2014/10/19

Encuentro Latinoamericano Progresista Elap2014- La izquierda se pone en alerta

Se reunieron en Quito representantes de partidos de izquierda y progresistas de América latina y de España para debatir los desafíos que representan los intentos de restauración conservadora en los países de la Patria Grande.

Los procesos políticos y sociales en los cuales es posible verificar transformaciones concretas nunca se desarrollan dentro de una autopista ascendente de la cual no es factible retroceder ni apartarse de un rumbo inicial. Todo lo contrario. En todo proceso hay intereses en juego, que el proceso mismo va tornando antagónicos. La resistencia a lo nuevo tiende a organizarse y a plantear la reversión. En un principio había sido fragmentaria y lacunar, pero como su centro de gravedad siempre estuvo en otra parte en la cual no pudo debilitarse, desde ahí mismo comienza a regenerarse. Las derechas latinoamericanas (políticas y sociales) sintieron el impacto de los nuevos rumbos progresistas que se iniciaron –en términos relativos– en los albores de este siglo. Pasada ya poco más de una década, las usinas del Imperio reacomodaron bastante sus piezas en el tablero y van por el desquite. No se puede afirmar que éste sea un plan que afecte por igual a todas las partes en juego. Sin dudas se trata de una estrategia en la que prima el abordaje de­sigual. Porque la realidad de los diferentes países de la región también es desigual, más allá de los sabidos esbozos de integración.
Con el motivo de analizar y promover políticas activas contra lo que se ha denominado la “restauración conservadora”, los pasados 29 y 30 de septiembre se realizó en Quito, Ecuador, el Encuentro Latinoamericano Progresista (Elap 2014) que llevaba como consigna principal el debate sobre “Las revoluciones de la Patria Grande: retos y desafíos”. El mismo fue organizado por la oficialista Alianza PAIS, que conduce el presidente Rafael Correa, y contó con la presencia de treinta y cinco organizaciones políticas de cerca de 20 países, en su mayoría de América latina pero también de Europa; así como de 30 personalidades de prestigio mundial.
“Después de diez años de haberse iniciado la tendencia de gobiernos progresistas y de izquierda en América latina, la región encara una nueva dinámica en el juego político, en el que fuerzas contrarrevolucionarias se han reinventado y se han vuelto a articular de un modo más notorio” se afirma en el portal oficial del encuentro (www.elap2014.com), y se asegura que “Esto, que se ha denominado como la ‘restauración conservadora’, requiere de un análisis pormenorizado que invite al diseño de una estrategia transnacional de defensa de los procesos progresistas”, por lo cual “es necesario crear mecanismos regionales y arenas en las que confluyan las fuerzas políticas de izquierda con el fin de contener cualquier amenaza que ponga en riesgo lo alcanzado hasta hoy”. En tal sentido, y “con ese objetivo, la Secretaría Ejecutiva Nacional del Movimiento Alianza PAIS, la Comisión de Relaciones Internacionales, la Secretaría Nacional de Acción Política y la Dirección Nacional del Movimiento Alianza PAIS han decidido organizar el Encuentro Latinoamericano Progresista. Las Revoluciones de la Patria Grande: Retos y desafíos”. No fue casualidad que el mismo día del cierre del encuentro haya sido el de la conmemoración del cuarto año de la asonada golpista contra el presidente Correa, y que fuera pergeñada como un amotinamiento de las fuerzas policiales. Ese día que en Ecuador y Latinoamérica es recordado como el 30-S.
En su habitual Enlace Ciudadano, el sábado 27 de septiembre Rafael Correa ya anticipaba algunos de los ítems que se tratarían en el Elap 2014. Desde la parroquia de Alóag en el Departamento de Pichincha el mandatario hacía un llamado a la ciudadanía a estar alerta sobre las acciones que la restauración conservadora puede intentar poner en práctica.
“Que nadie se engañe y que no nos engañen tampoco, esto es parte de un libreto bien conocido”, dijo Correa, quien analizó una vez más que la derecha está saliendo del aturdimiento que provocó el progresismo en América latina y hoy se está organizando en estrategias como el denominado golpe blando. Según informaba por ese entonces el diario El Ciudadano, estos movimientos de la derecha son factibles dado que estos sectores tienen instrumentos de poder, como los medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales, países hegemónicos y otros factores, por lo cual es importante detectar que hay una articulación nacional e internacional, con asesorías. “A estar muy atentos frente a esto, debemos estar muy unidos y más organizados, más movilizados y más esperanzados que nunca”, advirtió Correa y agregó que a nivel de barrios, parroquias, cantones, se deben formar Comités de la Revolución Ciudadana para cuando sea necesario defender este proceso. Según dijo el mandatario en dicho enlace, uno de los principales objetivos de la restauración conservadora es Ecuador, precisamente por ser uno de los procesos más exitosos y que está siendo referencia para la nueva izquierda a nivel mundial. “Tienen un libreto bien claro, miren lo que le hicieron a Venezuela, calentar las calles, provocar, generar violencia y luego victimizarse”, explicó. El siguiente paso, aseveró el mandatario, es buscar desconocer la autoridad constituida, ver si algún cuartel o algún alto mando se revelan para humillar al presidente. “Trataron de hacerlo el 30 de septiembre y el tiro les salió por la culata”, manifestó. Ese mismo día Correa también hizo referencia al proyecto que días anteriores había esbozado el presidente de los Estados Unidos Barack Obama. El 24 de septiembre el mandatario norteño anunció un programa de apoyo a grupos de la sociedad civil de diferentes partes del planeta (ver abajo). Sin más, Correa lo tachó, de “descarado intervencionismo”.
