2014/07/18

En Bolivia, el cambio pasa por la unidad

Este año el presidente Evo Morales va por una nueva reelección. El dato saliente es que la Central Obrera Boliviana, esta vez, se sumó orgánicamente a un frente único, para aislar a la derecha.

La histórica Central Obrera Boliviana (COB) -formada al calor de las jornadas revolucionarias de 1952-, en un ampliado realizado antes de fin de año en la ciudad de Santa Cruz, decidió apoyar orgánicamente al Movimiento al Socialismo- Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS- IPSP) que comanda el mandatario Evo Morales Ayma. Esta resolución fue hecha pública en el “Encuentro de trabajadores” realizado en febrero en Cochabamba, en el cual participaron todos los movimientos sociales que integran el MAS, la COB, y los principales dirigentes políticos, sindicales y sociales de la nueva Bolivia. La central que cuenta entre sus filas a más de dos millones de trabajadores, respondió así a la convocatoria realizada por Evo, en octubre del año pasado, cuando éste propusiera que en octubre pero de este año, se debe ganar las elecciones por el 74 % de los sufragios. Lejos de suponer un mero esfuerzo cuantitativo, la propuesta del mandatario, se sostiene en que se debe aumentar en cada elección un 10 % de influencia en la población. Si en 2005 el MAS se impuso por el 54 % y en 2009 fue por el 64 %, en octubre próximo, la cifra propuesta, implicará que las relaciones de fuerza a favor del cambio social, se irán consolidando, no solamente en los porcentajes electorales, sino principalmente en cuanto al desarrollo organizativo de las bases sociales en las cuales se sostiene el proceso.
En 2005 tras varios años de luchas, el pueblo boliviano elegiría por primera vez en su historia a un presidente indígena. El dirigente campesino Evo Morales ganaría ese año la presidencia por el 54 %, culminando así una seguidilla de gobernantes fallidos, que desde la Guerra del Agua en el 2000, puso en marcha lo que en el país del altiplano se conoce como el proceso de cambio. Un proceso de luchas populares, que por ejemplo en 2003 con la denominada Guerra del Gas, hiciera que el por entonces presidente Gonzalo Sánchez de Losada tuviera que huir del país. Aún hoy sigue prófugo de la Justicia boliviana, y con asilo político en los Estados Unidos. A principios de este siglo, lo que hizo crisis fue el modelo neoliberal que había sido hegemónico por casi 20 años, y eso confluyó no solamente con las luchas sino fundamentalmente con la construcción de una alternativa política como el MAS que llevó a Evo a ganar las elecciones presidenciales en 2005.

El salto político

Cuando una fuerza política, tiene como componente principal de su organización, no a los clásicos partidos, sino que se fue conformando a partir de la confluencia de movimientos sociales, culturales, o sindicales, la tarea no resulta del todo obvia, ya que no se trata simplemente de la militancia social o sindical. El aspecto de la representación se amplía, y es necesario abordar a sectores que antes no estaban dentro de los parámetros organizativos.
Según precisan muchos analistas bolivianos el MAS- IPSP aún no puede considerarse  como una auténtica herramienta política, sino más bien como una muy grande coordinación de organizaciones sociales, indígenas, campesinas, e incluso sindicales. Si existe algo que le da cohesión es principalmente el fuerte liderazgo de Evo Morales.
La legendaria central clasista que nuclea a dos millones de asalariados, tuvo en su momento diferencias con el gobierno de Morales, e incluso hace dos años atrás se había propuesto construir un nuevo partido de trabajadores, cosa que hoy quedó desechada, al menos por el momento. Si bien los trabajadores en su mayoría apoyan la gestión de Evo, siempre resulta conveniente que las organizaciones obreras mantengan su autonomía con respecto al gobierno, que de por sí debe gobernar para los diferentes sectores de la sociedad. El dato saliente del ampliado del MAS realizado en febrero y que llevó como nombre “Encuentro de los trabajadores” fue la presencia de la COB, ratificando su apoyo orgánico al proceso de cambio liderado por el gobierno del MAS, y de su presidente Evo Morales. “La Central Obrera Boliviana va hacer y hace conocer su voz oficial a nombre de los trabajadores del país, porque de manera orgánica, por resolución del Ampliado Nacional con la declaración de Santa Cruz, del 21 de noviembre, la Central Obrera Boliviana resuelve defender, profundizar y fortalecer el proceso de cambio a la cabeza del compañero Evo Morales”, dijo en la Casa Campestre de Cochabamba, el secretario ejecutivo de la COB Juan Carlos Trujillo, quien además cargó contra los detractores del proceso de cambio, que según él intentan dividir y fraccionar a la clase obrera. Trujillo aseguró que “es fundamental sellar el reencuentro de los trabajadores del país” y luchar por la independencia de clase con respecto al imperialismo y el capitalismo. A su juicio, “no se puede perdonar a la derecha” que por más de 20 años se aprovechó de los recursos naturales de Bolivia, para su beneficio. “Sepa bien la derecha que los trabajadores unidos, siempre vamos a defender la democracia que tanto nos ha costado recuperar, construir”, dijo, e instó a los trabajadores a resolver sus diferencias y “defender este proceso” porque “es de todos y para todos”.

Trujillo

Juan Carlos Trujillo es un joven dirigente minero que asumió como líder de la COB hace tres años. Desde su asunción dijo que él no era del MAS, sino un partidario de la izquierda. Tuvo formación político- sindical en la Escuela de cuadros sindicales Lázaro Peña de Cuba, y al momento de asumir a cargo de la COB, planteó que la organización obrera debía reencauzar al proceso de cambio. Trujillo no negaba al proceso, sino que disentía en cuanto a la direccionalidad del mismo, y por esa misma razón se había planteado junto a otros dirigentes sindicales, la conformación en 2012 de un instrumento político de los trabajadores. “La Central Obrera Boliviana va a reencaminar (el proceso de cambio) y va a intervenir en defensa de los intereses de los trabajadores y del país porque el proceso que vivimos es de los trabajadores de Bolivia, no es de un partido político”, había dicho Trujillo hace dos años atrás. Y en verdad es así, el denominado proceso de cambio es un flujo que se viene desarrollando desde la guerra del agua en el año 2000 y que tiene final abierto. Es cierto que existen diferentes posiciones de cómo encaminarlo, pero son diferencias de matices en cuanto a una misma intención liberadora. En tal sentido se podría decir que la unidad que sellaron el MAS- IPSP junto a la COB, representa una soldadura social estratégica para aislar a la derecha y enfrentar en mejores condiciones a los sectores concentrados de la economía.

Nota publicada en la Revista Malas Palabras

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