos en el proceso de selección de candidatos del partido, a la democracia abierta y participativa que ejercen las organizaciones sociales. En el Mas “no se imponen los candidatos desde arriba (...), estamos construyendo una democracia más abierta, más participativa. Una elección desde las bases es complejo, difícil (y) nos va traer problemas, pero así es la democracia verdadera y es complejo llegar a un solo candidato en algunos lugares”, dijo.
Sin dudas un proceso complejo que pone en juego una vez más, la creatividad de las organizaciones populares, con el propósito de profundizar el proceso de cambio.

 En cinco años
La soberanía alimentaria está cerca

Bolivia pretende ser un país libre de dependencia alimentaria. Así lo afirmó el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, señalando que en unos cinco años se logrará ese cometido y que a su vez la expectativa es exportar la producción agropecuaria con valor agregado. Según ABI, el funcionario señaló que “máximo en cinco años, Bolivia va ser un país libre de dependencia alimentaria de otros países, va a ser un país soberano”, le dijo a una televisora local.
Esto cuadra con los datos del Viceministerio de Desarrollo Rural y Tierras, en los cuales se indica que la superficie de cultivos de producción creció en 2014 de 2,5 a 3,5 millones de hectáreas, y eso representa un 40% más que en 2013.
En la región de Santa Cruz, considerada la más próspera del país, la superficie cultivada llegó a 2,4 millones de hectáreas, de las que 1,2 millones le corresponden a la producción de soja y el resto a otros productos como arroz, trigo, sorgo, girasol, entre otros.
Según dijera el presidente de la CAO, “solamente nos falta trigo, nosotros necesitamos producir 160.000 hectáreas para cubrir la demanda nacional de trigo. Este año (por 2014) hemos tenido incremento en el 96% de productividad de trigo” resaltó, agregando que 2014 fue un año difícil por las intensas lluvias e inundaciones que afectaron a varias zonas productoras de alimentos, pero señaló que el desafío es superar las dificultades climáticas con más tecnificación, fertilización y siembra directa, entre otras medidas que deben contar con el apoyo del gobierno nacional.
La soberanía alimentaria es uno de los pilares a los que apunta la Agenda Patriótica del Bicentenario 2015, y que representa el principal programa de gobierno.


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