Tampoco resulta casual el hecho de que el escritor peruano y hoy operador descarado de la derecha latinoamericana, Mario Vargas Llosa, haya sugerido por esos días el ajusticiamiento del presidente venezolano Nicolás Maduro (ver abajo).
Ante esta ofensiva verbal de los principales agentes del imperialismo, pero que es posible también vislumbrar en la cotidianidad de la región, se dio la convocatoria para el Elap 2014, que tuvo lugar en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura en Quito.
Del encuentro participaron diferentes organizaciones políticas de Latinoamérica, algunas de Europa y personalidades representativas de la izquierda continental. A la convocatoria de la ecuatoriana Alianza PAIS, se sumaron el Partido Comunista de Cuba, el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), el Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos de Bolivia (MAS-IPSP), el Movimiento Evita y la Agrupación La Cámpora de la Argentina, el Frente Guasú de Paraguay, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de México, el Partido del Trabajo de México, el Polo Democrático Alternativo (PDA) de Colombia, el Partido Radical de Chile, el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, Libertad y Refundación de Honduras, el Movimiento Político Winaq de Guatemala, la Coalición de la Izquierda Radical de Grecia y el Podemos de España. “Entre las personalidades presentes estuvieron el ex mandatario de Honduras Manuel Zelaya, la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, el presidente de la Asamblea nacional de Venezuela Diosdado Cabello, el eurodiputado Pablo Iglesias Turrión, el secretario general de la Unasur Ernesto Samper y el sociólogo argentino Atilio Borón, entre otros.
Lo interesante del encuentro –según señala el diario boliviano Los Tiempos– es que casi en simultáneo, y por iniciativa del gobierno de Carondelet, se realizó un foro empresarial en Guayaquil. Organizado por la Federación Interamericana Empresarial (FIE), reunió a empresarios y economistas para analizar los resultados y perspectivas de la dolarización de la economía ecuatoriana, es decir la muy singular fórmula adoptada hace ya casi 14 años para estabilizar su economía y eliminar cualquier riesgo de recaer en la inflación y el manejo irresponsable de las arcas fiscales. Según el editorial de Los Tiempos, con la realización de los dos encuentros “Rafael Correa no deja de dar muestras de un pragmatismo y de una racionalidad económica muy poco común en nuestro continente”.
“Nos encontramos para soñar en un futuro de unidad y Buen Vivir”, dijo el anfitrión Rafael Correa en el inicio del encuentro, disertando además sobre el renacimiento de la Patria Grande, la integración y la necesidad de fortalecer el progresismo. Realizó el mandatario un diagnóstico en su presentación detectando los problemas que ha tenido la globalización neoliberal como ser un excesivo protagonismo del capital y el mercado sobre las grandes mayorías populares. Por esa misma razón Correa aseguró que el gran desafío de la humanidad está en lograr la supremacía del ser humano sobre el capital, liberándolo del control de una noción de mercado sobre la sociedad en su conjunto. “Solamente con la justicia lograremos la verdadera libertad, pese a los intentos de los medios de comunicación que han tenido la habilidad de vincular su actividad privada y mercantilista con el concepto de la libertad de expresión”, acotó, y afirmó que los medios son el principal instrumento de nuestras élites para establecer la hegemonía popular, puntualizando que se requieren cambios en las relaciones de poder en la sociedad para que se alcance la equidad.
El encuentro finalizó el martes 30 con un mitin político y artístico en la Plaza de San Francisco, en el casco colonial de Quito. Fue presidido por el presidente Rafael Correa, quien pronunció un discurso que recordó la rebelión policial contra su Gobierno del 30 de septiembre de 2010.
La “Declaración de Quito” fue leída por Analisa Osorio del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), Alejandro Rusconi del Movimiento Evita de la Argentina, Mónica Valente del Partido de los Trabajadores de Brasil, y Manuel Zelaya, ex presidente de Honduras y representante del Partido Libertad y Refundación (Libre) de dicho país.
En el documento se realiza un respaldo activo y explícito a los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela. También un apoyo a la Argentina en el litigio con los denominados fondos buitre y por la soberanía de las Islas Malvinas. Un rechazo al bloqueo estadounidense a Cuba. También el Elap decidió “apoyar decididamente la paz en Colombia, a través de los procesos de diálogo” para buscar una “solución política” al conflicto armado interno, calificando al mismo como una “herida abierta en Nuestra América”. También rechazó el “régimen colonialista sobre Puerto Rico” y la actitud de la petrolera estadounidense Chevron contra el Estado ecuatoriano, al negarse a pagar una indemnización de 9.500 millones de dólares fijada por la Justicia de Ecuador por graves daños ambientales dejados en la Amazonía del país andino. También se habló de denunciar las prácticas de ciberespionaje, así como consolidar la creación de organismos financieros para fortalecer los procesos de emancipación económica.

