2014/08/08

Ciencia, filosofía e ideología.

Con seguridad se puede afirmar que no hay “ciencia imparcial”, pero lo que no es probable es que existan ciencias enfrentadas, por ejemplo ciencias burguesas y proletarias. El discurso de la ciencia es un abordaje particular de la realidad, un abordaje que posee pautas rigurosas e implicancias prácticas. La ciencia no se desarrolla si no es para transformar ciertas realidades. Búsquense ejemplos y se verá que no hay ciencia de decorado. Tal vez el paradigma que se inició con la ciencia, no sea más que una tendencia hacia ella. Aproximaciones. La ciencia en estado puro es un objetivo, no lo existente. En todo caso un proceso de producción de conocimientos, que no puede prescindir de lo que le antecede, aunque en determinadas coyunturas puedan haber revoluciones o rupturas epistemológicas. Toda ruptura si bien sepulta lo anterior, ese anterior es la condición del rompimiento. Al menos una de las condiciones.

La ciencia no se opone a otra ciencia, aunque haya verdades científicas que tornen obsoletas otras anteriores. La ciencia se opone a la ideología. Las nuevas verdades científicas muestran que las anteriores carecían de la cientificidad que en algún momento se les supusiera. Esas verdades anteriores estaban contaminadas de ideología.

Hoy algunos dan por sepultado al marxismo. Otros dicen renovarlo, hacerlo creativo, abierto, y otros atributos que parecieran bastante sorprendentes. Tal vez lo necesario sería recuperarlo. El problema se suscita en cuanto a cuáles serían los criterios de verdad que puedan darle validez o no, a lo que se podría denominar marxismo “verdadero” o en todo caso a secas. Se podría decir que es el de Marx, pero se podría poner en consideración a otros de los que enriquecieron esa teoría. Entrarían Lenin, Mao, Trotsky en el marxismo, o seguiría siendo una lucha de tendencias que se ven a sí mismas como contrapuestas.  Quien escribe considera que se debiera establecer un marco riguroso, es decir científico sobre el conjunto de la teoría de Marx, y también de todos los que lo continuaron. Pero para eso no alcanza la ciencia, la cual se tornaría abstracta si no existiese un medio que dirima los alcances mismos de ella evitando ingresar en el terreno de las ideologías. Ese medio es la filosofía.

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