A modo de conclusión. Si bien realizar un encuentro de estas características implica una importante movilización de dirigentes y activistas, para pensar la actual coyuntura regional y atreverse a desarrollar políticas que vayan en el sentido de reforzar el camino de la integración y de la emancipación continental, no hay que caer tampoco en un optimismo desmedido, ya que el encuentro también puede pensarse como un síntoma. Casi como haber detectado una llaga difícil de cerrar, pero que es necesario que cierre para poder seguir avanzando. Atilio Borón, uno de los presentes en Quito, asegura en su blog que hoy estamos ante “la constatación de que el ciclo de ascenso del movimiento popular en América latina y el Caribe se ha detenido” aunque “la dinámica de la lucha de clases sigue su curso en los distintos países, y en algunos casos con mucha intensidad, en donde se puede observar un archipiélago de resistencias a los acelerados procesos de desposesión y saqueo perpetrados por las grandes transnacionales del ‘agronegocio’ y la minería, principalmente.” Según Borón, el ciclo de lucha “podrá renacer en no demasiado tiempo, pero no en la inmediatez de la coyuntura actual”.
Si los procesos progresistas tuvieron como sustento principal a procesos de luchas populares que los precedieron y que a su vez les sirvieron de base programática, hoy pareciera que ese ciclo, como afirma Borón, realmente se hubiera cerrado. También es bastante evidente que el desarrollo de la integración regional viene acompañado de algunos reveses, y que algunos países como Bolivia y Ecuador están produciendo saltos bastante interesantes, pero que no son acompañados de igual forma por el resto. En tal sentido la tendencia global nunca se despliega horizontalmente, sino más bien de forma desi­gual. Es en ese terreno donde es posible verificar tanto eslabones débiles como fuertes de la vieja dominación. Lo más probable es que los principales cañones del imperio estén apuntando a las principales economías de la región. No sea cosa que despeguen. La coyuntura electoral en países como Brasil y Uruguay debiera ser leída también desde esa perspectiva. El triunfo contundente de Evo Morales en Bolivia también.

Las “dictaduras” según la visión de Vargas Llosa

La aseveración del autor de La ciudad y los perros colmó el vaso. En una entrevista que le realizara el conductor estrella de Univisión Jorge Ramos, los últimos días de septiembre, Mario Vargas Llosa se fue de boca. Tal vez la presencia de un interlocutor como el mexicano Ramos, que seduce al público hispanoparlante de los Estados Unidos con su prédica antipopulista, antichavista, fue una de las causantes de tal desmesura. Lo cierto es que el escritor peruano dejó entrever que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro debería ser “ajusticiado”.
Según Vargas Llosa, “Maduro es un dictador” que aún permite algunos “márgenes en los que la oposición puede moverse todavía”, dijo, pero agregando que si esos espacios de legalidad se cierran, “una acción del ajusticiamiento como ocurrió con el caso de Trujillo, es completamente válida”.
Rafael Leónidas Trujillo fue un sangriento dictador centroamericano, que gobernó la República Dominicana durante más de 31 años. La denominada “Era de Trujillo” está considerada como una de las más sangrientas tiranías latinoamericanas. “El Jefe”, como lo llamaban, fue profundamente anticomunista, tal vez con un perfil ideológico político bastante similar al que hoy ostenta Vargas Llosa. Trujillo, profundamente xenófobo, en 1937 promovió una gran matanza de haitianos que llegaban a su país. Durante los años de su gobierno se cuentan más de 50 mil asesinados. Lo cierto es que en 1961 el dictador dominicano fue emboscado y asesinado por la incesante metralla. Quien había sido un servidor de los Estados Unidos terminó asesinado por la CIA, que temía que su gobierno provocara una revolución en su país similar a la que tuvo lugar en Cuba.

Apoyo de EE.UU. a grupos desestabilizadores

Bajo el título “Stand with Civil Society”, el presidente estadounidense Barack Obama anunció el pasado 24 de septiembre una serie de medidas de apoyo a grupos de la sociedad civil. Entre ellas un memorándum para darles seguimiento, la creación de centros de innovación en todo el mundo y facilidades para su financiación. “Como mandatarios, no somos los más importantes aquí hoy. Los líderes de la sociedad civil son los que tienen un impacto más duradero” dijo, pero el programa no está hecho para favorecer a los grupos civiles de su país, sino de los que aparecen en diferentes partes del mundo, para oponerse justamente a los gobiernos no adictos a las políticas imperiales. Obama mencionó por ejemplo a la disidente cubana Berta Soler y su lucha a través del grupo “Damas de Blanco”, o al político venezolano Leopoldo López, encarcelado por oponerse al gobierno de Nicolás Maduro. “Estos ciudadanos nos recuerdan por qué la sociedad civil es tan esencial” dijo, Obama para “empujar la rueda de la libertad”. Según el mandatario norteño “Con estos líderes civiles detrás, los gobiernos son más responsables y efectivos, las economías más innovadoras y atraen a más inversores que hacen las sociedades más prósperas” dijo.
El memorándum contempla cómo contrarrestar las medidas que según Obama realizan algunos gobiernos para reducir la libertad de expresión, pero sobre todo contempla la creación de seis centros de innovación para potenciar grupos de la sociedad civil en todo el mundo. “Con estos programas dedicados a los líderes alrededor del mundo, esperamos estar ayudando a construir a los próximos líderes de la sociedad civil y nuestro mensaje para esa gente joven es simple: Estados Unidos está con vosotros”, dijo Obama. Pero lo más sustancioso de la propuesta es que implicará una inversión de tres millones de dólares en los próximos tres años para fundar lo que definió como “Comunidades de Democracias”, asegurando que el Departamento del Tesoro de su país hará una regulación que haga todavía más fáciles las subvenciones a estas organizaciones en el extranjero, dijo.
Ante tamaña declaración de Obama, ni corto ni perezoso Rafael Correa calificó dicha propuesta como un “descarado intervencionismo”. Para el mandatario andino eso no es sólo intervencionismo sino “parte de la restauración conservadora en la región”.
“Lo que buscan con esto es intervenir en Venezuela, Bolivia, Ecuador porque supuestamente somos los países extranjeros los que restringimos la libertad de expresión; pero vayan y vean de quiénes son todos los medios de comunicación en Estados Unidos”, reprochó Correa durante el enlace ciudadano en Alóag.
Estos centros de innovación, son lugares para financiar a conspiradores de la democracia sostuvo Correa, y dijo que con los programas que pretende crear el gobierno de Obama para financiar líderes civiles está realizando un atentado a la soberanía. “¿Qué se creen?, que nos dejen en paz y respeten la soberanía de nuestros países, esto es parte de la restauración conservadora el descarado anuncio de intervención en otros países.”
Por su parte, el secretario general de la Unasur, el colombiano Ernesto Samper, aseguró al respecto que “si el presidente Barack Obama quiere crear nuevos líderes en la región, sería bueno que nos cuente, aquí estamos para ayudarle”, dijo en tono irónico, según revelara la agencia de noticias Andes. Samper destacó la condición pacífica de la región y conminó a que se mantenga como una zona de paz. “La nuestra es una tarea de defensa en la región y que sea una zona de paz en medio de todos estos conflictos que hay a nivel étnico y religioso (en el mundo). No deja de ser una buena noticia que América latina sea una región de paz”, aseguró el secretario general de Unasur, quien fuera parte también del Elap 2104.

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